Capitulo 38

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POV Aleksey
Estaba completamente destrozado, ella había arreglado su problema de una manera tan fácil que me sorprendió. Sabía que era de carácter fuerte, pero nunca pensé que actuara así.
Me encantaba que sea tan independiente y gracias a mi error pude entender que ella no necesitaba tanto de mi protección como yo pensaba.
Había hecho una solicitud de cambio y había recabado pruebas para eliminar a Wanda de su camino, era demasiado inteligente.
-Cálmate.- dije forcejeando con la desquiciada. La saqué de la oficina antes de que atacara a alguien, estaba totalmente fuera de si.
-No puedo permitir que esa zorra me haga esto. - gritó. La lleve hasta el garaje y me detuve allí.
-Véte Wanda.- dije empujándola levemente. Ella me observo sorprendida.
-¿Que dices? Tu tienes que ayudarme, no puedes echarme, eres mi novio.
-Jamás te pedí serlo.- hable firme. Ella dejó de moverse para observarme con una gran maldad.
-¿De que estás hablando Aleksey?- pregunto. Sabía que cuando ella se quedaba quieta de repente era para atacar luego y estaba preparado para ello.
-De que me han cansado tus actitudes.- dije fingiendo estar ofendido por su comportamiento, no iba a decirle que solo había estado con ella para que Leyna pase su prueba, eso sería poner el dedo en la llaga.
-Ella me ha provocado.- hablo defendiéndose.
-Tu no has cambiado para nada Wanda, sigues siendo la misma.- dije la verdad.
-Eres un cabron...-dijo sonriendo sin poder creer la situación- tú te la verás conmigo, no ahora, pero en el momento adecuado pagarás por todo esto.- dijo eufórica. Se retiró del lugar sin que tuviera que insistir más y me quede parado allí observando cómo se iba.
-Leyna había preparado un inyectable para calmarla.- dijo Ancel detrás de mi. Lo mire sin poder creer lo que decía.-¿Que? Si no la calmabas tú lo debíamos hacer nosotros. Era muy arriesgado tenerla aquí de esa manera y tú lo sabes muy bien.- se posicionó a mi lado y observo también la calle frente al garaje.-¿Le contarás todo?- dijo refiriéndose a Leyna.
-No lo sé..-hable pensativo. Ahora que el tema estaba solucionado no sabía cómo seguir, por dármelas de héroe me ha salido todo mal.
Igualmente me tenían algo inquieto las últimas palabras de Wanda. No temía por mi, sino por Leyna. Ella podía tomar represalias en su contra y eso hacía que mi piel se erice.
Actuaría diferente esta vez, se terminó el héroe, tenía que actuar junto a ella.
-Será mejor que lo hagas, esa chica está muy decepcionada contigo, si supiera la razón del por qué fue todo esto, tal vez podrías cambiar su visión.
-No lo creo.- dije cruzando mis brazos sobre mi pecho. Estaba más que convencido de que la había cagado totalmente y que no había marcha atrás.
-Trata de hacer las cosas correctamente...-dijo palmeando uno de mis hombros y después de eso se retiró. Suspire y solté mis brazos a un costado. Camine hacia adentro, pase por la oficina de Meyer que estaba vacía, los baños también y las habitaciones igual.
Entre al comedor en donde estaban todos sentados charlando, apenas entre se callaron y me observaron, creo que nunca había vivido un momento tan incomodo.
-Esperó que no traigas a ninguna loca más a mi destacamento.- hablo Meyer firme. No conteste, tenia razón si estaba enojado. Todo se había desestabilizado por mi culpa.- ven aquí, siéntate con nosotros y vuelve a ser el que eras, que bastante has cambiado estos días.- palmeo una silla a su lado y camine hasta el. Me senté y los observe, no tenía nada para decir.
-¿Que les parece si cenamos aquí hoy?- hablo Herman.- hace mucho que no cenamos todos juntos.
-Nunca he cenado con todos al mismo tiempo.- acotó Leyna.
-Pues con más razón, debemos hacerlo.- esta vez dijo Ancel.
-¿Debo dar órdenes de quien hará cada tarea como la última vez  o se organizarán ustedes?- Meyer cruzó los dedos de sus manos sobre la mesa. Sabía que aún estaba enojado pero estaba tratando de controlarse.
-Lavaré los platos.- dijo Herman.
-Y yo me encargaré de preparar la mesa. Hay que ir a comprar pan así que iré también- hablo Ancel medio sonriente. Los había descubierto, sabía que era lo que querían lograr. No hable, deje que ella lo hiciera. Si ella daba el primer paso yo la seguiría con gusto, si no, sabré que todo está perdido para mi.
-Cocinaré...-dijo dudosa y suspiro-¿Quieres ayudarme? Podríamos hacer la pasta a la boloñesa de la otra vez.- me observo. Sentí como la alegría se adueñaba de mi, tal vez no estaba todo perdido como pensaba. Asentí, no muy eufórico, no quería espantarla.
-Esta bien, entonces manos a la obra. Iré a por un vino.- dijo Meyer, todos lo observamos con el ceño fruncido, él era la primera persona en contra de beber dentro del turno.-¿que? Después de lo qué pasó lo necesito, no es fácil para mi convivir con ustedes, son unos salvajes.- salió del comedor y los cuatro sonreímos. Poco a poco todo se estaba arreglando y eso me dejaba tranquilo.
Leyna se levanto de su lugar y yo hice lo mismo, ambos caminamos hacia la cocina. Me acerqué a ella y acaricié levemente una de sus manos mientras se movía. Ella me observo, no se había enojado, eso era una buena señal.
Como siempre y por ser tan buen equipo, nos acoplamos enseguida dentro de la cocina y logramos hacer una pasta más rica que la anterior aún. No habíamos discutido por tonterías como en los últimos días, es más, hasta charlamos pacíficamente. Creo que la presencia de Wanda hacía que ella se sintiera nerviosa todo el tiempo, y yo como buen idiota no me había dado cuenta.
Disfrute de ese momento a solas con ella, era el comienzo de un largo camino hacia el perdón. Sabía que tenía que esforzarme y con su carácter tenía que hacerlo el doble, pero estaba totalmente dispuesto a hacerlo porque nunca la dejé de querer.

ALEKSEY - Terminada. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora