POV Leyna
Dos años después...
-¡Muévete Stein! ¡Me tienes cansado ya!- gritó Alek mientras entrenaba a los nuevos. Uno de ellos estaba parado a un costado respirando agitadamente mientras los otros corrían. Se acercó a él con cara de malo y volvió a gritar-¿Piensas que tu prueba se dará sola?- pregunto altanero. Entrecerré los ojos, no me gustaba cuando se ponía así con los nuevos. El chico lo observaba asustado. Camine hacia ellos con mucha seguridad, tenía mi uniforme puesto y me sentía orgullosa de traerlo conmigo.
-Permiso de hacerme cargo oficial.- pregunte formalmente. Habíamos quedado en que ninguno de los dos se tutearía en el trabajo, debíamos mantener la jerarquía intacta. Aleksey me observo serio, aunque sabía que por dentro estaba totalmente divertido. Asintió con su cabeza y se retiró del lugar para ir con los demás. El chico seguía agitado.
-Ponte derecho y respira profundo.- aconseje mientras recordaba cuando yo perdía el control en todas mis pruebas.
-No estoy acostumbrado a tanto ejercicio.- dijo en un susurro. Su rostro estaba empapado en transpiración.
-Bueno, recuerda mantenerte hidratado, es lo principal.- dije alcanzándole una botella de agua que tenía en mis manos- come sano y equilibrado, cuando eres bombero tu herramienta principal es tu cuerpo.- hable mientras observaba a los demás.- trata de entrenar unas horas extras para poder acostumbrarte, Herman es bueno para eso, puedes pedirle unas clases.- recordé cuando me ayudaba a entrenar- aunque es muy exigente a veces.- dije con una sonrisa en el rostro.
-Gracias por los consejos, los tendré en cuenta.- hablo con la respiración algo más tranquila.
-Ve allí antes de que el oficial se enoje de nuevo.- lo empuje levemente y corrió hacia donde estaban todos.
-¿Que haces aquí?- hablo Ancel a mi lado.
-Tomando aire mientras espero a que Alek termine, mi clase ya ha culminado.- respondí mirándolo. Era la encargada de las clases de enfermería para bomberos y estaba muy contenta con ello.
-¿Y como vas con eso?- observo mi cuerpo, acaricié mi ahora ya crecido abdomen con cariño.
-Bien, hoy está tranquila.- respire el fresco aire que corría por el campo de entrenamiento. Aleksey había donado este lugar para que todos pudiéramos entrenar aquí.
-Imagino que no irás corriendo al destacamento como los demás ¿no?- negué con la cabeza, eso era físicamente imposible.- entonces vamos que te llevo, tengo que ir a buscar unas planillas.- ambos caminamos hacia el coche y emprendimos camino a la estación.
Al llegar la camioneta de Herman se encontraba mal estacionada como siempre. Sonreímos, de seguro Meyer estaría esperando para castigarlo con ansias.
-¿Que tal?- dije entrando al comedor.
-Hola mi gordita preferida.- mi compañero se acercó para abrazarme. Hacía dos días que no iba al destacamento, tenía novia nueva y estaba muy ocupado dándole su atención, otro motivo de castigo para Meyer.
-Sabes que no puedes hablarme así aquí..-hable divertida.
-No hay nadie que pueda reclamarme nada.- dijo deshaciendo el abrazo.
-Claro que si, a mi oficina inmediatamente.- Meyer apareció de la nada, como siempre hacía. No pude contener una carcajada así que trate de disimular lo mejor posible. Herman camino resignado mientras seguía a nuestro jefe.
Estuvimos media hora hablando de bebés y temas similares, Ancel había sido padre por segunda vez hacía pocos meses y siempre que podía me daba consejos sobre ello.
-Deja de llenarle la cabeza a mi mujer..-dijo Alek entrando al comedor. Estaba sudado y tenía el rostro rojo.
-Tu tienes que dejar de correr hacia aquí después de los entrenamientos, estás viejo ya.- hablo Ancel, abrace a mi marido y el beso mi cabeza.
-Tu estás viejo, yo estoy en perfectas condiciones.- su voz sonaba ronca y eso, debido a las hormonas, me ponía a mil.- ¿Cómo está mi bebé?- pregunto acariciando mi abdomen.
-Bien, no se ha movido tanto hoy.- respondí cariñosa.
-Tienes que comer azúcar, eso los hace ponerse desquiciados.- aconsejo Ancel.
-No comeré azúcar, ella siempre se mueve como loca, hoy debe estar descansando.- me senté en una de las sillas para descansar mis piernas.
-Deja de darle esos consejos a Leyna, Ancel. Harás que mi hija salga hiperactiva.- Alek saco una botella de agua de la heladera y bebió.
-Tiene tus genes, es obvio que saldrá hiperactiva de allí.- mi chico rodó los ojos.
-¿Vamos cariño? Ya he llenado las planillas de hoy, no tengo nada más que hacer aquí.- dijo Alek caminando hacia la puerta. Le seguí y salimos no sin antes despedirnos de Ancel.
El destacamento era nuestro segundo hogar, nos la pasábamos aquí todos los días del año.
Al llegar a nuestra casa me detuve un momento para observarla, había cambiado mucho desde aquella primera vez que entramos. Hicimos varios detalles más y le agregamos cosas que hacían que la sintiéramos más nuestra que nada. Sonreí, jamás imaginé que mi vida cambiaría de tal manera. De ser enfermera en Estados Unidos y ser completamente rechazada a ser bombero en Alemania y haber formado una familia con el hombre más maravilloso que podría haber conocido. La vida sin dudas tenía muchas sorpresas para mi y esperaba a la mejor de todas en unos meses, a Federika, como su abuela.
Estaba feliz, Aleksey me hacía muy feliz y nos uníamos cada vez más de acuerdo pasaba el tiempo. Es mi apoyo en todo, es mi otra mitad. Y jamás me hubiese imaginado encontrar al amor de mi vida en el medio del campo como lo hice y estaba totalmente agradecida por ello.
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ALEKSEY - Terminada.
عاطفيةAleksey es un trabajador rural y bombero que vive una vida totalmente tranquila junto a su madre en Alemania. Tratará de mantener la compostura y no perder su tranquilidad al cruzarse con Leyna, una extranjera alocada con un título en enfermería e...