Bad Luck || Markhyuck

XLVII

ya saben *guiño, guiño*

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Maullidos lastimeros, jadeos y llantos se escuchaban provenir del dormitorio.

Donghyuck estaba sufriendo.

Mark se sentía terriblemente mal por él, pero tenía miedo de hacerle algo.

Se mordió el labio inferior con fuerza, tomó aire y revisó el condón en su bolsillo otra vez y abrió la puerta del cuarto de golpe antes de siquiera seguir pensando.

Sus ojos se encontraron con los de Donghyuck y sintió un extraño calor.

—M-Mark~— el gatito casi había gemido su nombre.

Mark tragó duro, sus manos temblaban.

Donghyuck estaba hecho una bolita envuelto en sábanas sobre la cama, y lo miraba con súplica. El rubio se acercó a él.

De cerca, Donghyuck se veía extrañamente hermoso: sus mejillas estaban muy rojas, su nariz acompañaba ese rubor, sus labios estaban muy rojos e hinchados por haberlos mordido demasiado. Cerca de las comisuras, allí donde sus pequeños colmillos tocaban sus suaves y delicados labios, había sangre. Su cabello se pegaba a su frente por el sudor y sus brillantes ojitos suplicaban miles de atenciones, pequeñas lágrimas rogaban por caer.

Hermoso.

Aunque extraño porque también se notaba que estaba sufriendo.

Mark subió a la cama para ponerse frente a él, notó su mano temblar cuando fue a apoyarla sobre el hombro de Donghyuck.

—Hyuck— murmuró el humano, sus ojos viajaron por las facciones del híbrido antes de caer en sus suplicantes ojos—. ¿Qué quieres que haga?

Los ojos del híbrido lo miraron con lo que pareció incredulidad.

Se irguió un poco, las manos del felino dejaron de apretar las sábanas, arrojándolas atrás de su cuerpo para alcanzar la tela de la remera de Mark, tirando de esta hacia él, atrapando los labios de Mark con los suyos, besando esos suaves y delgados labios con necesidad.

Mark estaba sorprendido por aquel beso, Donghyuck nunca había iniciado un beso con tanta necesidad. Correspondió rápidamente, dominando sobre los labios del otro, succionando y apretando los rellenos belfos de su novio.

El gatito abrió su boca, haciendo que las lenguas de ambos se encontraran, un pequeño jadeo surgió de Donghyuck cuando Mark se apoderó completamente de su boca.

Mark se había ido pegando a él, sus pechos casi se tocaban y las manos del rubio se habían acomodado sobre las caderas de Donghyuck.

Ambos seguían relativamente sentados sobre las sábanas, pero su posición era muy íntima y Donghyuck estaba inclinado bajo el cuerpo de Mark.

Más jadeos comenzaron a acomodarse en su garganta cuando sintió de nuevo ese aroma en Mark, el mismo que le había dado un cosquilleo en su bajo vientre días atrás, sólo que ahora parecía más fuerte, quizás por su erección y lo sensible que estaba.

Tuvo que cortar el beso para respirar de forma agitada, sus grisáceos ojos y sus muy dilatadas pupilas miraron el rostro de Mark con súplica.