Capítulo 31: Cambios

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" A mi padre lo volvieron a transferir y vuelvo a casa para el próximo ciclo electivo"


Paren. Nick vuelve, a casa, ¡Nick esta de vuelta! Me vi sorprendida de lo mucho que ansiaba poder verlo; sus ojos cafés, su pelo, su piel. Podría abrazarlo, y decirle que me ayudo a salir de toda la mierda en la que estaba metida, salir a pasear, que me dibuje, cantar, pelear como antés. Hacía al rededor de siete meses que no lo veía y las llamadas telefónicas costaban una fortuna, los mensajes nos mantenían al día pero no bastaba y como había unas cuantas horas de diferencia las videollamadas se hacían imposibles. Dentro de poco iba a tener al mismísimo Nick Benett frente a mis ojos.

Instintivamente marque su número y lo llamé, no se me pasó por la cabeza que pudiera estar haciendo ni donde, tampoco me importó que el saldo de mi teléfono estaba por agotarse, ni que allá sería la medianoche. El tono sonó una, dos y como dicen la tercera es la vencida. Contestó y pude oír su respiración. 

— Pero si es la famosa Liz Parker. — me dijo con alegría.

— Pensé que ya te habías olvidado de mi. 

— Eso  nunca. — respondió —. Ya comenzaba a extrañarte.

—  Y yo. — suspiré —. ¿Cómo es todo eso de que vuelves? 

— Así es; a papá lo volvieron a transferir, ya sabes como es todo ese negocio, y simplemente volvemos. No es seguro que para siempre, pero por mi parte si. Ya les dije que quiero pasar mis dos últimos años de secundaria allí. — hizo una pausa —. a lo que accedieron, entonces eso es todo. Vuelvo y no te podrás librar de mi tan fácilmente. 

— Nada de eso. — dije con la sonrisa plasmada en el rostro. Me estaba entrando otra llamada al celular así que me despedí de él —. Nick, tengo que dejarte. Me alegro mucho de que podamos volver a lo de siempre, luego hablamos ¿sí? te quiero, adiós. 

— Bien, luego hablamos, hasta pronto. — Y colgó. De inmediato atendí la otra llamada que marcaba con numero privado.

— ¿Hola? — pregunté casi en un susurro.

— Hola Liz. — dijo una voz femenina que me resultaba familiar, pero no no llegaba a reconocer de quien se trataba. — soy yo la Clove. La Srta. Beckerman, tu profesora de Lengua y Literatura. — bien, ahora ya sabía de donde la conocía.

— Hola, lo siento que no reconocí su voz, y con el número que daba privado me confundí un poco. — respondí avergonzada de no saber desde un principio quien me estaba llamando.

— No sucede nada. Liz, ¿de casualidad has escrito esa novela que te sugerí que hicieras? — era todo muy raro; mi profesora llamándome a las nueve de la noche, a mi celular, después de aproximadamente tres meses que ella no sabía nada de mi, era raro en serio —. No es que te este presionando ni nada; pero tu psicóloga fue Rachel, en el tiempo que estuviste internada ¿cierto?

—Si... — musité no muy confiada. ¿Cómo sabía ella todo eso? Desde luego que la escuela fue avisada en el momento inmediato que entré a LU.CO.BA, pero no tenía ni idea de como mi profesora de Literitura sabía el nombre de Rachel.

— Esto es lo que pasa, Rachel y yo cursamos juntas la facultad, por motivos de la vida o porque el destino así lo dispuso nos encontramos en la calle, nos pusimos al día, y como sabes que el mundo es muy pequeño terminamos hablando sobre tí. Bien, nosotras tenemos otra amiga en común que trabaja en la editorial, uhg no me acuerdo el nombre, el punto es que Rachel le ha enviado unos capítulos de la novela — eso lo sabía porque Rachel me lo habñia comentado, pero no tenía idea a donde quería llegar Clove con esto—. y ella esta muy interesada en tener una entrevista contigo o con tus padres. Quieren editar tu novela,Liz.

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