Capitulo 20

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POV Leyna
Los días seguían pasando y estaba aquí sentada en medio de una sala dispuesta a dar mi tercer prueba. Conocimientos generales, demasiada compleja. No tenía idea de lo que me preguntarían aquí pero tuve que estudiar todo lo relacionado a la geografía del pueblo, población, cultura y demás cosas. No era fácil para mi ya que me había mudado hace poco aquí, de hecho no conocía casi nada ni nadie. Herman me llevo varias veces de tour por el lugar y me explico varias cosas, pero no fue nada muy profundo. Debía conformarme con los libros hechos por escritores de aquí, y no eran muchos, solo dos o tres. Meyer también me contó varias anécdotas, pero no podía decirme mucho ya que era él quien tomaba mis pruebas y no tenía permitido hacer contacto conmigo.
-Tranquilízate, estás sudando.- dijo el hombre mayor frente a mi. Suspiré, estaba totalmente superada por la situación. Dejó varias hojas sobre mi pupitre y me observo fijamente.- has estudiado y tienes toda la información que necesitas dentro de tu cabeza. Concéntrate Leyna, se que tu puedes.- asentí totalmente aterrada. No me gustaban las pruebas de ningún tipo, para nada. Eran cosas que ponían mis nervios al límite y siempre terminaba perdiendo.
Fue una hora y media realmente llena de adrenalina, estaba segura que después de salir de aquí me daría una larga ducha para relajarme. Entregue las hojas con las diferentes respuestas escritas en ellas y le sonreí levemente a Meyer, creo que no me fue tan mal.
Salí del lugar un poco más tranquila, si seguía así me iba a enloquecer por completo y todavía me quedaban dos pruebas más.
Camine hacia los baños, era en serio lo de la ducha, aparte, realmente estaba sudada. Deje mis cosas en mi casillero y saqué una muda de ropa. Siempre debíamos tener dos mudas por las dudas y aunque no era parte del equipo aún, debí traer mi ropa igual.
Me duché y realmente lo disfruté, como siempre. La preocupación por los resultados aún seguía allí pero al menos no estaba tan nerviosa.
Me envolví en una toalla y salí al vestidor, seque mi cabello con otra toalla y ordene mi ropa sucia. Al voltearme pude verle, estaba parado allí en el umbral de la puerta, serio y con los brazos a los lados.
No sabía cuanto tiempo estuvo allí, pero su presencia hizo que algo se remueva dentro de mi, un sentimiento que poco a poco había ocultado para no sufrir.
-Hola..-dije casi sin voz.
-Tengo que limpiar..-hablo altanero.
-Me visto y salgo...-lo observe como haciéndole entender que salga del lugar. Él rodó los ojos y se retiró. Nerviosa, trate de vestirme lo más rápido posible. Peine mi cabello, ni siquiera pensé en ponerme la crema corporal de siempre, eso solo me atrasaría más.
Junte mis cosas y me retire del lugar casi corriendo. No sabía por qué me comportaba así, él de alguna manera lograba ponerme nerviosa y mal, todo lo contrario a lo que sucedía anterior a.. a la muerte de su madre.
Entre a la cocina y me senté a desayunar, no había comido nada antes de la prueba porque estaba muy nerviosa y no podía siquiera tragar.
-Come..-dijo Herman dejando dos manzanas frente a mi.- la fruta te hará bien, ¿has bebido agua?- asentí. Aunque ya había dado la prueba física él aún seguía cuidándome. Comí mis cereales con leche bajo su estricta mirada y luego seguí con la fruta.-¿como crees que te fue?- pregunto.
-No lo sé, creo que bien.- me observo poco convencido con lo que le había dicho. Aleksey entró al comedor en silencio, ambos le miramos. Bebió un poco de agua y pasó por nuestro lado como si no existiéramos.
-Ha vuelto y no quiero que te afecte ¿me escuchas? Él solo se está comportando como un idiota y lo único que lograrás con hacerle caso es perder tus pruebas.- asentí con mi cabeza acatando su advertencia. La verdad es que era demasiado difícil no hacerle caso, habíamos logrado tener una hermosa conexión y ahora todo eso se había esfumado.
-¿Le han visto?- pregunto Ancel entrando al comedor. Ambos asentimos.- ni siquiera me ha saludado. No entiendo por qué es así.- dijo sentándose junto a nosotros. Seguí comiendo mi fruta, al menos no era la única a la que trataba mal.
-Es así porque hemos discutido con él la última vez que fuimos a su casa.- hablo Herman.
-¿Fueron a su casa?- pregunte.
-Si, pero ha salido mal.- respondió Ancel. Los dos decidieron guardar silencio con el tema, algo había pasado y no querían contármelo. Meyer también entró al comedor, se dirigió a la heladera y sacó una de sus tartas.
-¿Te ha dirigido la palabra?- le pregunto Ancel.
-No tiene motivos como para no hablarme.- respondió el mayor indiferente mientras ponía un pedazo de tarta en su boca.
-Es un idiota.- hablo esta vez Herman. Meyer se acercó a la mesa y nos miró uno por uno.
-Tienen que dejarle tranquilo. Ha pasado por mucho.
-Eso no es motivo para tratarnos mal.- dijo Ancel.- estamos haciendo todo lo posible por contenerlo pero no se deja.
-Algunas personas reaccionan así, recuerden que un duelo no es nada fácil. Déjenlo en paz, en algún momento se le pasará.- me concentre en la manzana que tenía en una de mis manos. No iba a hablar, no tenía nada que decir.
-Los resultados de tu prueba estarán por la tarde.- levante la mirada para observarlo- desde ya te digo y por lo que he visto, no pinta nada bien. Así que prepárate para cualquier tipo de resultado.- advirtió. Un nudo se formó en mi garganta y mis ojos comenzaron a arder. Se retiró del lugar como si nada hubiese dicho y yo me quedé allí, totalmente perdida.
Deje la manzana aún lado e inspire profundo, no quería perder el control ahora. Los chicos me observaron con algo de pena, no iba a aceptar que me miraran así, si perdía la prueba pues seguiría con mi vida, tampoco era el fin del mundo.
-Iré por un poco de aire fresco.- avise y me retire del lugar. Camine lo más rápido que pude hacia algún lugar en donde no fuera vista, había comenzado a llorar en cuanto salí del comedor y era algo que no podía controlar. Me detuve junto a una pared en la sala de máquinas, trate de tomar aire pero mi garganta estaba cerrada. Las lágrimas caían sin parar, no podía soportar tanta presión. Estaba fallando por algún motivo. Me agache y cubrí mi rostro con mis manos, el aire tenía dificultades para entrar en mi cuerpo y eso me desesperaba.
-No, ponte de pie. Así no lograrás nada.- sentí dos grandes brazos rodearme y ponerme de pie. Quito mis manos y cabello de mi rostro y me dejo un poco de espacio para que respirara.- relájate. Respira...- lo observe, Aleksey tenía cara de preocupado. Mis lágrimas cayeron con más fuerza aún.- no llores o empeorarás tu respiración...tranquila.- trate de hacerlo pero era imposible. Le abracé, como hacía tiempo no lo hacía, lo necesitaba muchísimo. El acarició mi espalda suavemente, poco a poco comencé a sentirme mejor, aunque estaba todavía abrumada.

ALEKSEY - Terminada. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora