Fue una noche larga para ambos. Se tumbaron en el sillón y, cubiertos con una manta, Minho fue capaz de sincerarse con Jisung, de contarle todo lo ocurrido esa semana, con una voz temblorosa que a veces se convertía en un susurro. Jisung, a su lado, escuchaba atentamente, acariciándole el cabello con dulzura.—Podía haber muerto, Jisung —repetía, como queriendo convencerlo de esa idea—. Fue espantoso. Igual que lo de Changbin, lo de su hermano, lo de... —recordar todo de nuevo le volvió a provocar ganas de llorar—. No...
—Minho, tranquilízate —dijo el menor, cogiendo sus manos entre las suyas. Jisung no sabía la fuerza que a Minho le daba ese contacto—. Todo ha salido bien, dentro de lo que cabe. Piensa que lo que ha podido ser una muerte se ha quedado en una cicatriz que desaparecerá con el tiempo...
—Temo sobre todo por Changbin —se apoyó en el abdomen del menor, mirando la noche por la ventana—. Estaba herido. No sé cuánto tiempo llevaría sin comer, sin dormir... cuánto tiempo llevaría así.
—Pero es lo que tu amigo necesita en este momento —Jisung le daba la seguridad que a Minho le faltaba, y le acarició el mentón, sin soltarle la otra mano—. Necesita reflexionar en qué va a convertirse su vida. Necesita darse cuenta de lo que ha perdido... y qué puede hacer ahora.
Minho se volvió y miró al menor a los ojos; sus pupilas resplandecían por la humedad. Se acercó a Jisung, quedándose a escasos centímetros de sus labios.
—¿Necesitaste ese tiempo cuando me perdiste?
Jisung no contestó, pero la respuesta fue obvia. El menor pasó sus manos por el cuello contrario, y Minho limpió las lágrimas de sus ojos, contagiándose.
—Prométeme que nunca más te perderé —dijo el menor conteniendo el llanto, aunque la sonrisa de Minho lo tranquilizó.
—Te prometo que no me perderás. Te prometo que saldré del mismísimo infierno si me hacen bajar ahí para volver a tu lado.
No hizo falta decir nada más. Cerraron la conversación con un beso mudo, pero lleno de palabras.
Se durmieron allí sin querer, hasta que les cegó el sol de la mañana; apenas habían dormido un par de horas, pero se sentían reconfortados.
—Espero que nunca me acostumbre a despertarme contigo. Quiero llevarme la misma grata sorpresa todas las mañanas de mi vida.
Jisung rio, estirándose.
—¡Vaya, no conocía esta faceta de Minho romántico!
—¿Ah, no? ¿Entonces por qué decidiste seguir viéndome? —preguntó juguetón, acercándose a su cara.
—Porque no podía estar sin ver una de tus sonrisas.
Minho lo besó con una de ellas en la comisura de los labios. Se separó, no sin antes darle un mordisquito en el labio inferior.
—No te hagas tanto de querer —le susurró, besando al menor de nuevo.
Sabían que esas ganas de estar juntos se debían a esos días que habían estado sin verse, porque tenían la necesidad de vivir ese tipo de momentos ahora que podían.
—Vas a ir a la universidad, ¿verdad? —preguntó Minho mientras desayunaban—. Yo me acercaré a ver al señor Park, un alado que nos puede ayudar con lo del Clan de las Alas.
—Ten cuidado —Jisung le miró de arriba abajo—. ¿No tienes otra ropa que no sea negra?
Minho se miró a sí mismo, encogiéndose de hombros.
—Es difícil encontrar ropa para mí, ¿sabes? —se apuró el resto del café—. Además, normalmente solemos ir sin camiseta, por las alas en la espalda y...
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Wings Flap ➳ Minsung
Fanfiction"El día que soñé con volar, lo único que pretendía era huir de todo. Sumirme en la noche, como si fuera un destello más. Ahora que el sueño es realidad, no todo parece tan fácil. Unas alas me han obligado a abandonar mi antigua vida, a ser un extrañ...