Love of Two Faces [Yoontae] [BTS]

Nineteenth

El jueves era el día de la semana más ocupado en el café y todos los empleados lo sabían. Era el anterior al último día laboral de la semama, al cual usualmente se asignaba la fecha tope para entregar trabajos, proyectos o reportes. La gente necesitaba cafeína en su sistema, y el café de Ossu era especialmente bueno y barato. Sin embargo, ese jueves todo estaba hecho un desastre. Tanta fue la necesidad de apoyo en el establecimiento, que Yoongi y Yongsun tuvieron que llegar a ayudar, y hasta Seokjin se había metido a cocinar para agilizar las ventas.

Eran aproximadamente las 5 de la tarde cuando Jungkook estaba apunto de llorar por no haber sido capaz de sentarse ni una vez en todo el transcurso de la tarde, habiendo perdido ante Hyejin por el puesto de la caja. Rápidamente los meseros maniobraban y pasaban entre los clientes, llegando a parecer una comedia donde se lanzaban platos y tazas, y limpiaban las mesas con una mano mientras anotaban con otra los pedidos de los clientes. La verdad era un ambiente algo loco, pero solo eran los estudiantes los que se quedaban en el establecimiento, siendo que los trabajadores y clientes casuales se llevaban su café a casa o de regreso a la oficina.

"Última media hora" se decía Jeon, rogando porque el tiempo pasara rápido. Usualmente a las 5:30 el café se iba vaciando y las personas se marchaban dejando generosas propinas por el extenuante trabajo de todos los trabajadores. Pero Jungkook no podía pensar en el dinero: él solo quería sentarse y llorar un poco.

Hyejin también ya quería que la tienda se calmara, ya sintiéndose mareada con tantos números, billetes y monedas que había contado. Sin embargo, cuando ya un gran número de clientes salía del establecimiento, vio una figura alta entrar -después de haber detenido la puerta para que salieran unas tres personas- y se extrañó sobremanera. Sin embargo, suspiró en gratitud porque, después de él, no entró nadie más.

-Buenas tardes, Hyejin lo atiende. ¿Qué le puedo ofrecer? -Las palabras sonaban monótonas en sus labios, su sonrisa amable llegando a ser hasta molesta y no prestándole un ápice de atención al cliente frente a ella.

-Umm quisiera un macchiato de caramelo y un muffin de banana, por favor.

La voz del individuo la tomó desprevenida, y rápidamente volteó su mirada para ver a la alta figura que sonreía frente a ella. Su piel era morena como la suya, sus ojos escondidos tras unas jafas y hoyuelos. Dos hermosos y prominentes hoyuelos a cada lado de sus labios.

-Claro. Su... ¿Su nombre?

-Namjoon -Respondió el chico, su amable sonrisa no desapareciendo en ningún momento.

Hyejin asintió y se volvió rápidamente a preparar el café, tratando de ocultar su sonrojo.

-¿Qué pasa? Parece que viste un fantasma -Habló Minseok, el cocinero que esperaba a que Yoongi recogiera una orden.

-No ayudes, por favor -Habló la chica, totalmente mortificada por su reacción con el chico lindo.

-Permiso, señorita -Bromeó Yoongi al tomar el plato y dejar uno sucio para que Minseok lo llevara adentro de la cocina.

-¿Yoongi?

Hyejin casi deja caer la fina taza de vidrio que tenía en sus manos al escuchar la masculina voz de su cliente llamar a su compañero de trabajo y amigo; quien sonrió al mirar al moreno.

-¡Namjoon! Qué gusto verte... por segunda vez en el día -Bromeó el mayor, refiriéndose a la clase que habían tomado juntos en la mañana- Me encantaría hablar ahora pero espera a que deje esta orden -Y así sin más, Yoongi se marchó a servirle a la señora que esperaba pacientemente por su comida.

-Ahh. Ya entendí -Habló Minseok pícaramente, tomando el plato para entrar a la cocina antes de que la pelinegra lo golpeara.

-Un macchiato de caramelo y un muffin de banana -Sonrió Hyejin al darle la bandeja de comida a su cliente- Pudo haberse sentado y yo le llevaba la orden a su mesa.