LVII

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—¿Más café?— ofreció Minho, alzando la cafetera mientras miraba al rubio.

Mark alzó la vista de sus apuntes y asintió.

—Sí, por favor— dijo. Miró todos sus papeles y suspiró—. No voy a terminar con esto nunca... Nunca desapruebes una materia promocional, Minho.

—No está en mis planes, pero gracias— dijo el castaño, sonriendo, mientras recargaba la taza de Mark con más café—. Recuérdame porqué no fuiste a la presentación del trabajo.

—Donghyuck fingió estar en celo porque era martes trece— dijo el rubio como si nada. Recibió la taza de café y tomó un sorbo con tranquilidad.

—¿Qué?

—Oh, pues, Hyuck es muy especial— dijo—. Y su amigo Jaemin le llenó la cabeza desde cachorro. Como es un gato negro piensa que me da mala suerte y quiere protegerme de cosas malas que pasen porque se siente culpable por darme mala suerte.

Minho rió.

—Eso es tan adorable— dijo. Mark asintió un poco.

—Es bastante molesto a veces— dice—. Cuando salimos no me deja pasar debajo de las escaleras, y siempre mira el suelo para evitar pisar grietas y tal... Y muchas veces me pidió comprar amuletos o buscar tréboles de cuatro hojas en el suelo... Yo no creo en esas cosas, Min.

—Yo tampoco, con sinceridad— dijo, se encogió de hombros—. En la vida hay desventuras y casualidades, pero está muy lejos de la suerte.

—Ve a explicarle eso a Donghyuck— dijo Mark con una risita—. Ya no se lo discuto, es como una parte de él. ¿Y qué tal Jisung? ¿Tiene algo así... no sé, curioso?

—Pues... Cuando se asusta se esconde en mi cuello— dice, y ríe un poco—. Dice que es su lugar favorito... O si no... Le gustan mucho los espejos, es muy lindo, pero no hay nada comparable a Donghyuck y su mala suerte.

Mark asintió.

—Quizás es muy único— dijo Minho, haciendo sonreír a ambos.

—Min, ¿podría preguntarte algo? Quizás es muy personal para ti. Dime si no quieres decir nada.

Minho asintió.

—Claro, Mark, dilo.

—¿Cómo fue que encontraste a Sung?

Minho asintió, algo incómodo.

—Pues... Hace unos cinco años, cuando aún estaba en secundaria, habíamos armado un grupo escolar para apoyar a los híbridos— dijo—. No hacíamos demasiado, pero hacemos algo, ya sabes, protestas, marchas, recaudábamos dinero y cada tanto colaborábamos con algún híbrido callejero que necesite tratamiento veterinario o ayuda.

>>Encontré a Jisung luego de una de las marchas. Fue frente a un prostíbulo ilegal de híbridos. Fue luego de la marcha que la policía y autoridades del gobierno nos prestaron atención y lo cerraron. Detuvieron a unos pocos que estaban adentro y rescataron a los híbridos que quedaban.

>>Me estaba marchando de allí hacia mi casa, y estaba más que feliz, como nunca antes, cuando a unas tres cuadras noté a algo moverse entre la basura.

>>Jisung estaba ahí, en su forma humana. Llevaba desde la noche en ese lugar, estaba a pocas horas de morir de hambre y de deshidratación... Es lo que siempre hacen con los híbridos, los dejan morir cuando ya pierden el interés.

Mark notó que habían lágrimas en los ojos del castaño.

—Lo llevé en brazos hasta el primer veterinario que encontré y te juro que lloré por días— dijo—. Muchas veces dudé si él lo lograría, pero ya ves, anda correteando detrás de un gato negro con mala suerte— sonrió un poco—. Y lo amo, no podría amarlo más.

—Me encanta que seas tan positivo, Min.

—Fue un final feliz, Mark. No todos tienen la misma fortuna, es algo para estar positivos— dijo—. ¿Por qué preguntas?

Mark se encogió de hombros.

—Yo... No sé nada del pasado de Donghyuck, nada antes de que apareciera metido en una caja... Pero creo que su pasado no es muy bonito tampoco.

>>Cuando lo llevé al veterinario descubrí que estuvo en un proceso de fertilización.

—Esos son ilegales— Mark asintió—. Están en el mismo mundo de la exploración ilegal, la trata y el mercado de híbridos.

—Lo sé— dijo el castaño—. Tengo miedo por él, Min, no sé... ¿Qué pasaría si ese mundo lo vuelve a encontrar? No quiero que le hagan nada...

Minho asintió.

—Entiendo tu miedo, Mark— dijo—. Pero lo que dices es completamente evitable. Cuídalo bien, con todo tu corazón y protégelo de esas cosas.

>>Mira a Sung, él también estuvo allí y es completamente libre.

Mark asintió. Quiso hablar de nuevo pero escuchó a un correteo a su espalda, la risa de Donghyuck llegó hasta sus oídos y sus orejas se asomaron por el lado del umbral de la puerta.

—Hyuckie, puedo verte— dijo, riendo. El pelinegro asomó sus ojos hacia adentro, dándole ternura a los dos—. ¿Qué quieres, gatito?

—¿Puedes jugar conmigo, Makku?— pidió—. Jisung se aburrió y se fue a dormir...

El rubio rió con ternura. Dejó sus apuntes de lado y fue hasta él, dejando un tierno beso en su cabeza.

—Claro que sí.

—¡Bien! Mira, Jisung me dio este cosito, y no sé qué aprieta que sale un... ¡Ahí está!

Mark rio con ganas apretando el botón del pequeño láser. Donghyuck cambió rápidamente a su forma de gato mientras perseguía ese estúpido punto rojo por toda la sala.

Bad Luck || MarkhyuckDonde viven las historias. Descúbrelo ahora