Ni contigo, ni sin ti [Adriloé]

14. No puedo hacerlo

<<Por favor, regresa conmigo a París para que podamos cuidar juntos a nuestro hijo como una verdadera familia>>

Esa frase resonaba en la mente de Chloé una y otra vez mientras una voz en su conciencia le susurraba de manera tentadora que lo aceptara sin vacilar pues el modelo finalmente le estaba ofreciendo lo que ella siempre había soñado, pero...

–No puedo hacerlo –le contestó zafándose con delicadeza de su agarre y escuchando como aquella voz le chillaba histérica en su cabeza que estaba loca–. Ahora tengo una nueva vida en Nueva York, Adrien –se excusó ella evitando mantener el contacto visual con él–. Un trabajo, unas responsabilidades, unos amigos... ¡no puedo marcharme de la noche a la mañana como si nada!

Aquella respuesta le sentó como un balde de agua fría al Agreste quien se levantó del suelo con el corazón destrozado para recriminarle en un tono de reproche:

–Cuando huiste de París sí lo hiciste.
–La situación era muy diferente –abrazándose a sí misma en modo de autodefensa–. En París sólo era la hija malcriada y consentida del alcalde... una mantenida sin nada que ofrecer y sin que nadie me tomara realmente en serio.
–¡Eso no es verdad! –exclamó él indignado–. ¿Acaso no recuerdas cómo la gente te admiraba y te aplaudía cuando salvabas a la ciudad?
–¿Me aplaudían a mí... o al resto de héroes? –le cuestionó con el semblante abatido–. Seamos sinceros Adrien... Todo el mundo sabía que fui un error... un accidente... Ladybug nunca me eligió por propia voluntad y eso hacía que los ciudadanos no me valoraran como al resto del equipo –dijo Chloé con un rastro de dolor en la voz–. En verdad ni la misma Ladybug lo hacía. Siempre me buscaba cuando no le quedaba otra opción y era evidente que se le retorcían las tripas cada vez que venía a pedirme ayuda, pero ya la había cagado perdiendo el prodigio de la Abeja cuando mi madre fue akumatizada en Style Queen y no podía quitarme mi Miraculous.

El Agreste se pasó la mano por su cabello dorado en una actitud incómoda.

Lo cierto era que Marinette sí hubiera podido arrebatarle perfectamente la peineta en cualquier momento a la Bourgeois. Incluso se lo planteó en varias ocasiones pues pensaba que alguien con el carácter y el pasado de Chloé (el cual había hecho cosas "un tanto cuestionables" hacia sus compañeros de instituto) no daba el perfil adecuado para ser una heroína y no se merecía tener a Pollen.

La única razón por la cual no terminó haciéndolo fue porque Adrien se lo impidió.

El modelo le dijo a su entonces pareja que gracias al hecho de ser Queen Bee, la rubia estaba esforzándose en colaborar con el equipo para alcanzar la victoria y ser una mejor persona salvando a los ciudadanos de París de manera desinteresada. Y eso, había que reconocérselo y premiárselo; en vez de castigarla despojándola de lo único que era bueno para ella y la hacía feliz.

=Flashback=
En uno de los aposentos de la mansión Agreste, una pareja mantenía una acalorada discusión...

–Además, Pollen jamás se ha quejado de ella y le tiene mucho aprecio –la defendió Adrien–. Incluso cuando se dirige a ella la llama Mi Reina –argumentó–. ¿Tú crees que Pollen la nombraría así si fuera una persona malvada y cruel? Habría hablado con el Maestro Fu para que le cambiaran de portadora hace tiempo.
–¿Entonces por qué se comporta como una arpía con el resto del mundo? –le espetó la azabache.
–Porque es lo que su madre le ha enseñado y ella la imita en busca de su aprobación o una simple palabra de cariño –le respondió el rubio cruzándose de brazos con seriedad–. No todos hemos tenido la suerte de tener unos padres buenos, amorosos y comprensibles como los tuyos, Marinette –ésta desvió la mirada molesta–. Aunque parezca mentira, la vida de Chloé ha sido muy dura y desdichada. Por eso hay que apoyarla y permitirle que sea Queen Bee; para potenciar el bien que hay en su interior debajo de todas esas enseñanzas tóxicas que le dejó Audrey Bourgeois... esa crítica de moda a la que, irónicamente, tú tanto admiras.