Capítulo 53

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Penny sintió un intenso dolor en el pecho, un pinchazo con cada inspiración. La densa niebla de su inconsciencia empezaba a desaparecer. Después de ese aguijón en su costado, lo siguiente que pudo percibir fue un tenue resplandor. Abrió los ojos muy despacio. Formas borrosas aparecieron frente a ella y parpadeó. Soltó un gemido de protesta. También parpadear suponía un considerable esfuerzo. Empezó a ser conciente de que todo su cuerpo le dolía. Poco a poco, las formas borrosas empezaron a volverse nítidas. El techo era blanco, al igual que las paredes y su cama. Miró su brazo vendado y la sonda que aparecía en su muñeca, conectada a una bolsa de suero que colgaba sobre su cabeza. Intentó moverse, pero lo descartó al instante, con una mueca de dolor. Indudablemente, estaba en un hospital.

De pronto, se quedó paralizada. Sheldon estaba acurrucado en una butaca frente a su cama, profundamente dormido. La chica tragó saliva. Súbitamente, empezó a recordarlo todo. Sheldon y Erika, besádose; su alocada carrera en su coche y la horrorosa explosión antes de caer inconsciente. Un dolor aún mayor hizo que sus ojos se inundaran de lágrimas al recordar todo. Pero aún así, no podía apartar la mirada del joven físico. Sabía que debía odiarlo pero no pudo evitar observarlo fijamente. Sheldon dormía en una muy incómoda posición, encogido al máximo. Su rostro aparecía cansado, muy pálido y un tanto triste. Penny sintió que algo le atravesaba el corazón al verlo. Se maldijo por no ser capaz de mantener su furia e intentó avivarla, pero al ver el rostro de Sheldon se evaporó por completo. La chica reprimió un sollozo. Empezaba a dudar. ¿Y si había algo más que no sabía en toda aquella pesadilla? Sabía que Sheldon jamás la traicionaría. Estaba allí, con ella, mostrando todos los signos de que no se había separado de allí desde que, probablemente, la habían ingresado. Aunque, por otro lado, tal vez lo hacía porque se sentía culpable por el beso de Erika. Penny apretó los ojos, sintiéndose superada por ese caos de suposiciones. De pronto, se quedó otra vez absolutamente inmóvil. Sheldon estaba despertándose. El joven físico emitió un leve quejido y se frotó el dolorido cuello, intentando levantar la cabeza y adoptar una postura adecuada. Abrió despacio los ojos y parpadeó. Penny tragó saliva. Sheldon sintió que el cielo se abría ante él al ver de nuevo esos ojos esmeralda. Ahogó un jadeo mezclado con un sollozo.

- Penny…

Las lágrimas inundaron los ojos azules. La chica se quedó sin respiración al verlas. El físico se acercó, mirando como si temiera que aquello no fuera real. Se detuvo a medio metro de su cama.

- Estás… despierta.

Ella le miró muy confusa, sin saber siquiera qué decir.

- Estás despierta…- repitió él, con un hilo de voz.

No pudo aguantar más. Sheldon se derrumbó de rodillas y rompió a llorar, sepultando su rostro en el borde de la cama. Penny abrió la boca y los ojos, absolutamente atónita, sin poder hacer otra cosa más que verle deshacerse en lágrimas. Intentó decir algo, pero le estaba temblando tanto la garganta que no lograba emitir un solo sonido. Sólo lo había visto llorar así cuando Meemaw había sufrido aquel infarto. La chica sentía que sus ojos también se llenaban de lágrimas. No podía verle llorar. Nunca. Tragó con fuerza, aguantando el dolor, y movió despacio la mano vendada hasta tocar suavemente el oscuro cabello.

- Sheldon…

Sheldon tembló ante el contacto, emitiendo un respingo y levantó la cabeza. Hizo un esfuerzo sobrehumano para poder hablar.

- ¿Es… Estás bien?

La chica se mordió apenas el labio inferior.

- Creo que… sí. Bueno, me duele todo el cuerpo como si me hubiera pasado un camión por encima.

- Es que te ha pasado un camión por encima.- Sheldon sentía que más lágrimas le estaban ahogando.- ¿Recuerdas lo que ocurrió?

La chica apartó la mirada.

La teoría es más sencilla que la realidad Donde viven las historias. Descúbrelo ahora