Bad Luck || Markhyuck

XLIX

Mark no sospechaba que Donghyuck lo estaba escuchando.

El gatito sintió algo se remordimiento, su humano había dicho esas bonitas palabras sólo porque en serio creía que podía llegar a ocurrir, su cola se movió un poco y lo delató, aunque Mark pensó que era un movimiento entre sueños, intentó disimular seguir normal.

Mark no debía descubrirlo.

Fueron unos cuantos minutos después que sintió a Mark separarse de él con suavidad, su humano lo depositó sobre la cama con delicadeza, dejó un suave beso en su mejilla y lo escuchó alejarse de la cama.

Donghyuck continuó fingiendo que dormía, incluso durante el rato que lo escuchó ponerse ropa y hasta que salió de la habitación, cerrando la puerta.

Fue cuando abrió los ojos y miró a la habitación vacía, con un ligero mohín en sus labios.

Salió de la cama y se vistió con lo que le pareció más cómodo, unos shorts negros y una de las remeras extra grandes de Mark que llegaba a cubrir sus shorts.

Fue a la sala para encontrar a Mark vestido, con sus zapatillas puestas y acomodando unas cosas en su bolso de la universidad.

—¿Te vas?— preguntó Donghyuck. Mark notó la preocupación en su voz.

—Hyuckie, Min me mandó un mensaje de que el profesor llega tarde y que estoy a tiempo de ir a hacer mi presentación— explicó el rubio—. Voy a la universidad y vuelvo, no te preocupes— le sonrió—. ¿Por qué no vas a dormir otro rato, gatito? Cuando despiertes ya estaré en casa.

Donghyuck negó.

—No, no te vayas.

Mark notó el labio inferior del gatito temblar, se acercó a él, tomando sus mejillas con suavidad.

—¿Qué pasa, Haechannie?— preguntó, pasó sus pulgares por debajo de sus ojitos, limpiando unas pequeñas lágrimas—. Mi gatito llorón, dime.

—Si te vas te va a pasar algo malo— murmuró.

—¿Por qué?

—Martes trece— respondió—. Y-y ya juntaste mucha mala suerte... Y hoy hay más posibilidades de que pase algo muy muy malo porque hay mala suerte acumulada y-

—¿Quién te dijo eso?— lo interrumpió.

—Jaemin.

Mark suspiró con cansancio. Al final, su gatito no había superado el tema de la mala suerte.

—Yo... Intenté distraerte p-pero ahora te vas a ir igual— dijo el híbrido, sorbió su nariz, su expresión parecía de derrota, sus orejitas estaban bajas, escondidas entre su cabello—. Por favor, quédate... No te va a pasar nada malo estando en casa.

>>Pero si te vas, yo... No sé qué pasaría porque... ¿Y si se te cae una maceta en la cabeza?

—¿Que si se me cae una maceta en la cabeza?— repitió.

Donghyuck asintió con ganas, sus brillantes ojitos lo miraban como si rogara.

—Y... ¿Cómo es eso de que intentaste distraerme?— preguntó el rubio.

Los ojitos de Donghyuck se corrieron de los de Mark, sus mejillas se encendieron y bajó el rostro.

—Donghyuck, ¿en verdad estás en celo?

—¡Bien!— Donghyuck se apartó bruscamente de él. Mark alzó sus manos, sorprendido—. ¡No estoy en celo! ...Pero-pero lo hice porque quiero cuidarte, porque doy mala suerte... y los planetas y la mala suerte se alinean en martes trece y todo puede ser peor... Hace mucho que no te pasa algo de mala suerte y hoy puede pasar algo muy muy malo, pero si no sales de aquí no tendrás tanto riesgo porque no se puede caer una maceta en la cabeza...

—¿Jae te explicó eso?

Donghyuck asintió con ganas, totalmente seguro.

Mark quiso reír. Su gatito era tan adorable e ingenuo. Se quedó en una pequeña sonrisa.

—No te enojes conmigo— murmuró Donghyuck.

—Hyuckie bebé~— canturreó, se acercó a él y lo abrazó, automáticamente el híbrido se acomodó con el rostro a la altura de su cuello, Mark apoyó el mentón sobre su cabeza—. Por supuesto que no me voy a enojar contigo.

—No te vayas.

—Está bien, me quedaré— aceptó el rubio—. Pero pregunto... ¿Cómo hiciste para fingir tu celo?

—Jae me dió una pastilla azul— dijo, su voz sonó ahogada en el pecho de Mark—. Me dijo que la rompiera y pusiera lo que tiene adentro en mi desayuno... Esa cosa funciona — comentó con gracia.

Mark frunció el ceño.

—¿Una pastilla azul...?

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