XLV

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Mark se estiró cómodamente en su cama, miró al lindo gatito somnoliento a su lado, Donghyuck se frotaba los ojos con cansancio.

—Buenos días, Haechannie— dijo el rubio, a lo que el gatito respondió con un ruido cansado—. ¿Desayunamos juntos?

Donghyuck asintió con cansancio.

—¿Puedo desayunar en la cama?— preguntó, sus ojitos se abrieron un poco, sus largas y oscuras pestañas se agitaron.

—Por supuesto, bebé— dijo Mark, besó su nariz sin poder resistirse.

El rubio se levantó, yendo a la cocina, tomando dos tazas, preparó primero el desayuno de Donghyuck, su leche especial para gatos e híbridos (ya que la leche normal le caía mal) con dos cucharadas de azúcar, calentada un minuto en el microondas para que estuviera cómodamente tibia.

Mark regresó al cuarto para darle su desayuno.

Donghyuck estaba en la cama y se veía extrañamente ruborizado y parecía pensativo.

—Hyuckie, aquí está tu leche.

No fue sino hasta que Mark habló que el gatito se dio cuenta de la presencia en su habitación, sus orejitas se alzaron con sorpresa.

—G-Gracias— murmuró, tomando la taza entre sus manos.

—¿Estás bien?

Donghyuck asintió, aunque no convenció a Mark.

El rubio lo dejó, sin querer preguntarle qué pasaba, volvió a la cocina, a preparar su desayuno y sus cosas de la universidad.

Ese día era muy importante porque entregarían el trabajo que había hecho con Minho, más una presentación oral donde tendría que explicarle al profesor qué habían aprendido de todo lo investigado.

Repasaba el trabajo, con murmullos, mientras tomaba lo que quedaba de su capuchino.

¡Miau~~! ¡Ma-Mark! ¡Miau!

Los maullidos desesperados de Donghyuck lo hicieron dejar todo aquello y correr hacia el cuarto, preocupado.

—¡Hyuck! ¿Qué-?

Se detuvo bruscamente, Donghyuck temblaba, hecho una bolita en el suelo cerca a la puerta, abrazaba a sus piernas y se escuchaban sollozos y maullidos, cada tanto, murmuraba el nombre de su humano.

—¿Hyuckie?

Escuchaba sus respiraciones agitadas y se asustó, sin saber qué ocurría.

El rubio se sentó frente a él, acariciando su cabello y sus orejas con cariño, Donghyuck mordía su labio inferior con fuerza y sorbía su nariz.

—¿Qué pasa, bebé? Me estás preocupando.

—Makku... E-Estoy du-duro.

Mark abrió ampliamente los ojos, no creía haber escuchado bien.

—¿Qué?

Donghyuck alzó sus ojos tímidamente, dejó de abrazar sus piernas para abrirlas, mostrando lo que decía a Mark.

Tanto Donghyuck como Mark dormían sólo con calzoncillos y una remera liviana por el calor de la estación, y nada de aquello disimulaba un poco la erección que tenía el híbrido.

Mark alzó sus cejas, sorprendido.

Se distinguía perfectamente el miembro de su híbrido, duro debajo de la fina tela de los calzoncillos.

—D-Duele— lloriqueó—. M-Mark... A-yúdame... Miau~

Mark comenzó a sentir calor, respiró de forma agitada.

Con pánico, se apartó del gatito y salió del cuarto, cerrando la puerta con fuerza.

Donghyuck volvió a maullar, llamándolo de forma desesperada. Por más que le partía el corazón, no quería hacerle mal.

Tomó su teléfono, marcando la persona más adecuada para ayudarlo.

Bad Luck || MarkhyuckDonde viven las historias. Descúbrelo ahora