- ¡Riiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiingggggggggg!
Penny se despertó sobresaltada ante el estridente sonido de su despertador. Todavía medio dormida, lo tiró al suelo de un manotazo, acallándolo y lastimándose a la vez en un dedo. El dolor hizo que recobrara completamente la consciencia. Miró confusa a su alrededor. Estaba en su cama, pero lo último que recordaba era… Ahogó un gemido de sorpresa. Seguía vestida con el top y short de anoche. Pero no llevaba puestas las zapatillas y… estaba en su cama.
- No puede ser…
Pero no cabía otra explicación. Recordaba perfectamente estar viendo Star Treck apoyada en Sheldon… Y ahí terminaba su memoria. Ella no se había acostado. Por lo tanto, tenía que haber sido el físico quien la había llevado a la cama sin perturbar su sueño, quien le había quitado las zapatillas y quien la había tapado con la sábana. Siguió mirando perpleja su habitación, como si no la hubiera visto antes.
- No… puede… ser…- repitió en voz alta.
Por un momento pasó por su cabeza la imagen de Sheldon llevándola dormida en sus brazos. Era algo tan irreal e inverosímil que soltó una risita un tanto histérica. ¿Sheldon tocándola? ¿Levantándola en brazos? Pero, ¡si pensaba que no tenía fuerza suficiente ni para arrastrar un mueble! De pronto, recordó su imagen del día anterior, desnudo de cintura para arriba, el delgado cuerpo en el que resaltaban algunos músculos mientras escribía febrilmente. Un escalofrío extraño la recorrió de pies a cabeza.
- Ya basta, Penny. Lo digo en serio. Deja de pensar en Sheldon y en su… ¡esmirriado y flacucho… cuerpo!
"- Ya.. ya, flacucho…"- se burló su mente.
Por suerte el despertador la sacó de sus cavilaciones. Si no se daba prisa, llegaría tarde. Y después de lo insoportable que había estado su jefe el día anterior, era lo único que le faltaría para que la pusiera de patitas en la calle. Se duchó, vistió y desayunó en tiempo récord. Cogió el bolso con las llaves y abrió rauda la puerta. Sheldon pareció surgir de la nada frente a ella, cerrando a su vez la puerta de su apartamento. –"Oh.. por todos los…"
- B..Buenos días Penny.- saludó con toda la educación del mundo, intentando ocultar su nerviosismo.
- Hola… Sheldon.- era la primera vez que Penny se sentía cohibida ante su viejo amigo. No tenía sentido estarlo. Al fin y al cabo, sólo la había… llevado a la cama y punto. Tampoco era para tanto… ¿no? Si tan sólo él dejara de atravesarla con esos inquisidores ojos azules…
- Confío en que hayas dormido adecuadamente.
Penny dejó escapar el aire que estaba conteniendo en un suspiro derrotado.
- Cielo, yo… siento muchísimo haberme, bueno, ya sabes, quedado dormida. Estaba agotada y..
- Star Treck tampoco mereció mucho tu atención.- concluyó él casi con decepción infantil, como si eso fuese lo único que reprocharle.
- No, no, te equivocas. En serio, estaba muy cansada. Lo siento, cariño. Perdóname…- le miró componiendo el mejor de sus pucheros. Sheldon la maldijo internamente. La maldijo por ser tan experta en manipularle. Y la maldijo porque no era capaz de desviar sus ojos de su abdomen, imaginando… lo que había visto anoche. Inclinó la cabeza en un nervioso tic.
- Está bien. Supongo que no es ningún crimen quedarse dormido viendo Star Treck.- admitió, sin mucho convencimiento. – Pero, gracias a mí, hoy no te has despertado en urgencias debido a una contractura. Así que según el paradigma de la amistad que nos une…
- Al grano, Sheldon.- ella le miró con los brazos cruzados.
- Tienes que acercarme a mi trabajo.- concluyó él.
Penny le fulminó con la mirada.
- ¿"Tengo"? ¿Esa es tu forma de pedir un favor? Pues me parece que vas a tener que hacer un esfuerzo en ser algo más educado.- exigió molesta.
Sheldon le devolvió la mirada, apretando los dientes. Estaba seguro que, desde que su irritante vecina había irrumpido en su vida, padecía de severo bruxismo. Vio la obstinada expresión de ella.
- Bueno, que tengas un buen día, Sheldon.- dijo, empezando a marcharse. El físico la detuvo, tomándola por el brazo.
- Está bien, está bien.- casi suspiró.- Penny, por favor, ¿serías tan amable de acercarme al Caltech en tu vehículo?
Penny contuvo la sonrisa. Le encantaba salirse con la suya, especialmente con él. Pero siguió con cara de póker.
- Por favor…
Le miró. Ése fue su error. Sheldon se había acercado… tal vez demasiado a ella, en su intento de súplica. Su mano seguía reteniendo suavemente su brazo y la miraba con una adorable expresión en el rostro. Sin embargo, el físico también fue de pronto muy consciente de su cercanía, del delicioso aroma que desprendía. Los ojos verdes de ella se perdieron en los azules de él, que aparecían ahora más oscuros. Un escalofrío la recorrió desde la boca del estómago. Sheldon no podía apartar su mirada de ella. ¿Qué le estaba ocurriendo? Quería… quería… Realmente no sabía qué quería. Nunca jamás se había encontrado en una situación así ni había sentido algo como aquello. Bajó los ojos, retrocediendo, con una expresión de vulnerabilidad en sus ojos que Penny encontró irresistible. Le miró preocupada. Si fuese cualquier otro hombre, ya se habría lanzado sobre él. Pero era Sheldon. Sheldon Lee Cooper. Y si se abalanzaba sobre él para calmar esa enajenante atracción que parecía haberse adueñado de ella, al pobre físico le daría un infarto. No, por el bien de la salud mental de su amigo y por la suya propia, debía mantener el control.
- E… está bien, cielo.- dijo, dándole unas absurdas palmaditas en el brazo.- Veo que sabes pedir las cosas como la gente normal. Vamos, te llevaré.
Sheldon se sintió satisfecho, pero no pudo dejar de mirarla. Y tampoco en todo el día pudo dejar de pensar en qué era aquella sensación tan extraña que le producía Penny.
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La teoría es más sencilla que la realidad
RomancePenny se siente vacía, mientras que el resto de la pandilla vive su vida. Siente que su existencia se reduce a ir de la Cheescake Factory a su apartamento y volver de nuevo a su apática jornada laboral. Su soledad sólo puede aliviarla una persona qu...