«Capítulo 31»

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Todo estaba a punto. Era de noche y la luz tenue de la luna acompañaba e iluminaba el patio parcialmente. Era la primera vez que regresaba a la casa de Changbin después del incidente de Baekjun.

Esperaba apoyado en la mesa que habían preparado, no muy convencido del plan. Miraba al pasillo sumido en la penumbra, buscando en esta un ápice de apoyo. Lo único que quería era acabar con todo eso de una vez, y la única forma de hacerlo, para su desgracia, era esa.

Llamaron a la puerta con tres golpes no muy fuertes, pero que resonaron en el patio como si fueran peligrosos. Se incorporó de golpe, limpiándose el sudor de las manos en los pantalones, e intentando relajarse, se acercó con lentitud a la puerta, agarrando el pomo sin hacer ruido. Pensó en lo que se disponía a hacer, y era una auténtica locura. Tragó saliva y giró el pomo para abrir la puerta, componiendo la mejor de sus sonrisas.

—Hola, Minho.

—Jisoo.

Minho se apartó para que pasara. Ella entró y cruzó el arco que daba acceso al patio, donde con una sonrisa coqueta vio lo que Minho había organizado.

—Creí que se trataba de una simple cena, pero parece que te has esforzado mucho en ella.

En el centro del patio había una mesa vestida con un elegante mantel blanco, vajilla y cubertería para dos, y velas encendidas. Era perfecto para lo que se proponían.

—Bueno, espera a saber cuál es el menú —dijo Minho sonriente, acercándose a ella por la espalda.

Hacía algunos días que había visto a Jisung por última vez, y aunque se encontraba distante con él, lo seguía amando. Lo que sentía por Jisung se había incrementado de tal modo que su instinto con Jisoo se había mitigado en parte. Gracias a ello, pudo acercarse a su espalda y acariciar sus hombros, con la intención de quitarle su mochila y dejar sus alas libres. En cierto modo, le resultaba divertido ser el que mandaba en el juego que iba a tener lugar sin sentirse dominado por sus instintos.

—Deja que te ayude... —Minho lo hizo con tranquilidad, con cuidado, hasta que las alas de la chica quedaron libres. A Jisoo le extrañó el comportamiento tan cercano de Minho, pero le agradaba y empezó a disfrutarlo en poco tiempo—. Siéntate. Iré a por algo de beber.

Retiró la silla para que ella se sentara y se marchó a la cocina. Ya en su interior, cerró la puerta y, apoyándose en la encimera, soltó una bocanada de aire, un poco más relajado. Se sentía culpable, pero tenía que hacer esto.

Cogió dos copas de cristal y se quedó pegado a la puerta, a la espera, intentando escuchar la señal. Ahora les tocaba actuar a Changbin y Felix.

Tan solo tienes que encontrarla —le había dicho Changbin. Esa fue la parte más sencilla—. Y cuando lo hagas, quedar con ella, aquí, en casa. Nosotros estaremos cerca de ti, observándola. Si es del Clan de las Alas, tiene que llevar el tatuaje...

Se le habían ocurrido otras formas de averiguarlo; adormecerla, o incluso maniatarla, pero ninguna con la que Jisoo no sospechase absolutamente nada, y eso traería problemas, tanto si ella era del Clan delas Alas como si no.

Escuchó dos golpes suaves, tan imperceptibles que si no hubiera tenido el oído puesto en la madera de la puerta no lo hubiera escuchado. Esperó varios segundos y abrió, con las copas en la mano.

Déjanos verla desde el pasillo. Está oscuro, y bajaremos los plomos del patio para que ella no encienda la luz. Miraremos su piel a ver si tiene tatuajes. Pero irá con bastante ropa, así que tienes que hacer algo para que se la quite...

Cuando Felix le dijo eso se asustó, por lo que el rubio se apresuró acalmarlo posando una mano en su brazo. Luego, Changbin continuó explicando el plan que habían tramado.

Wings Flap ➳ MinsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora