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—¡Lee Jaemin!

El grito de Jeno hizo que el híbrido se sobresaltara. El humano abrió de golpe la puerta del cuarto y el tigre apretó la pelota que tenía entre sus manos, clavando sus garras y pinchándola.

El mayor se detuvo a unos pasos de él, estaba rojo de furia. Resopló para calmarse, no me gustaba gritarle a sus híbridos. Acomodó el celular un poco más lejos de su rostro.

—Acá me está diciendo Mark que le diste una de mis pastillas mágicas a Donghyuck.

Jeno, ¿qué mierda? ¿"Pastillas mágicas"? ¿Lo tratas de idiota? ¿Son tuyas? ¿Qué mierda haces con viagra?

—Mark, cállate— Jeno sonó avergonzado. Volvió su vista hacia el tigre—. Jaemin, estás castigado.

—¿Por qué siempre me castigas?— Jae hizo un puchero. Apretó más la pelota entre sus manos, sacando aún más aire de esta.

—Porque me das razones para hacerlo, Jaemin— el tono de Jeno sonó tranquilo—. Ahora, estoy con Mark en altavoz para que escuche, junto conmigo, porqué lo hiciste.

El humano se acomodó frente a él, agachado, con el celular entre ambos.

—Quería ayudar a Donghyuck— murmuró—. Y así salvamos a Mark.

—¿Salvarlo de qué?

—De la mala suerte.

Se escuchó el suspiro de Mark y de Jeno.

—Jae, la mala suerte no existe. La buena tampoco— dijo Jeno—. La suerte no es real, Nana.

El tigre frunció el ceño.

—Así que olvídate de la mala suerte y del martes trece y de los gatos negros y todo eso. No es real— finalizó el humano, hablando con suavidad—. ¿Está bien?

Jaemin asintió sin ganas.

—Y no tienes que sacarme esas pastillas, Tigre, son peligrosas. No puedes jugar con ellas ni dárselas a nadie, ¿bien?

Jaemin asintió de nuevo.

—Bien, Jaemin, no tendrás televisión en toda la semana. Disfruta de tu castigo— y se fue antes de que el híbrido pudiera replicar, cerrando la puerta del cuarto, mientras se ponía el teléfono junto a su oreja, sacando el altavoz—. Bien, hyung, lo siento. No volverá a pasar.

Bien, sí, sí... Pero responde, ¿por qué tienes viagra?

Jeno hizo una larga pausa, incómodo, sintió sus mejillas ruborizarse.

—Bien, hyung, esto es incómodo de hablar...— murmuró—. Ehhh... Sabes quién se encarga de congeniar con Jaemin y con Renjun, ¿no?

Quiero creer que tú— respondió el rubio con una risa.

—Exacto. Ahora, ¿conoces el dicho de que "se reproducen como conejos"?— Jeno escuchó la sonora carcajada de Mark—. ¡Mark Lee!

Sí, sí, sí... Continúa. Es que es muy- — y volvió a reír.

—Básicamente, soy uno sólo para esos dos y cuando Renjun tiene ganas... En serio tiene muchas ganas y a veces estoy muy cansado y no funciona la palanca.

Mark reía a más no poder, y Jeno pensó en contarle. Fueron varios minutos en los que el rubio no daba más de la risa.

Jeno necesita ayuda con su palanca con pastillas para— se burló.

—Te odio, Lee— masculló. Había esperado por si necesitaba algo y sólo había recibido esa estúpida frase.

Colgó y quiso tirar el celular lejos, pero lo guardó en su bolsillo con fastidio.

Bad Luck || MarkhyuckDonde viven las historias. Descúbrelo ahora