Capítulo 9

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Sheldon Cooper sintió un dolor lacerante en su espalda que le hizo despertar. Al recobrar la consciencia advirtió varias cosas: no estaba en su cama, le dolía el cuello y la espalda, estaba acostado en un sofá en vez de en una cama y había otro ser vivo que desprendía calor justo sobre él. Enseguida fue consciente de que ese ser vivo era humano, y del sexo femenino. Abrió los ojos y su respiración se cortó involuntariamente. Penny estaba acostada sobre él. Literalmente encima. Podía sentir cada curva de su cuerpo sobre el suyo. La chica dormía con la cabeza reclinada en su hombro derecho, respirando contra su cuello, con una mano apoyada en el pecho de él y sus piernas enrolladas entre las suyas. El físico teórico creyó que le daba un infarto. Era demasiado consciente ahora del contacto de Penny. Jamás había estado en semejante situación, jamás había estado tan cerca de otro humano… y más exactamente de una mujer. Y concretando más aún, de una mujer extraordinariamente atractiva con la que compartía un vínculo de amistad.

La miró. Penny seguía durmiendo profundamente y apenas se removió para acomodarse mejor sobre él, rozando partes de su anatomía que desataron todos los tics de Sheldon… y algo más. Sentía que el corazón le iba a salir por los oídos. Ya ni siquiera le dolía la espalda. Empezó casi a temblar. Tenía que despertarla pero, otra vez, no era capaz de hacerlo. De pronto, la tensión alcanzó un lugar insospechado en su anatomía, una parte de su cuerpo que sólo utilizaba para expulsar los desechos tóxicos nitrogenados de sus células. Sheldon ahogó un jadeo, intentando controlar aquella situación inédita.

- P…Penny.- susurró, sorprendiéndose de su propio y ronco tono de voz.

Pero la chica siguió durmiendo. Sheldon apretó los dientes y la tomó con suavidad por los hombros.

- Penny… despierta.

La joven se movió, sólo para enterrar más su rostro en el cuello de él. El ojo derecho de Sheldon tembló incontrolable al sentir los labios de ella sobre su piel.

La joven se movió, sólo para enterrar más su rostro en el cuello de él. El ojo derecho de Sheldon tembló incontrolable al sentir los labios de ella sobre su piel.

- ¡Penny!

La chica despertó sobresaltada. Entre el grito de Sheldon y el susto, se movió tan bruscamente que los dos cayeron del sofá. La peor parte se la llevó el pobre físico, que recibió el golpe contra el duro suelo en su castigada espalda. Penny cayó de nuevo sobre él. Tardó unos segundos en darse cuenta de su posición. Estaba completamente pegada al delgado cuerpo de Sheldon. Sus rostros apenas separados por unos centímetros. La chica se quedó sin aire.

- S…Sh…Sheldon.

- Buenos… días a… ti también.- dijo él.

- Yo… Sheldon, lo siento, yo…

- Penny, si… no es mucha… molestia, no me importaría oír tus disculpas en posición… vertical.

Penny le miró. Sheldon estaba intentando dominar el tic de su ojo, lo que le daba un aspecto bastante cómico. Pero también vio algo más. Sus mejillas estaban… sonrosadas y diminutas gotas de sudor perlaban su frente y humedecían su pelo revuelto. Sus ojos la miraban como dos pozos sin fondo. ¡Por todos los…! ¿Por qué de repente le parecía el hombre más atractivo del planeta? ¿Qué irresistible fuerza le atraía hacia él? La chica tragó saliva. De pronto, algo más poderoso llamó su atención. Sentía un sospechoso… bulto a la altura de su muslo. Una presión más que sospechosa… y también más que evidente. Penny se quedó helada. Sheldon estaba… ¿excitado?

La chica se puso automáticamente de pie, casi de un salto. Sheldon también quiso pero en su situación no fue capaz. La presión en sus pantalones era tal, que hasta empezaba a sentir dolor. Apretó los ojos, forzando a su cerebro a volver a tomar el control de su cuerpo, y se levantó, apelando a todas sus fuerzas. Al hacerlo, un latigazo recorrió su espina dorsal y se inclinó, casi a punto de caer de nuevo. Penny le sujetó de un brazo.

- ¿Estás bien?- preguntó preocupada.

- Esa pregunta no tiene mucho sentido.- respondió él, con una mueca de dolor.

- Espera… te daré algo para el dolor… ¿Una aspirina?

Sheldon la miró sin parpadear, apoyándose encorvado en el respaldo del sofá. La chica se había puesto a rebuscar algo en un cajón, con tal frenesí que volaron por la estancia varios calcetines y algún sujetador. El joven físico sufrió un temblor en la mandíbula.

- Penny… no es necesario…- la chica enseguida volvió, sujetando una cápsula de origen indeterminado.- No necesito… tomar nada. El dolor se pasará con un poco de reposo.

- Pero…

- E…estoy bien.- Sheldon se irguió con cuidado.- Buenos días.- dijo, intentando marcharse lo más rápido posible de allí.

- ¿Ahora eres tú quien me evitas?

Sheldon se quedó inmóvil, con la mano en el pomo de la puerta. Se volvió para mirarla. Penny se cruzó de brazos, con una inquisidora ceja alzada. Ella le devolvió la mirada.

- No te… estoy evitando. Simplemente necesito acostarme por unas horas en un colchón que haya pasado las certificaciones correspondientes para garantizar un correcto descanso.

- Claro…- la chica entrecerró los ojos.- Y también para lograr que tu "amiguito" se tranquilice.

El rubor volvió a la cara del joven físico. Penny reprimió una carcajada.

- Éste es un día histórico. El gran doctor Sheldon Cooper ha sido vencido por… la madre naturaleza.- terminó divertida.

Sheldon la miró con muy mala cara.

- Te equivocas, Penny. Soy perfectamente capaz de controlar a la "madre naturaleza". Lo hago todos los días en mi trabajo.

- Sí, pero en este caso no es cuestión de física.- bromeó ella.

Él siguió mirándola enfadado. Ella rodó los ojos.

- Oh, vamos, Sheldon. No es para ponerse así. No pasa nada. Es algo muy natural. Demuestra que, al fin y al cabo, eres humano, y no un alienígena de otra galaxia. Deberías estar contento.

Él la miró, cada vez más irritado. Penny le miró seria… pero finalmente estalló en carcajadas. Eso hizo que la furia del físico creciese exponencialmente. Se acercó a ella, con los ojos echando chispas.

- ¡Deja ya de reírte!

- ¿Por qué? ¿Acaso me lo vas a prohibir?- le desafió.

De pronto, Sheldon se acercó a ella hasta quedar a tres centímetros de distancia. Penny enmudeció al verlo tan peligrosamente cerca. Por un instante, creyó que la besaría. Pero él simplemente la taladró con sus ojos azules.

- No…- dijo en un susurro.- Puedes reírte todo lo que quieras. Te demostraré que como Homo novus que soy, estoy por encima de todas esas… debilidades.

Se dispuso a irse, orgulloso. Pero el orgullo herido de Penny lo impidió. Al diablo con todo y con todos, al diablo su cordura y la suya propia. Lo detuvo, sujetándolo del cuello de su camisa.

- Y yo te demostraré que estás muy equivocado.

Antes de que él pudiera responder, Penny le empujó contra la puerta y, sin más, se colgó de su cuello y atrapó sus labios con los suyos, en un beso desesperado. Sheldon se quedó paralizado ante semejante ataque y la chica advirtió que era como estar besando a una estatua rígida. Tal vez había ido demasiado rápido. Muy probablemente era la primera vez que lo besaban... así. Penny suavizó el beso, acariciando su rostro, y movió con infinita ternura sus labios contra los de él, en una invitación a que acompañara el movimiento. De pronto sintió que la correspondía y una burbuja de puro júbilo estalló en su corazón. Sheldon la estaba besando con tal delicadeza que creía derretirse en sus brazos. ¡Bendita sea su inteligencia hiper desarrollada! En apenas dos minutos de prueba, él ya era capaz de besarla de tal forma que a punto estuvo de caer al suelo. Era extremadamente dulce, tierno, cuidadoso. Nadie jamás la había besado así. Como si fuese el más preciado tesoro sobre la faz de la Tierra.

La falta de oxígeno les hizo separarse. Recobraron poco a poco sus respiraciones. Se miraron, entre sorprendidos y tímidos. Sheldon sentía que todas las teorías sobre las que se fundamentaba el universo temblaban en sus mismos cimientos, y tal idea lo aterraba. Penny intentó suavizar el estado de shock del pobre físico. Pero antes de que pudiera abrir la boca, el joven la soltó, abrió la puerta del apartamento y desapareció.

La teoría es más sencilla que la realidad Donde viven las historias. Descúbrelo ahora