POV Aleksey
-Por sus servicios extra como cadete y su excelencia en la atención a la comunidad otorgamos la medalla a de honor a la señorita Leyna Brown.- todos aplaudimos. Ella subió feliz al escenario delante de nosotros, el uniforme formal le quedaba de maravilla. Nunca la había imaginado con él puesto y era la primera vez que la veía así.
El comandante general, que asistió exclusivamente para el evento de cierre del año, le puso la medalla a un costado del uniforme. Leyna sonrió como nunca. También le dieron su certificado de bombero, se había recibido al fin.
-Y ahora llamamos a todos los nuevos cadetes del siguiente año.- dijo la presentadora. Más de diez personas subieron al escenario. Todos estábamos emocionados, al final, estábamos logrando armar un gran equipo. Meyer se veía conmovido, no sabía si era por el estrés que le causarían estos nuevos cadetes o porque en realidad estaba feliz de que su destacamento avanzara de esta manera.
Presentaron a todos los nuevos nombre por nombre, ellos estaban sonrientes, pobres, ni se imaginaban lo que les teníamos preparado. Sus familias, todos conocidos del pueblo, aplaudieron contentos.
-Llamamos al escenario a los oficiales Aleksey Mykolaiv, Herman Bach y Ancel Everhart.- hablo nuevamente la mujer con su micrófono. Los tres subimos nerviosos, no sabíamos a qué nos llamaban. Jamás habíamos hecho un evento de este tipo, los cierres de año normalmente lo hacíamos entre los cuatro bebiendo cervezas en el destacamento, Leyna tuvo la idea y como siempre, la seguimos.
-Se entregarán las medallas al mérito profesional a los tres, por estar siempre a la orden del pueblo y brindar los mejores servicios que puedan darse.- aplaudimos junto a los demás. Herman estaba al borde del llanto y eso me provocó una carcajada que corté en seco cuando el comandante general se acercó a mi. Nos pusieron las medallas correspondientes y nos quedamos allí parados junto a los demás. Un fotógrafo no dejaba de sacar fotos a todo el mundo.
-Ahora llega el momento de entregar la placa de reconocimiento por el mejor servicio anual según los pueblerinos.- fruncí el ceño, no entendía de que hablaba esa mujer y no sabía que rayos era una placa de reconocimiento. Ni siquiera sabía que había un mejor servicio anual y que los habitantes podían elegirlo. Meyer sonrió animado.- Leyna Brown y Aleksey Mykolaiv, pasen adelante.- nos acercamos y dimos unos pasos hacia enfrente algo confundidos.
-¿Sabes que sucede?- pregunto ella en un susurro.
-No tengo idea..-respondí de la misma manera. Observe que Luther subía al escenario junto a su mujer y su pequeño bebé de siete meses. Era el niño que Leyna había revivido al momento de su nacimiento, me costó unos segundos darme cuenta de lo que sucedía.
-Gracias por salvar a nuestro bebé, si ustedes no hubiesen asistido nuestra emergencia probablemente Ferdinand no estaría aquí.- dijo la mujer entregándonos la placa con lágrimas en los ojos. Ambos sonreímos, Leyna también estaba conmovida. Ellos se retiraron y todo el mundo aplaudió efusivamente.
-La pondremos en nuestra casa.- hablo Leyna a mi lado limpiando algunas de sus lágrimas. Si fuera por mi la estaría abrazando en este momento pero no podía hacerlo ya que tenía que mantener la formalidad. Después de saludar al comandante con un apretón de manos la ayude a bajar del escenario y todos los demás hicieron lo mismo. Habían contratado a una banda del pueblo para que tocara después de la ceremonia así que era momento de escucharlos.
La abrace tanto cuando ya estábamos abajo que temí haberle quebrado alguna costilla. Ella no dejaba de sonreír y estaba más cariñosa que nunca.
-Estoy orgulloso de ti.- dije con la voz temblorosa. Después de haberme contenido allí arriba no pude más y me quebré por completo.
-Te amo cariño..-dijo ella mirándome a los ojos y entonces deje que las lágrimas cayeran libremente, no me interesaba estar rodeado por todo el pueblo. Ella limpio mis lágrimas y me beso. La abrace nuevamente, deseaba con el alma que ella se quedara a mi lado para siempre.
-Alek...no es por interrumpir pero ya lo encontré.- nos separamos y observe a mi amigo Herman sorprendido. Tome el objeto rápidamente en mis manos y lo oculté de Leyna, ella me observo con los ojos entrecerrados.
-¿Que ocultas?- pregunto. Suspire preparándome para lo que vendría, estaba nervioso, muy nervioso. Me arrodillé frente a ella y abrí el estuche. Ella me observo sonriente.
-Nuestra casa esta completamente lista ¿me darías el honor de abrir la puerta por primera vez?- pregunte mientras ella observaba la llave dorada que estaba dentro del estuche. Asintió con la cabeza y la tomó en sus manos. No la había dejado entrar a la casa aún, quería sorprenderla. El día anterior, cuando ya tenía todo preparado, le entregue el estuche con la llave a Herman para que lo cuide ya que Leyna conocía todos mis escondites y el idiota lo perdió. Parece que lo encontró antes de la ceremonia y me lo entrego justo a tiempo.
Las horas pasaron demasiado lentas para mi gusto y saludar a absolutamente todas las personas que había a mi alrededor me habían dejado un poco incómodo. Quería que llegara el momento de entrar a la nueva casa de una vez.
-Tienes que ponerte la venda antes de subir al coche, no pienso llevarte con los ojos descubiertos cuando estuve meses planificando esta sorpresa.- ella sonrió y en el estacionamiento se puso la venda en sus ojos. La ayude a subir al vehículo y conduje rápidamente hacia nuestro hogar.
Al llegar la ayude a bajar y caminamos lentamente hacia la entrada, suspire orgulloso. Había costado muchas horas de trabajo obtener la construcción que tenía enfrente, si bien le faltaban algunos detalles, estaba completamente lista para habitarla.
Le quite la venda a Leyna y ella observo todo nuestro alrededor sorprendida, la última vez que había venido aquí fue hace exactamente mes y medio y la casa no tenía nada que ver con lo que era ahora.
-Bien, abre la puerta.- indiqué corriéndome a un costado. Ella colocó la llave que le había dado anteriormente en la cerradura y abrió.- bienvenida a nuestro hogar cariño.- dije otra vez conmovido. No podía controlarme, era un día de muchas emociones.
Ella entró lentamente al lugar observando todo con detalle.
-Has pintado del color que me gustaba.- dijo tocando la pared del living con una de sus manos.
-Así es, he tratado de hacer al pie de la letra todo lo que imaginamos.- la seguí sonriente.
-¡Y has puesto el sillón blanco!- casi gritó emocionada. Solté una carcajada, sabía que le había encantado ese sillón pero trataba de disimularlo ante mi por alguna razón. Se tiro sobre el sillón contenta y yo hice lo mismo justo después.
-¿No vas a ver el resto de la casa?- pregunte abrazándola.
-Tengo toda la vida para hacerlo, déjame disfrutar de este momento.- enredo sus piernas en mi cuerpo y me beso.
Quería quedarme así siempre, ella me daba la felicidad que necesitaba. Llegó justo a tiempo para curar todas mis heridas y para cambiarme completamente. Nunca imaginé que aquella chica de cuidad que se encontraba en casa de Viveka ahora estaría viviendo conmigo, compartiendo la misma pasión que yo sentía por mi trabajo y amándome, como yo a ella.
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ALEKSEY - Terminada.
Roman d'amourAleksey es un trabajador rural y bombero que vive una vida totalmente tranquila junto a su madre en Alemania. Tratará de mantener la compostura y no perder su tranquilidad al cruzarse con Leyna, una extranjera alocada con un título en enfermería e...