Narra Purre
El otro día estaba en casa en el sofá, no había nadie en casa excepto Pilar y yo. No se despertaba sintiéndose muy bien, tenía fiebre, tenía mucho frío y no había comido hasta ahora. Ya eran las 3pm. Estaba acostado en la sala de estar esperándola, ella dijo que se iba a duchar para ver si la fiebre mejoraba un poco.
Después de unos minutos, Pilar apareció en la sala de estar y se acostó en el sofá, estaba feliz de verla, llevaba la sudadera amarilla que le regalé por primera vez. Pero estaba un poco pálida y desanimada.
- Quieres que haga algo para que comas?
La miro
- No tengo hambre.
- Lo sé, pero necesitas alimentarte. Me levanté del sofá. - Al menos voy a hacer una pasta.
Me puse las zapatillas y fui a la cocina, eché un vistazo rápido al sofá y ella todavía estaba acostada allí. Me tomó un tiempo porque no tengo tanta habilidad en la cocina, pero al final funcionó.
Puse una cuchara en el plato y me senté a su lado.
- Gracias
Se sienta en el sofá con un poco de dificultad y ella coloco plato en su regazo.
Ella espera que se enfríe un poco y come lentamente.
- Vas a seguir mirándome?
Pregunta y pone una cucharada de pasta en tu boca
- Tienes problema?
- Por supuesto que no ... Solo que es extraño ver a alguien comer.
La veo reír
- No hay nada extraño en eso. Tomo el plato de su regazo que estaba rodando en lugar de comer.
Lleno una cuchara muy grande.
- Abre tu boca
Ella rie
- Eso en serio? Me vas a dar comida en la boca?
Ni siquiera yo creo en esa escena.
Pero ella abre la boca y espera a que le sirva una cuchara. Me reí. Y se lo puse en la boca, después de unos pocos se comió todo. Con mi ayuda por supuesto.
Pongo el plato sobre la mesa y lo miro.
- Agora vamos
- Vamos a dónde?
Ella pregunta confundida y recostada en el sofá otra vez
- En la farmacia, compraré medicamentos para vos. La veo mirándome". - Qué fue?
- Tú estas raro. Ella levantó las cejas. - No voy a ir, me quedaré aquí.
- No vas
La saqué del sofá.
- Por qué no puedo quedarme aquí? Estoy enferma, no me estoy muriendo
Ella se queja.
- Deja de quejarte, Pilar. Conseguí la llave del auto del mostrador ..
- Andaté
Apago la televisión y la espero en la puerta.
****
- Purre, no deberías haber pagado por todo esto.
Se queja al subir al auto y ponerse el asiento de seguridad.
- Y no tenías que salir del auto.. Tienes fiebre y dolor en el cuerpo.
- Purre, no voy a morir
Ella resopla y se sienta en el asiento del automóvil. Tomo una botella de agua y se la doy con la medicina. Ella los toma a todos y descansa su cabeza en el banco.
- Gracias por esto.
El resto del camino estuvo en silencio y a los pocos minutos volvimos a casa. El farmacéutico dijo que la medicina le daría suficiente sueño, pero que mañana sería mejor. Bueno, si la fiebre no pasa, ella va al hospital si quiere o no.Abro la puerta principal y Pilar va lentamente a la habitación. La dejo un poco sola. Puse cualquier programa en la televisión para verlo, pero estaba aburrido. Han pasado algunas horas y Pilar ni siquiera ha salido de la habitación. Decidí ir allí y ver si ella está bien.
Tan pronto como abro la puerta de la habitación, encuentro a Pilar
durmiendo tranquilamente, me acerco a ella lentamente y coloco mi mano sobre su frente, para ver si todavía tiene fiebre. Respiro aliviado de que ella estaba a una temperatura normal.Me quedé allí mirándola dormir y ella es hermosa incluso durmiendo. Me hizo querer tocar una canción.
Recojo mi funda de guitarra debajo de mi cama, la abro, esta guitarra fue el último regalo que mi padre me dio antes de él irme.
Ajuste la guitarra en mi cuerpo y empiezo a tocar, recordando los acordes de una canción que he escrito desde que Pilar llegó y cambió mi vida.
Empiezo con el primer acorde
" - Yo...
La miro.
Que cuando me enamoro, temo por la soledad
Me cuesta decir lo que siento y no te puedo hablar
No me atrevo a soñar
Tú
Que sabes el valor que tiene la palabra amar
Que dices todo lo que sientes, sin callar
Como lo hace el mar.
Puedes mostarme el camino, lo sé
Eres mi calma, mi fuerza y mi fe- "Esta canción me ha traído tanta paz desde que la escribí.
Solo por recordarla de ella.
Tan pronto como termino la canción, abro los ojos y veo a Pilar mirándome con los ojos abiertos.
- Lo siento ... Te desperté?
- Ni siquiera dormí.
Contuvo una risa y me miró.
- No puedo creerlo ... lo escuchaste? Entonces vos estás bien.
Le sonrío a ella.
- Sí, estoy realmente agradecida por cuidarme. Se arrodilla en su cama y me mira. - Estaré aún mejor si cantas más para mí.