Capitulo 26

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POV Aleksey
Llegamos al destacamento totalmente cansados, Leyna casi se duerme sobre mi pecho, la había abrazado mientras veníamos hacia aquí y así nos habíamos quedado.
-Vamos nena, debemos quitarnos los uniformes.- dije suavemente para despabilarla. Ella se enderezó y con mucha pereza se bajó del camión, podía entenderla, a mi también me había pasado la primera vez. La adrenalina se mete tanto en tu cuerpo que no sientes nada en el momento pero después, después es como si algo muy pesado te aplastara. Y todavía teníamos que aguantar el peso extra del traje.
La ayude a caminar, ella tomó uno de mis brazos y arrastró sus pies. Herman caminaba a nuestro lado sonriente, a él le quedaban energías para apagar cuatro incendios más si era necesario. Ancel se acercó a nosotros con unas grandes ojeras bajo sus ojos rojos.
-Bebe..-dijo acercándose a ella para alcanzarle una botella con agua. Aunque estaba algo ebrio igualmente entendía que en su primer día debíamos apoyarla y contenerla cuanto más pudiéramos.
-Después, no tengo sed ahora.- respondió ella moviendo la mano de Ancel con la botella a un lado.
-Tienes que beber agua Leyna, siempre debes hacerlo al llegar. Es una regla básica de aquí, mantenernos hidratados es importantísimo.- dijo Meyer mientras se acercaba a nosotros. Ella rodó los ojos y tomó la botella con una de sus manos, la empinó y bebió el líquido que contenía. Todos la observamos atentos.- has hecho un buen trabajo hoy, sigue así y podrás ser parte de nosotros en cuanto menos te lo esperes.- dijo el mayor dedicándole una pequeñísima sonrisa.
-Gracias jefe.- dijo ella despabilándose un poco más. Sabía que esas palabras le habían dado las energías suficientes para seguir adelante.
Meyer se fue y Ancel fue tras el, de seguro le iba a pedir disculpas por su estado pero no se salvaría de su castigo, el mayor solía ser muy estricto con esas cosas.
-Vamos, hay que quitarte esto.- dije acompañándola. Herman se quitó el uniforme más que rápido y conociéndole sabía que estaba apresurado para ir a comer. Salió del lugar pitando.
-Es muy pesado.- dijo ella refiriéndose a su equipo.
-Lo se, te costará al principio, es cuestión de tiempo que te acostumbres.- le quite la chaqueta y los guantes mientras ella se sentaba en uno de los bancos que allí había. Quite los tirantes de sus hombros y le baje el pantalón. Por suerte para ella, tenía su ropa debajo si no quien sabe lo que estaría haciendo ahora mismo. Colgué el traje en los percheros y me quite el mío.
-¿Te ducharás?- pregunto mirando al suelo.
-Si, ¿quieres venir conmigo?- respondí. Asintió con su cabeza. Guarde los cascos en sus lugares y las capillas también, debía quedar todo perfecto para la próxima ocasión. Camine hacia ella y tome de su mano cuando ya estuvo de pie. Caminamos juntos hacia las duchas.
-Meyer no puede vernos.- dijo atenta a lo que había alrededor nuestro.
-Por eso cerrare la puerta con tranca.- dije bloqueando la puerta.
-Pero pueden descubrimos...
-Créeme, si no los obligas los chicos no pasan por aquí.- hable simpático. Ella sonrió levemente y se quitó la ropa. La observe, tan maravillado como si fuera la primera vez que la veía, aunque ya me sabía de memoria casi todos los lugares de su cuerpo.
-¿Te quedarás ahí viéndome o vendrás a ducharte?- pregunto mientras caminaba hacia la ducha. Me moví rápido y también me quite la ropa. Camine hacia donde estaba y la observe mojarse el cabello. Entre a la ducha y cerré los ojos al notar que el agua me salpicaba.  Me paré frente a el chorro de agua provocando que ella ya no pudiera mojarse.- que seas tan grande como una puerta no te da derecho a bloquearme el agua.- hablo graciosa.
-Muéveme..-dije con una sonrisa en mi rostro.
-Eres injusto conmigo, eso es casi imposible y lo sabes.
-Lo que vale es intentar.- ella se acercó a mi con una sonrisa malévola. Era tan sensual que mi pene comenzó a cobrar vida.
-Vaya...después de todo el chico musculoso tiene una debilidad..-se acercó a un más y con una de sus manos acarició mis testiculos, se me cortó el aire y quede estático.-¿Que pasa?- pregunto.
-Na..nada..-siguió acariciándome, ahora lo hacía en toda mi zona intima. Ya lo tenía hecho un palo de duro, me estaba provocando. Con mis manos tome su rostro y comencé a besarla efusivamente. Si, había perdido el control. Ella provocaba eso en mi.- Dime que es lo que quieres...- dije en su oído después de voltearla, apoye su cuerpo contra la pared y el agua cayó libremente por él.
-Que me folles como solo tú sabes hacerlo...-respondió con la respiración agitada. Bese su espalda en todas las direcciones posibles, ella comenzó a gemir y eso me prendía aún más. Corrí su cabello a un lado y bese su cuello.- Hazlo Alek, follame de una vez..-rogó. No le hice esperar ni un segundo más y me adentré en su vagina. Fuerte y sin detenciones. Ella puso sus manos contra la pared y podía ver como retorcía sus dedos de placer. Comencé a embestirla de manera brusca, estaba probando cosas nuevas y quería saber que era lo que realmente le gustaba. Pase uno de mis brazos hacia adelante y lo posicione entre medio de sus piernas, comencé a acariciar su clitoris en forma circular, estaba muy caliente. Tiro el culo más atrás y yo embestí con fuerza. Varios gemidos se escaparon de mi boca hasta que después de varios minutos ambos logramos llegar al orgasmo. El agua caía sobre nosotros llevándose todo rastro de sudor. Apoye mi cabeza sobre la suya y trate de controlar mi respiración, aún me mantenía dentro y si se movía tan solo un poco más, podría comenzar a follarla otra vez.
-Te quiero..-dije bajo el agua. Ella detuvo su respiración durante unos segundos y bajo sus brazos, buscó una de mis manos y entrelazó nuestros dedos.
-Yo también te quiero Alek..-dijo tranquila. Una chispa de emoción recorrió todo mi cuerpo, ambos nos queríamos y estábamos preparados para todo.

ALEKSEY - Terminada. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora