Capítulo 24

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1 de enero.
Las cinco de la mañana y ya estábamos en el aeropuerto. Obviamente no quería hablar con nadie, odio levantarme temprano.

Estamos en la sala de embarque esperando el vuelo, todos medio dormidos y medio despiertos. En el vuelo me senté en la ventana, Purre y Simon., Y en el otro lado, Manuel y Carolina. Ni siquiera me di cuenta de que cuando aterrizamos estaba durmiendo con la cabeza sobre el hombro de Purre prácticamente babeando sobre su brazo, pobrecito, no movió todo el viaje para no despertarme. Que lindo és.
Desembarcamos, tomamos nuestras maletas y hacía frío que ya sentimos en el aeropuerto. Tenía la sudadera que Purre me regaló , además de ser mi prenda de armario favorita, olía a él. Estoy segura de que le pasó su perfume.

El hotel es maravilloso hasta que lamenté haber peleado con Fernanda. Ella hizo una elección perfecta.
- Bueno, hay tres habitaciones. Dos dobles y un soltero para que yo disfrute mucho de España.
Simon dice riéndose y entregándonos la tarjeta de la habitación.
Me desesperaba si la cama era doble ...
- Hjm ... las camas son dobles?
Pregunto un poco avergonzada
- Obviamente, Pilar.
Simon me mira un poco sin comprender y luego se ríe.

Fuimos a las habitaciones en el mismo piso, lo que nos facilitó estar juntos.
Cada uno entró en su habitación y Purre y yo pasamos unos minutos admirando todo el espacio, la vista. Dios mío, qué lugar tan increíble.
Todo es hermoso.
Yo seguía pensando en nosotros durmiendo juntos en esa cama, no era tan grande.
Fuimos a almorzar con Manuel, Carolina y Simon. Almorzamos en un restaurante maravilloso, la comida era muy buena, comí unos tres platos y Purre me acompañó. Me reí de lo mucho que nos parecemos. Habíamos alquilado dos autos para que fuera más fácil moverse.
Después del almuerzo me estaba poniendo el cinturón de seguridad en el auto y Purre me mira.
- Quieres volver al hotel ahora?
Preguntó poniéndose el cinturón
- No sé, qué te parece?
- Vamos a caminar
- Purre, son seis grados afuera
- Vamos en coche. Él se ríe. Podemos irnos?
- Sí, vámonos. Sonreí. Mejor que volver al hotel ahora ...
Él asintió y encendió el auto, conecté mi teléfono celular y comencé a cantar algunas canciones. Encendió el aire caliente. Purre y yo estábamos hablando riendo sobre varios temas y él había estado conduciendo durante casi una hora. Ya estaba un poco preocupada.
- Te perdiste?
Pregunto mirándolo y riendo
- Por supuesto que no, soy un guía turístico por España. Él se ríe. Nos vamos?
Se quita el cinturón de seguridad
- Vamos a bajar aquí?
Me quité el cinturón y lo miré
- Cuando estaba en el aeropuerto, investigué que este es uno de los lugares que necesitamos visitar
Estoy contente
- Entonces vamos
Salgo del auto y Purre hace lo mismo. Caminamos un poco y llegamos a Salamanta. Dios mío, me impresionó la belleza de este lugar. Lo miré y él también lo estaba admirando. 

Narra Purre

Llegamos al hotel alrededor de las ocho de la noche. Pilar y yo estábamos disfrutando  juntos, nos tomamos varias fotos. Y el día fue perfecto con ella.
Estaba acostado en la cama mientras Pilar iba a bañar, coraje de ella porque hacía demasiado frío. Pocos minutos después aparece Pilar, sale del baño, ya vestida. Ella tenía la sudadera que le di. Yo sonreí. Y pantalones de chándal blancos.
- Te vas a duchar ahora?
Ella pregunta peinándose.
Yo estaba mirándola y sonriendo como un idiota porque estás muy hermosa con la sudadera que le di, solo confirma que le gustó el regalo.
- Iré más tarde
Finalmente respondí y me puse en la cama envolviéndome más en la sábana.
Ella no me respondió, levanté la cabeza para mirarla. Y ella me estaba mirando y peinando con su cabello.
- Quieres que me levante de la cama para que puedas acostarte?
- No. Ella habló en un tono más fuerte. - En realidad ... mmm ... no
Ella intentó responder y yo me reí
- Si quieres puedo dormir en el sofá.
Ella suspira y camina hacia la cama y se sienta allí.
- No necesitas Purre, puedes quedarte acá.
Ella endereza la almohada y se acuesta a mi lado, tirando de la funda.
- Vamos a ver una película?
Pregunto tratando de cambiar de tema.

Sabía que estaba avergonzada, los dos estábamos acostados en la misma cama, en la misma habitación. Ya me había dado cuenta de que cuando está avergonzada sigue jugando con su cabello todo el tiempo. Siempre dormimos en la misma habitación, pero nunca en la misma cama. Entendí su vergüenza.
- Ahmm puede ser.
Ella finalmente responde
- Qué película veremos?
- Romance? Ella arqueó las cejas e hice una mueca. - Comedia entonces?
- Si puede ser.
Tomé el controlador y mi teléfono celular y conecté el netflix. Pilar tenía una opinión en todas las películas no quería ninguna que le sugerí. Después de casi treinta minutos decidimos una.
- Bueno, podría haber palomitas de maíz, no?
- Si.
- Mañana salimos a buscar palomitas de maíz.
Ella asintió y nos quedamos en silencio para ver la película.
Ni siquiera diez minutos después, mis ojos casi se estaban cerrando.
- No es para dormir.
Ella me sacude despierto
- No voy
Me pongo de lado por ella
- Oh no, y esa cara adormilado?
- No estoy con sueño
Mentido
- Lo sé ...
Yo suspire
- Está bien, esta película es muy aburrida.
Cierro los ojos y siento que me mira.
- Estoy de acuerdo. Ella toma el control remoto y apaga la televisión. - Vamos a dormir porque yo también tengo sueño.

Ella se da vuelta de espaldas a mí. La necesidad de abrazarla me consumió, y sin que me diera cuenta, mi mano aterrizó en su cintura, abrazándola y acercando su cuerpo a mí. La veo estremecerse ante mi toque, pero no dice nada y permanece en silencio.
El sueño regresa y en segundos termino durmiendo, lo último que escucho es:
- Purre, no ibas a darte una ducha?
Con el sonido de tu risa.

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