Narra Pilar
Ya había pasado un día en el hospital y ya me sentía bien. Pero los médicos dijeron lo contrario que mi cuerpo necesitaba nutrientes. Ahora estaba sentada en mi cama comiendo gelatina forzada porque no tenía hambre en absoluto.
La puerta del dormitorio se abre y Manuel entra con una sonrisa en los labios.
- Que pasó?
Pregunto mirando a tu cara
- Tengo una sorpresa para ti
- Bueno o malo?
Él pone los ojos en blanco y yo me río.
- Desde cuándo una sorpresa es mala?
- Mira ... podría ser; tengo buenas noticias pero después de eso, una mala ...
Me interrumpe
- Pilar, es buena.
Carolina estaba sentada en el sofá al lado de mi cama. Ella no se apartó de mi lado. De hecho, todos. Se turnaban. Simon, Santi también me hizo comer todo el tiempo.
Estaba rodeada de amor.
Suspiro y sonrío
- Genial.
- Puedes entrar.
Dice Manuel y me parece extraño. Miro a la puerta y mi mandíbula casi se cae.
No es posible.
Las dos personas que yo más amaba en el mundo. La mujer que dio a luz al mundo y el hombre que me enseñó a dar mis primeros pasos. Estaban frente a mí. Después de un mes sin verlos. Era como si no los hubiera visto en años.
Dios mío, los extrañé.
Quería salir de esa cama, correr y saltar sobre ellos, pero estaba llena de cables pegados a mi cuerpo.
Tuve que esperar a que caminaran lentamente hacia mi cama y me abrazaran.
Un abrazo lleno de anhelo de atención.
Cómo extrañé eso, poder tocarlos. No mirarlos a distancia a través de la pantalla de un teléfono celular.
Tenerlos de mi lado.
- Usted está bien mi amor?
Mi mamá me libera de un fuerte abrazo y me pregunta mirándome.
- Si mamá
- Nos diste un gran susto, pequeña.
Yo sonrío
- Papá, lo siento por eso.
En esto, Carolina se levanta del sofá y habla:
- Te dejaré en paz.
- Quédate.
Yo hablo con Carolina.
- No, es mejor que te quedes en familia.
Mi madre aparta la vista de Manuel y Carolina.
- Carolina, tú eres nuestra familia. Ella dice dulcemente. - Llevas a mi nieta en tu vientre, por favor quédate.
Ella suplica con tus ojos cuando me doy cuenta.
- NIETA?
Hablo más fuerte que de costumbre y miro a Carolina y Manuel, que sonríen felices y dicen juntos.
- Sí, serás tía de niña.
- Dios mío, voy a tener una sobrina
Estoy emocionada
- Ven y abrázame pronto!!
Hablo con todos y ellos vienen a mí, abrazándome con cuidado.**
- Hija, y dónde está tu novio que aún no lo he visto?
Mi padre pregunta, comiendo la gelatina que yo había dejado de comer.
No sé cómo se las arregló para comer esto, sabía horrible.
- Pili, te traje algunas cosas para que comas ... mejor que comida ... Se abre la puerta de la habitación y entra Purre, pero pronto detiene sus pasos. - Oh, lo siento, no sabía que estabas con visita.
- Hablando de él.
Sonrío y hablo suavemente.
- Entonces tú eres el famoso, Él Purre?
Mi papá se levanta y se acerca a él.
Mi padre no sabía cómo intimidar, era divertido. Me estaba controlando para no reírme de esta escena.
- Sí ... Placer, señor?
Purre levanta las cejas en anticipación de la respuesta de mi padre.
- No tiene que llamarme señor, se ríe. Marcelo está bien.
- Bueno, Marcelo.
Incluso con la habitación llena de gente, había silencio en el aire.
- Entonces eres el novio de Pilar?
Dios mío, esto es serio?
- Mira ... Purre se ríe y pone las bolsas de comida en el mostrador. - Todavía no he tenido la oportunidad de pedirle a Pilar que sea mi novia. Purre pasa junto a mi padre y se acerca a mí en la cama, su mirada fija en la mía. - Pero creo que ahora es el momento perfecto, especialmente con el permiso de sus padres frente a mí.
Purre se ríe y toma mi mano.
Mi padre se acerca y Purre lo mira.
En serio, pidiendo la permiso de mis padres?
Dios mio Purre.
Purre saca una caja de su bolsillo y la abre. Era inevitable no parecer una bestia ahora. Era un anillo, hermoso, delicado, él sabía exactamente mi gusto.
- Se suponía que debía ser en el aeropuerto con una serenata de amor. - Decirte que mi vida sin ti no tiene sentido. Se ríe y sus ojos están fijos en los míos. - Pero ahora, frente a su familia. Pilar Pascual, aceptas ser mi novia?
- Sí, acepto, Purre!!! Sonrío y lo abrazo. - Eres bastante romántico, y todavía quiero la serenata, pero solo para mí cantarás.
Te susurro al oído y me río en voz alta.
- Soy romántico ...
Se ríe y me da un breve beso en mi labios.**
- Amor, tienes miedo de mi padre?
Pregunto, riéndome de su cara.
- No fue exactamente miedo.
Purre se defiende y empiezo a reírme aún más de él.
- Tiene miedo de mi padre, trato de dejar de reír. - Mi padre, Purre no puedo creer..
La puerta de la habitación me interrumpe y mi madre entra con un sobre en la mano.
- Puedo tener un momento a solo con mi hija, Purre?
- Por supuesto.
Purre levanta y da un beso corto en mi y camina hacia la puerta.