Epílogo

2.2K 151 45
                                    

En una de las habitaciones de la mansión Agreste...

Pierre contemplaba con atención cómo una bebé de cabellos rubios y facciones muy similares a él dormía plácidamente en el interior de su cuna ajena a la visita de su hermano.

–Sophie... –musitó el niño en voz baja a la vez que introducía la mano entre los barrotes y la zarandeaba un poco con intención de despertarla–. Sophie, despierta... –volvió a susurrar–. Llevas casi todo el día durmiendo y quiero jugar.

No obstante, la única reacción que consiguió por parte de su hermana fue que ésta se volteara en dirección contraria a él ignorándolo completamente para seguir durmiendo. El infante soltó un quejido cargado de frustración por toda la estancia y Adrien Agreste, que había escuchado el terrible lamento de su hijo a través del intercomunicador para bebés, no tardó en hacer acto de presencia.

–Pierre, ¿qué ocurre? –le preguntó preocupado desde el umbral de la puerta.
–Creía que los hermanitos venían a casa para poder jugar con ellos pero Sophie nunca quiere jugar conmigo –le respondió mirando a la bebé–. Ni siquiera me hace caso cuando la llamo, sólo duerme –dijo con amargura.
–Hijo... Tu hermanita en verdad te quiere mucho y tiene muchas ganas de jugar contigo; sin embargo, todavía es muy pequeña para poder hacerlo.
–¿Y cuándo podrá hacerlo?
–Bueno, apenas tiene un año y aún debe aprender a caminar. Aún tendrás que ser un poco paciente con ella, pero verás como luego merecerá la pena.
–Está bien... –musitó derrotado–. ¡Pero la próxima vez le pediré a Papá Noel que me traiga un hermanito de mi edad! –exclamó con decisión–. ¡Para no tener que esperar tanto!

Adrien no pudo evitar reírse ante la ocurrencia de su retoño.

–Me temo que Papá Noel no tiene ese poder, hijo. Ya es todo un reto pedirle un hermanito a parte de los juguetes, pero uno con la misma edad es demasiado para él.
–¡Pues qué fastidio! –refunfuñó el niño cruzándose de brazos malhumorado.
–Todos hemos tenido que pasar la etapa de ser bebés: el abuelo, la mamá, tú, yo... Es muy importante para crecer bien y ser felices. Por eso hay que dejar que Sophie o cualquier otro hermanito también lo sea.
–Mmm... –rumió Pierre aún con el ceño fruncido.
–Venga, dejémosla descansar –dijo Adrien tomando a su hijo del hombro y alejándolo de la cuna–. Así podrá reunir las fuerzas suficientes para aprender a caminar y jugar contigo pronto.

Pierre se dejó guiar por su padre hacia el salón de la mansión donde la televisión retransmitía en directo una entrevista con los dos héroes de la ciudad tras salvarle la vida a un grupo de civiles que habían estado atrapados en la planta superior de un edificio por culpa de un incendio fuera de control.

Aquí Nadja Chamack, reportera de la TVi News, tenemos el honor de poder hablar unos instantes con nuestros queridos héroes Ladybug y Chat Noir. Lo primero de todo, ¡muchas gracias por vuestra increíble labor! –les dijo volteándose hacia ellos y encarándoles el micrófono–. Habéis vuelto a salvar París de una terrible desgracia.
–Lo hacemos encantados –respondió Ladybug con una amplia sonrisa.
–Así es. No hay nada mejor que admirar la expresión de gratitud en el rostro de las personas cuando les prestas auxilio en una situación complicada –argumentó el nuevo Chat Noir–. La sensación de felicidad y gozo que experimentas en ese momento es lo más hermoso de este trabajo.
–Entonces... por tus palabras podemos deducir que has llegado para quedarte durante mucho tiempo, ¿no es así Chat Noir?
–Todo el que Ladybug me requiera. Ella sabe que siempre me tendrá a su lado cuando me necesite –contestó dedicándole una tierna mirada a la catarina provocando su evidente sonrojo.
¿Y qué pasó con el antiguo Chat Noir, Ladybug? –quiso saber la reportera–. ¿De verdad que no nos puedes decir nada sobre él?¿Por qué dejó de ser un héroe y luchar a tu lado? Siempre hubo mucha afinidad y compañerismo entre vosotros. ¿Qué ocurrió?¿Por qué desapareció de repente?

Ni contigo, ni sin ti [Adriloé]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora