POV Aleksey
-¡Ancel suelta el agua ya!- grite para que mi amigo habilitara el agua y ésta saliera de una vez del camión. Me mantenía cerca de la camioneta, podía sentir el gran calor que emanaban sus llamas. A lo lejos podía ver a Viveka abrazando a uno de sus perros mientras observaba toda la situación.
Sentí como el agua salió con una gran presión desde la manguera que tenía entre mis manos, me mantuve estable con mis piernas mientras rociaba todo el vehículo.
Herman preparaba las cosas para cuando la camioneta se apagara, íbamos a tirar de ella con su propia camioneta hasta algún lugar en donde no molestase. Conocíamos a Viveka y le gustaba el orden, apuesto todo a qué una camioneta achicharrada no adornaba bien su entrada.
Me moví con cautela alrededor del fuego, las llamaradas se hacían más pequeñas en cuanto iban pasando los minutos. Ancel bajo la presión del agua en cuanto le avise. Meyer anotaba cosas, como siempre, en su libreta de acontecimientos.
-¡Está lista!- dije rociando los últimos signos de fuego. Había comenzado a salir humo y éste se elevaba derecho hacia el cielo en una columna, lo que agradecía porque si hubiese algo de viento de seguro que respiraríamos todo eso. Ancel cerró el agua y comencé a juntar la manguera. Herman encendió su camioneta y la acercó a la ahora chatarra caliente.
-Señora Viveka, ¿a donde la llevamos?- pregunto mi amigo refiriéndose al vehículo. Ella se acercó a nosotros algo impactada por lo sucedido. Sus perros nos rodearon moviendo las colas, como si supieran que toda situación de peligro ya estaba controlada.
-A un lado de aquel galpón.- señaló con uno de sus dedos índices. Herman asintió con su cabeza y comenzó a preparar todo. Enrollé la manguera de la forma más prolija posible y luego de depositarla dentro del camión nuevamente acaricié a uno de los perros de la señora.
-¿Tiene seguro?- pregunto Meyer, la mujer asintió.-Le haré un acta para que declare lo sucedido y así pueda reclamar el seguro.- dijo nuestro compañero y jefe. La mujer explicó que cayó una ceniza encendida de su cigarrillo al asiento del acompañante y no se había dado cuenta hasta que vio las llamas. Era una mujer trabajadora, preparaba su propio terreno para futuras plantaciones y concentrada en ello no se ha dado cuenta de nada. Vive sola así que no se pudo hacer cargo de la situación.
-Más tarde iremos a beber una cerveza al bar de Jhonatan, ¿vas con nosotros?- pregunto Ancel quitándose la chaqueta. Había salido el sol y la humedad aumentó a gran nivel por lo qué hacía demasiado calor.
-Claro, iré por la noche, tengo unas cosas que hacer en casa.- respondí mientras caminaba a donde estaba el vehículo afectado, observe que no hubiese ninguna brasa encendida y luego de eso habilité con una seña a Herman para que avance. Arrastró la chatarra hacia donde la mujer nos indicó y la dejamos allí.
-¡Muchas gracias chicos!- dijo la mujer despidiéndose de nosotros. Todos nos subimos a nuestros vehículos correspondientes y nos retiramos del lugar.
Recorrí los caminos hacia mi casa nuevamente, disfrutaba de la brisa que golpeaba mi rostro. Revise que todo mi terreno estuviese bien con una mirada rápida. La mayoría de los animales se encontraban a la sombra de los árboles resguardándose del fuerte sol que había salido. Revise sus bebederos, todos estaban bien.
Volví a la casa y apenas pase el umbral comencé a quitarme el equipo de trabajo.
-¡No dejes nada tirado!- escuche a mi madre hablar desde la cocina. Camine con la ropa en mis manos hasta mi habitación y la colgué como correspondía, lista para cualquier otro evento que sucediera.
Volví a la cocina y pude ver a mi madre tomando té y leyendo una de sus revistas de crochet.
-¿Todo bien?- pregunte abriendo la heladera para sacar un poco de agua fría.
-Eso debería preguntártelo yo a ti.- me observo por encima de sus anteojos.- ¿como te ha ido?
-Bien, ha sido todo rápido.
-¿Viveka está bien?- pregunto luego de cerrar la revista.
-Si, ha perdido a su camioneta pero de salud está bien.- bebí agua directo de la botella.
-Vaso..-dijo mi madre molesta. No le gustaba que haga eso. Rodé los ojos y tome un vaso para rellenarlo con agua.- hay que desparasitar a veinte ovejas..las he dejado apartadas de las demás.- bebió algo de té.
-Esta bien, iré en un momento.- termine el agua y lave el vaso. Rellene la botella con agua y la puse nuevamente en la heladera. Me estire un poco y salí de la casa. El sol estaba fuerte así que tome mi sombrero de paja que se encontraba sobre la mesa de afuera y me lo puse. Camine hacia donde estaba mi caballo y luego de ensillarlo salí en busca de las ovejas.
-Bien chicas, ¡a desparasitar!- dije guiándolas hacia uno de los galpones que teníamos. Ya dentro las arrincone contra una de las paredes y luego de preparar el producto comencé a aplicárselo una por una. Algunas no se dejaban, otras se resignaban y quedaban quietas.
Las libere junto a las otras después de terminar. Revise a algunos animales más y luego de recorrer las plantaciones para saber si todo iba bien, libere a mi caballo.
Esas actividades me costaron toda la tarde y cuando el sol bajo me marche hacia la casa.
En el camino me crucé con mi madre que se encontraba revisando un naranjo. Había gran variedad de alimentos y animales en nuestro terreno, fueron producto de años de trabajo de parte de mi madre y mío solamente. El 70% de todo lo obtenido lo vendíamos a las tiendas cercanas mientras que nos quedábamos con lo otro para consumo propio. Estaba orgulloso de todo el fruto que habíamos obtenido hasta ahora.
-Saldré, no es necesario que cocines nada. No cenaré aquí.- le avise a mi madre cuando entro a la casa. Estaba concentrado leyendo uno de mis libros.
-No iba a cocinar de todas formas. Ha quedado goulash de hoy.- cerré mi libro no sin antes marcar la página en donde estaba y me fui a duchar. Era momento de descansar y estaba seguro de que mi madre se pondría a tejer ahora. Me duché y luego de vestirme, saludé a mi madre y salí en mi motocicleta camino hacia el bar. Al menos una vez a la semana tratábamos de juntarnos con los chicos para dispersarnos un poco de la rutina.
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ALEKSEY - Terminada.
RomanceAleksey es un trabajador rural y bombero que vive una vida totalmente tranquila junto a su madre en Alemania. Tratará de mantener la compostura y no perder su tranquilidad al cruzarse con Leyna, una extranjera alocada con un título en enfermería e...