16. Destino: París

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12:30h, en la terminal del aeropuerto de La Guardia...

Adrien Agreste miraba a su alrededor totalmente afligido en busca de alguna señal que le indicara que la Bourgeois y su hijo habían acudido finalmente al lugar para marcharse con él a París. No obstante, lo único que podía visualizar en aquel momento eran los centenares de pasajeros que se dirigían a sus respectivas zonas de embarque en una relativa calma; teniendo en cuenta los hechos acontecidos el día anterior a causa del Duende Verde y cuyos desperfectos originados por la intensa lucha todavía eran patentes en todo el recinto.

Según los noticiarios del país, la batalla contra el conocido villano esta vez había sido muy igualada pero, gracias a la inestimable ayuda de Spider-Man, los agentes de seguridad especial denominados SWAT pudieron liberar a todos los rehenes mientras el héroe se enfrentaba a su némesis para dejar vía libre al equipo de élite.

Cuando los medios de comunicación enfocaron al hombre araña tras derrotar a su enemigo una vez más, el modelo se sorprendió de lo joven que parecía ser aquel chico anónimo. Tal vez tuviera la misma edad que él en el momento que recibió su Miraculous, con la diferencia de que en París eran un grupo de héroes que trabajan conjuntamente para lograr la victoria mientras que él actuaba sólo.

Ahora entendía por qué toda la ciudad lo admiraba tanto.

Era muy valiente por su parte enfrentarse al peligro sin un compañero que pudiera apoyarte como lo había tenido Chat Noir en su larga trayectoria de héroe y verdaderamente lamentó el tener que irse de la ciudad sin conocer en persona a ese muchacho que se había ganado todos sus respetos.

Viajeros con destino a París, preséntense en la puerta de embarque 126 –anunciaron por megafonía sacando al Agreste de sus pensamientos.

Adrien soltó un suspiro lleno de melancolía a la vez que se daba media vuelta poniendo rumbo a la zona de embarque.

Realmente había albergado la esperanza de que Chloé apareciera. Que por Pierre le diera una oportunidad para enmendar sus errores y demostrarles lo mucho que los necesitaba en su vida; sin embargo, parecía que se había equivocado.

Su padre no estaría nada contento con la situación cuando se lo comunicara al llegar a la mansión Agreste.

Fue muy claro al exigirle que quería al niño de vuelta en la capital francesa y miedo le daba lo que tuviera que proponerle para conseguirlo. Seguramente intentaría convencerlo para que actuara por la vía legal, algo que él no estaba dispuesto a hacer. Le había prometido a la Bourgeois que no pelearía contra ella por la custodia y pensaba cumplir esa promesa. Era lo único que le quedaba para que Chloé algún día lo perdonara.

Quizás pudiera llegar a algún tipo de acuerdo con ella para que Pierre pudiera vivir algunas temporadas en París y otras en Nueva York, aplacando así un poco el temperamento de su padre.

"Pero eso no es lo que realmente deseaba que ocurriera..." se lamentó el rubio apesadumbrado.

Pasara lo que pasase, estaba claro que se le avecinaba una época aciaga sin Chloé, lejos de su hijo y con su padre presionándole constantemente para hacerse con la patria potestad del niño.

–¡Papáá! –se oyó un grito a lo lejos.

Adrien sonrió con amargura.

"Tengo que estar realmente jodido ahora mismo para imaginarme la voz de Pierre llamándome a mis espaldas" pensó mientras seguía caminando inexorablemente hacia la puerta donde saldría su vuelo.

–¡Papááá esperanos!

"Otra vez..." se dijo frunciendo el ceño disgustado pero sin detener su avance.

Ni contigo, ni sin ti [Adriloé]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora