11. El día de la boda

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6 meses después, en el altar de la catedral de Notre Dame...

Un joven rubio de ojos esmeraldas y vestido con un traje de chaqué negro esperaba paciente junto a su padre a que apareciera la novia por las puertas de la catedral.

Miles de invitados llenaban los bancos a lo largo del templo ataviados con sus lujosos atuendos de gala. Las cámaras de las televisiones se habían colocado en sitios estratégicos para no perderse ni un detalle del enlace y tener los mejores planos del evento para deleitar a su numerosa audiencia que seguía ávida de cotilleos la retransmisión. Sus amigos del Françoise Dupont (Nino, Alya, Juleka, Alix, Nathaniel...) estaban sentados en las primeras filas sonrientes y hablando los unos con los otros. El conocido DJ le hacía señas para darle ánimos e instándole a que permaneciera tranquilo dando por hecho que el modelo era un manojo de nervios debido a la excitación del momento, pero él no se sentía así en absoluto. No eran los nervios los que reinaban en su interior ahora mismo, sino un sentimiento de desazón y de congoja de los que no se podía librar ni siquiera estando ante el altar.

Aquel tenía que ser el día más feliz de su vida y, sin embargo, se sentía vacío. Sus ojos miraban a la lejanía de la catedral pero sin llegar a ver realmente nada. Su corazón y su mente le gritaban desesperados que no lo hiciera, que se estaba equivocando.

Él lo sabía, era consciente desde hacia un par de años que Marinette ya no era la persona con quien hubiera deseado dar ese paso sin dudar. Esa persona tuvo que marcharse y desaparecer de su vida para darse cuenta de lo mal que había actuado pero... ya no había nada que pudiera hacer para arreglarlo.

=Flashback=
–Eres un idiota niño –dijo Plagg con desdén.

Adrien miró a su kwami dolido.

–¿Chloé se fue hace apenas un mes y ya estás planeando tu boda con Marinette? –le cuestionó el kwami enojado–. No la quieres tanto como a la rubia y lo sabes.
–¿Y según tú qué debería hacer? –preguntó el joven cruzándose de brazos exasperado–. Llevo muchos años con Marinette y te recuerdo que fue Chloé quien se marchó sin dejar rastro, la que me bloqueó en todas las redes sociales, la que no responde a ninguno de mis mensajes ni contesta a mis llamadas, la que me abandonó sin darme ninguna explicación. Es ella la que no quiere saber nada de mí. He hecho todo lo posible para encontrarla pero no ha servido de nada. No va a volver y yo debo seguir con mi vida.
–Tú mismo chico –con una mueca de disgusto–. El que va a arruinar su vida eres tú, no yo...

Y dicho esto, Plagg salió de la habitación enfurruñado.
=Fin del Flashback=

Adrien creía que en esos 6 meses lo superaría, que conseguiría olvidarla, que durante ese tiempo planificando su boda con la azabache resurgiría esa chispa en su corazón y volvería a enamorarse de la diseñadora como lo había hecho antes de aquella noche de abril en la que se "reencontró" con cierta rubia... pero no fue así.

El refrán decía que el paso del tiempo curaba cualquier herida; quizás necesitase algo más que unos simples meses para que al pensar en Chloé Bourgeois las lágrimas no amenazaran con salir de sus ojos ni sintiera como mil dagas se le clavaban sin compasión en el corazón.

Ahora lo único que le quedaba por hacer era resignarse y seguir adelante de la mejor manera posible, no tenía otra opción.

Intentaría ser feliz con la mujer que siempre había estado ahí para él, con la que comenzó su andadura como Chat Noir siendo los héroes de París y con la que siempre estuvo destinado a estar; pues, según Tikki, era común que los portadores de la mariquita y del gato negro acabaran juntos.

Parpadeó un par de veces saliendo de su letargo, miró hacia los invitados y las personas acreditadas por parte de la prensa. Todo el mundo estaba pendiente de él.

Ni contigo, ni sin ti [Adriloé]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora