LXXV

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—Mark— Minho se asomó al cuarto de huéspedes.

El rubio había pasado en cama todos los días. Salía pocas veces, a veces ni siquiera para comer, y vivía de duchas frías en las madrugadas luego de horribles pesadillas o recuerdos con su novio.

A la vista del castaño, parecía un chico con el corazón hecho pedazos. Pero él sabía que era mucho más que eso.

—Está la cena, amigo— murmuró. Se acercó a él, colocando una mano sobre su hombro.

El rubio asintió, y Min dio unas suaves palmadas en su espalda a los pocos segundos al ver que no se movía, hasta que con cansancio se levantó de la cama y marchó a paso lento hacia la salida.

Escuchó unos golpeteos rápidos en el suelo que se acercaban y alzó su vista al conejo marrón que venía saltando hacia él, y sonrió un poco al verlo emocionado, cosa que no pasaba mucho en esos tres días que habían pasado.

Renjun pegó un salto frente a él y el muchacho castaño de largas orejas le sonrió.

—Jeno hyung dice que ya está viniendo— dijo con alegría.

Mark sabía que era mentira.

Sonrió y acarició su cabello con ternura, pasando su pulgar por una de sus orejas.

—Me alegro mucho, pequeño.

—También dice que vendrá con Hyuckie.

La sonrisa de Mark se borró, dejó de acariciar al híbrido y Renjun dejó de sonreír para mirarlo confundido. El rubio apartó su mano de su cabello y apretó los labios para no llorar.

—Mark hyung...— Renjun no sabía por qué el humano estaba tan triste. Suponía que era porque estaba muy enfermo y se sentía mal, y que el gatito negro faltara tampoco ayudaba. Lo abrazó porque a él siempre lo hacían sentir mejor los abrazos de Jeno cuando estaba enfermo—. Sé que extrañas mucho a Hyuckie. Yo también lo extraño mucho, Jae también; pero él estará bien y volverá pronto. Jeno no miente, porque él es bueno, y si dijo que vendrá con tu gatito es porque lo hará.

Mark se dejó consolar por Renjun. Su abrazo era suave, y en parte lo necesitaba.

Jeno también lo abrazaba cuando estaba mal, pero no podía hacerlo desde el hospital.

Y ahora que lo pensaba, debía visitarlo.

—Donghyuck puede estar enfermo, pero ya se va a curar, tú también— dijo Renjun, y Mark sonrió por tanta inocencia—. Y volverán a estar juntos como antes.

—Sí, Renjunnie... Creo que debería empezar a curarme un poco, así le ayudo a Jeno a traer a Hyuckie...

—Es una buena idea— admitió el conejo.

Se separó del abrazo y le dedicó una brillante sonrisa que lo contagió un poco.

Mark se volteó hacia Minho. El castaño estaba apretando sus labios y sus puños con fuerza.

—¿Y a ti qué te pasa?

—No quiero llorar— murmuró, y Mark rió.

—¿Te refieres a llorar como un perrito?

El castaño asintió. Su rostro estaba rojo, y le parecía gracioso.

—Vamos, perrito— Mark se acercó a él y acarició su cabello en su nuca, lugar que siempre veía a Jisung rascar como si fuera detrás de las orejas de un perro.

—No, no, no...— Mark estaba impresionado de que se inclinara más a su tacto, por más que se negara—. Ay, Mark, te odio... Te odio, te odio tanto... Déjame o voy a morderte.

—¿Tu pierna se está moviendo porque estoy haciendo esto?

—¡Que no, no!

Minho lo empujó para respirar pesadamente, sus mejillas estaban rojas de vergüenza, y Mark simplemente estaba fascinado con lo que acababa de ocurrir. Nunca lo hubiera esperado de su amigo, que siempre se veía serio la mayoría del tiempo.

Minho lo apuntó con un dedo de forma amenazante.

—No lo vuelvas a hacer en tu vida porque te voy a morder.

🐾

quiero un renjun ysí.

Bad Luck || MarkhyuckDonde viven las historias. Descúbrelo ahora