LIII

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Al salir del veterinario, caminaron de las manos hasta la primera estación de taxi, aunque no había ninguno en ese momento, así que Donghyuck se recostó sobre el poste de rayas rojas y amarillas mientras Mark se quedaba a su lado, mandando un mensaje a Jeno de que irían para su casa un rato.

Mientras, Donghyuck miraba con curiosidad a todas esas personas.

Todos esos humanos, con sus cabezas descubiertas, algunos vestidos con ropa más costosa que otros. Veía a mujeres caminando con zapatos altos que se veían dolorosos, muchos con sus celulares, otros hablando con alguien a su lado. Pero se veían tan humanos y tan distintos a él que se sintió algo mal.

Más que mal, sentía que no encajaría nunca entre ellos. Era muy diferente.

—¿Mark Lee?

Ambos voltearon cuando escucharon una voz cantarina llamar al castaño.

Unos metros más atrás un muchacho de pelo azul y de espléndida sonrisa agitaba su mano hacia ellos. Se acercó casi corriendo. De cerca se notó mejor lo delgado que era y todo en su apariencia parecía extremadamente delicado.

—Markkie, ¿cómo estás?— el chico dejó un beso en la mejilla del rubio, en un movimiento tan rápido que el otro no pudo ni siquiera reaccionar para apartarse.

Donghyuck alzó sus orejas con sorpresa y estas se notaron debajo de su gorro de lana, haciendo dos pequeños bultos a los lados de su cabeza.

Ese peliazul apoyo el antebrazo en el hombro de Mark, apoyándose en él para hablar muy cerca de su rostro y aún sonriendo, había un rubor en sus pálidas mejillas.

—Hola, Taemin— se notó la incomodidad de Mark en su voz. Con suavidad sostuvo la muñeca del chico, para deslizar su cuerpo del apoyo del chico en él. Le dedicó una sonrisa de labios juntos que pretendía ser amable—. Estoy bien— dijo con un asentimiento—. ¿Y tú?

Taemin estaba por contestar, pero sus ojos encontraron a Donghyuck, quien lo miraba con el ceño fruncido y su nariz arrugada, en una completa mueca de desagrado.

—¿Qué miras?— dijo con brusquedad, irritado.

Donghyuck alzó las cejas con sorpresa por ese trato. Mark se acercó más a él inmediatamente, tomando su mano y colocándose delante de él, como si así pudiera protegerlo de cualquier comentario de Taemin, quien ahora estaba con expresión de indignación al ver eso.

—No molestes, por favor— dijo Mark, aunque no sonó nada como un pedido amabla—. Donghyuck es mi novio y no voy a permitir que le hables así.

El peliazul pasó su mirada de uno a otro, incrédulo, hasta que cambió para hablar.

—Mark... ¿Me estás engañando?— Taemin fingió una expresión de dolor que ni siquiera Donghyuck creyó.

—¿Es una broma?— Mark alzó una ceja—. En serio, no jodas. Nunca fuimos nada, y lo sabes. No finjas.

Taemin en serio parecía enojado luego de esas palabras. Soltó un bufido. Miró a Mark con el ceño fruncido.

—¿No hace calor para que esté con un gorro tan abrigado?— comentó, a lo que el rubio no respondió, sólo se encogió de hombros—. Mark, no serás de esos zoofilicos de mierda que salen con híbridos, ¿verdad? Me dan asco... ¿Cambiaste a una persona por un animal?

Ambos se ofendieron. Mark no supo qué contestar, totalmente en blanco.

Al ver que Taemin comenzaba a sonreír con victoria y que su humano no tenía nada como para atacar, Donghyuck llevó su mano a su gorro, quitándolo sin dudar. Sus orejas estaban bajas y casi pegadas a su cabeza, entre su medio rizado y despeinado cabello no se notaron.

Taemin borró su sonrisa completamente. Donghyuck sonrió con sus labios apretados.

Escuchó a Mark reír por esa situación.

—Como sea— murmuró el peliazul. Se acercó una vez más a Mark, volvió a sonreír de forma encantadora—. Volverás conmigo, Mark. Ya lo verás— añadió, aunque miró a Donghyuck con las últimas palabras, haciendo que un extraño escalofrío recorriera su cuerpo mientras se acomodaba el gorro de nuevo.

Taemin se fue sin más. Ninguno de los dos quiso mirarlo. Mark se giró a Donghyuck y antes de pedir disculpas el híbrido asintió, sonriéndole y dando un pequeño beso sobre sus labios.

Mark acarició sobre su gorro, allí donde estaban sus orejas debajo y Donghyuck tuvo que reprimir sus ronroneos. No quería que se escucharan en público.

—Me encantó cómo le cerraste la boca a Taemin— dijo Mark con gracia. Donghyuck sonrió con victoria—. Pero no quiero que escondas lo que eres, porque no es nada malo, Hyuckie— murmuró, a lo que el gatito asintió. Mark dejó un último beso en su frente, a tiempo que un taxi estacionaba apresuradamente junto a ellos.

Bad Luck || MarkhyuckDonde viven las historias. Descúbrelo ahora