DÍA 1 (cap 1)

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A mi hermana,

Las cosas que me haces escribir...


DÍA 1 (cap 1)

P.O.V Harry

La imagen borrosa de Dumbledore sacando mi nombre del cáliz, los susurros, las miradas... todo se desvanece consumido por un fuego de origen desconocido que me quema, me destruye. Todo se desvanece. La oscuridad toma la forma de alguien encapuchado frente al cáliz, alguien que introduce un papel; mi nombre. Intento alcanzarlo impulsado por mi odio, necesito saber quién es, girarlo y verle la cara, pero mi cuerpo se quema, se destruye.

-¡Harry!- Me despierto sobresaltado y con la respiración agitada.- Colega, estabas gritando... otra vez.- Me dice Ron con un tono cercano al reproche. Aunque se le pasara su desconfianza después de la primera prueba lo conozco lo suficiente como para saber que, en el fondo, aún me guarda cierto rencor irracional.

-Perdona, Ron. Esta noche pondré un hechizo silenciador en las cortinas.-Su mirada se suaviza y se desarregla el pelo con vergüenza.

-No, tranquilo. Sé que no es tu culpa. Teniendo la última prueba en unos días cualquiera tendría pesadillas.- Me sonríe adormilado y comienza a prepararse. Miro la hora, falta poco para que se abra el salón para el desayuno, al menos no lo he despertado en mitad de la noche. Bueno, igualmente sería imposible volver a dormirme ahora mismo. Si algún año escolar no me pasa nada problemático entonces no me llamaré Harry Potter. Suspiro con resignación y comienzo también a vestirme. Ron decide adelantarse, cuando hay comida de por medio mejor dejarlo a su ritmo. Salgo de la sala común y decido dar un pequeño rodeo antes de ir al gran comedor. Últimamente me apetece estar donde menos personas haya, a ser posible solo. Quizás porque la mayoría de los demás estudiantes me miran con la acusación de tramposo en sus ojos, o, si son menos discretos, en sus chapas. Seguro que detrás de la idea de esas malditas chapas está Malfoy, me jugaría mi escoba. Salgo a uno de los pequeños patios exteriores que, a estas horas, está completamente vacío. Me siento en el primer banco que veo y me doy cuenta de lo cansado que estoy, ¿hace cuánto que no paso una noche en condiciones? Supongo que el no recordar la última vez que descansé como dios manda responde a mi pregunta. Maldita sea, quién coño metería mi nombre en el cáliz. Solo se me ocurre una persona y se la considera muerta... es imposible que haya sido Voldemort, y, sin embargo, es la única posibilidad.

-Ten cuidado Harry, los nargles han estado viniendo muy a menudo por aquí.-comenta una voz soñadora proveniente de mi derecha. La miro y le dedico una sonrisa cansada.

-Buenos días Luna, no te preocupes, pensaba irme ya. No quiero perderme el desayuno.- Y las miradas y cuchicheos que provoca mi entrada cada día, por supuesto. Me levanto y, esquivando a Luna que se queda observando el cielo, me encamino hacia el comedor. Entro mirando hacia el suelo para evitar el contacto visual cuando, de repente, un cuerpo se interpone en mi camino y me hace retroceder levemente. Alzo la mirada y me encuentro con el profesor Snape con una ceja alzada seguido de Dumbledore.

-Potter, cómo no, siempre llamando la atención a su alrededor.- Comenta arrastrando de esa manera tan molesta las palabras. Cierro los puños y abro la boca para protestar cuando el director me interrumpe.

-Deja al chico Severus. Buenos días Harry.- Me dice con una cálida sonrisa y ese brillo característico en sus ojos. Automáticamente me relajo y vuelvo a abrir las manos.

-Buenos días director.- Me esquivan como si nada y continúan charlando hasta cerrar la puerta tras de sí. Se me viene a la mente el recuerdo del sueño de hoy, pero lo sacudo rápidamente fuera de mi cabeza y me acerco al espacio libre que Hermione ha guardado para mí. Está leyendo un libro tan "ligero" como de costumbre mientras que Ron está descubriendo cuántos cereales le caben en la boca. Saludo a Hermione, pero dudo que me haya escuchado realmente. Me sirvo un vaso de zumo de calabaza y unas tostadas. Muchas veces en casa de los Dursley habría dado lo que fuera por un banquete como este, pero a estas alturas mi apetito ya está acostumbrado a comer poco. Lo que, visto de otra manera, me ha venido bien para controlar mi dieta para el Quidditch. Oliver está teniendo serios problemas intentando reducir la cantidad de comida que ingiere Ron desde que entró al equipo. Dudo que algún día lo consiga...

-Tenemos unos días libres, ¿qué tienes que estudiar?- Comenta Ron con la boca llena. Hermione levanta la vista del libro y lo fulmina con la mirada. Pareciera que Ron no la conoce aún después de cuatro años.

-Si usaras esas neuronas que sé que tienes recordarías que Harry tiene su última prueba en dos días.- Gracias Hermione, siempre sabes cómo desestresarme. Me concentro en mi tostada intentando ignorar su discurso.-Y además, no tiene ni idea de qué va a ser.-Esto mejora por momentos.- Así que estoy buscando información útil.

-En libros.- concluye sarcásticamente Ron. Suspiro con cansancio preparándome para la reacción de Hermione.

- Ronald Weasley, ¿hace falta que te recuerde todas las veces que hemos resuelto una situación imposible gracias a la información obtenida en libros?-Ron parece recapacitar y niega con la cabeza. Hermione se gira hacia mí con una postura orgullosa... no por favor, que no me regañe tan temprano.-Pues esta no es la excepción. Mira lo que he encontrado Harry.- Me pasa su libro apartando mi desayuno. Bueno, supongo que ya he comido suficiente. Centro mi atención en el tomo sobre la mesa. Tiene una portada negra de lo más común, sin título. La miro un poco perdido. Hermione rueda los ojos y lo abre por la primera página.-Lee Harry: "Lengua pársel, herederos de Sálazar".-Rápidamente capta mi atención y comienzo a hojear el libro.

-Lo has cogido de la sección prohibida...- La miro divertido. Solo por los libros sería capaz Hermione de saltarse las normas voluntariamente.

-No sé de qué me hablas...- Niego con la cabeza y comienzo a leer palabras al azar. Hermione me mira expectante.

-Parece interesante, ¿te lo has leído ya?

-¡Harry!- Exclama. La miro sin comprender.-Lo único que se entiende del libro es el título. Lo demás son símbolos incomprensibles.- La miro extrañado. Vuelvo a mirar algunas páginas y no veo nada extraño en él.

-Es un libro normal.- Hermione sacude la cabeza y me pone le libro en el pecho con, tal vez, demasiada fuerza.

-Harry James Potter, te lo vas a leer entero, y luego me vas a contar la información importante.- Se levanta y, sin darme tiempo a replicar, se marcha. Me encuentro con un libro del tamaño de una enciclopedia y con un desayuno sin acabar. Miro la hora y me doy cuenta de que pronto cerrará el comedor, así que me despido de Ron que sigue comiendo y me voy a buscar un sitio tranquilo. Miro con curiosidad el ejemplar que me ha dado Hermione, no sé si le preocupa de verdad que conozca cosas sobre mi habilidad pársel o si simplemente no puede soportar el no entender un libro y quiere que se lo traduzca. Subo a la torre de astronomía esperando que, por la cancelación de clases, no haya ningún profesor allí. Cuando, efectivamente, descubro que está vacía me siento cerca del balcón y comienzo a leer.

P.O.V Severus Snape

Suspiro desesperado cuando Dumbledore me ofrece por tercera vez en los últimos quince minutos uno de sus dichosos caramelos de limón. Pareciera que no comprende la seriedad de la situación y , sin embargo, sé que él es una de las personas que más la comprende.

-Albus, céntrate. El señor oscuro está volviendo, es un hecho. No creo que debamos mandar al chico a la maldita prueba.- Declaro por segunda vez.

-Muchacho, sabes que no puedo hacer nada al respecto. No tengo tanta influencia sobre el ministerio.- Tras mis años como doble espía presiento que, aunque en parte lleva razón, aún me oculta información importante.-Además, si no te conociera diría que te estás encariñando con Harry.- Me tenso ante la acusación de Albus, y sacudo esa tonta idea fuera de mi cabeza.

-Di lo que quieras, pero es una locura que se enfrente la última prueba. Era una locura cuando dejasteis que entrara en el torneo y es una locura ahora.- Declaro mostrando mi marca del antebrazo cada vez más notable.

-Te preocupas demasiado muchacho, no le va a pasar nada a Harry.-Su afirmación es seguida por un doloroso silencio. Ambos sabemos que eso es más una esperanza necesaria que una seguridad. Suspiro desistiendo. No voy a conseguir que Albus cambie de parecer. A veces dudo de si realmente quiere proteger al chico, pero por mi experiencia sé que, de algún modo, siempre acaba controlando la situación. Decido dejarlo pasar y, sin despedirme, salgo del despacho disfrutando de cómo mi capa suele ondearse a mi paso. Si puedo confiar en alguien es en mi capa; siempre sigue mi camino, me cobija cuando lo necesito y sé que, aunque siempre le dé la espalda, nunca me traicionará. Ojalá tuviera algo más que mi capa...


Harry Potter y el guardián de reliquias (tomarry) (tomxharry)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora