Una semana desde que volvimos de Málaga, una semana en la que lo he pasado un poco mal por el tema de la puta distancia. Después de tanto tiempo esperando la oportunidad de tenerlo me lo arrebatan cientos de kilómetros.
Isa está poco más o menos como yo, ella lo lleva algo mejor porque hacen muchísimas videollamadas, pero yo con Walls a penas puedo tener una cada semana, el tema de los estudios lo tiene agobiado y se siente mal por no poder hablar conmigo.
Me encuentro en mi habitación sentada frente al portátil, estoy pasando algunas fotos del móvil y de la cámara y haciendo carpetas por momentos. Me saltan las fotos con él y las miro sonrojándome, no iba a dejar qué un par de pensamientos negativos me estropearan esto tan bonito que tengo con él.
Se preocupa por preguntarme cada día como estoy, saca un ratito de su tiempo para mandarme unos pocos de mensajes y verme bien, adoro esa parte de él.
Mi móvil comienza a sonar haciendo que pegue un bote y lo mire entrecerrando los ojos; es Walls.
-Hola Ginés, ¿pasa algo?- le pregunté en cuanto descolgué.
-No pasa nada tranqui, tenía un ratito y he decidido que te debía una llamada- dice suspirando.
-¿Mucho estrés?- digo haciendo una mueca.
-Ni que lo digas, la semana que viene son mis últimos exámenes- bufa.
-Bueno, solo te queda ese pequeño empujón, sé que tú puedes- le digo sonriendo.
-Eres la mejor ¿Lo sabías?- me dijo y pude sentir como sonreía.
-No, pero ya que lo dices me lo tendré que creer- dijo riendo levemente.
-Por cierto, en dos semanas es mi graduación- añade quedándose unos segundos en silencio -No creo que puedas venir, pero al menos sabes que estás invitada-
-Gracias cariño, me gustaría poder ir, pero no me da la vida- suspiro frustradamente.
-No pasa nada nena, bueno seguiré estudiando- dice carraspeando.
-Suerte, ya hablaremos- le digo despidiéndome.
-Te quiero- dice colgando.Dejo el móvil sobre el escritorio y vuelvo a lo que estaba haciendo. La idea de ir a su graduación me gustaba pero no tenía dinero suficiente para pagarme el viene y el hotel. Suspiré pesadamente tirándome en la cama, ya había acabado todo lo que tenía que hacer.
Isa me mandó un mensaje diciéndome que teníamos que hablar, por lo visto necesitaba un favor. Quedé con ella en el parque que nos caía más cerca a ambas, aquel dónde vamos cuando nos aburrimos. En menos de 10 minutos yo ya estaba allí, eran las 6 de la tarde y no había ni un alma en el parque.
-Hey- dijo Isa llegando a mi lado.
-Hola nena- le di dos besos y se sentó a mi lado -¿Qué pasa?-
-Tía sé que tienes muchas cosas que hacer, pero necesito un gran favor..- comienza a decir -Mi prima se casa este sábado y su fotógrafo ha desaparecido y no saben si tendrán a alguien para hacerles fotos. ¿Podrías venir tú?-
-Isa eso ni se pregunta, claro que voy, encantada seré la fotografa de su boda- dije sonriendo y ella me abrazó.
-Gracias tía, te pagarán muy bien enserio- añadió ella encendiéndose un peta.
-No les voy a cobrar, es un favor- rodé los ojos y ella negó.
-Si vas a cobrar y no me discutas- me señaló con el dedo quedándome claro que era mejor callarme.
Estuvimos un rato allí charlando, me enseñó una foto del vestido que usaría ella y ahí es cuando me di cuenta de que yo no tenía nada para un evento así de importante.
-Creo que necesito ir de compras- hice una mueca levantado me.
-Vamos, yo te ayudo- dice ella tirando de mí.
Fuimos al centro de Granada, de tienda en tienda buscando algo que me sentara bien y me gustara. Soy bastante rara en cuanto a ropa, no me suele gustar todo y como no me entre por los ojos despídete que no me lo pongo.
Cuando casi me doy por vencida veo en un escaparate un vestido de rebaja del que me enamoro por completo. Tiró de Isa corriendo hacia dentro de esta y preguntó por mí talla, gracias a dios si hay. Muchas veces voy al mar y se seca, no queda de nada.
Entró al probador y me lo pongo, tiene un escote precioso y es de color negro con vuelo corto, me llega por las rodillas y solo se ajusta a la.parte superior del tronco, es perfecto.
-Woah- dice Isa en cuanto salgo del probador -Tía estás guapísima-
-¿Segura?- le pregunto mirándola fijamente -A mí me gusta bastante-
-Compralo, vamos no seas tonta está tirado de precio y te sienta de fábula- dice ella empujándome de nuevo dentro del probador.
Ruedo los ojos mientras me quito el vestido y me vuelvo a poner mi ropa. Enseguida voy a la caja y lo pago, la dependienta me da las gracias y salgo con Isa en dirrección a mi casa.
Estoy bastante contenta con mi inversión y encima es un vestido que puedo utilizar en más ocasiones. Justo llegado a mi casa llaman a Isa y se tiene que marchar así que nos despedimos.
-El sábado paso por aquí a por ti- dice ella dándome dos besos -La hora y eso ya te la diré-
-Vale no te preocupes, nos vemos- digo entrando al portal y ella se pierde calle adelante.
Subo a mí piso y guardo el vestido en el armario sin ni siquiera sacarlo de la caja. Me pongo frente al espejo y me quedo un rato observando mi reflejo. Me está costando mucho quererme a mí misma, pero gracias a las personas de las que me rodeo mejoro notablemente. Hace unos meses no me hubiera comprado un vestido así ni aunque me amenazaran a punta de pistola.
Mis expectativas sobre mi misma son desoladoras algunas veces, llegué al punto de odiar todo de mí y cuestionarme porqué había nacido así. Fue duro contarle a mis padres toda la mierda que llevaba encima, pero aún me acuerdo del momento en que les dije lo que me pasaba.
*Flashback*
Estaban casi llegando las vacaciones, por temas médicos caí muy mala y no pude hacer mi examen final. Estuve ingresada en el hospital unos días porque una pastillas me hicieron mucho daño hasta el punto de casi hacerme úlceras en el estómago irreversibles. Gracias a Dios me cogieron a tiempo.
Mientras me recuperaba en casa todo se me vino encima, el dolor era insoportable y por cualquier cosa me echaba a llorar. No sé ni cómo pero acabé contándole todo a mi madre.
-Mamá te voy a contar algo, peor prométeme que no te vas a enfadar- le dije con los ojos cristalizados.
Ella asintió preocupada y comencé a contarle desde los 6 años de infierno en el instituto hasta que me llegue a autolesionar. Le mostré las marcas, fruto de una guerra contra mi misma, contra esos demonios de mi cabeza. Ella se levantó y me abrazó llorando, me regañó por no haber confiado en ella, decía que hubiera podido evitar que yo sufriera ese tipo de acoso.
Lo que más me dolieron fueron las palabras que dijo cuando se separó de mí y miró mis marcas.
-Ya perdí a mi madre de este modo, no quiero perder a mí hija- dijo con la voz rota.
Eso me hizo derrumbarme de nuevo, era tan egoísta por mi parte querer acabar con todo, querer hacerme daño sin pensar en ellos... Mi abuela no pudo con la carga que llevaba a su espalda y se colgó de una viga en su propia casa.
Lo más impactante fue que mi madre tenía 15 años en ese entonces y fue ella quien se la encontró así. Con ayuda de su hermana la bajaron y le quitaron la soga del cuello, momento que mi madre nunca podrá olvidar, algo que la ha marcado. Se quedó sin ambos padres a los 15 y la vida de esa época era dura, tuvo que ponerse a trabajar.
Ahí me di cuenta de que ella es una luchadora y si ella no había tirado la toalla, yo tampoco la iba a tirar. Por mí madre juré salir de esta aunque me costara.
*Fin Flashback*
Suspiré al recordar tantas cosas juntas, agarré mi móvil, mis auriculares y me tumbé en la cama dispuesta a intentar dormir aunque sabía que iba a ser difícil, puto insomnio.
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𝕄𝕒𝕝𝕕𝕚𝕔𝕚𝕠𝕟|𝕎𝕒𝕝𝕝𝕤 (EDITANDO)
Roman pour AdolescentsDesde que escuché el primer acorde de aquella melodía. Desde que entendí aquella frágil voz detrás de esa canción. Desde que te vi supe que serías: Mi salvación, mi perdición, Mi suerte y mi maldición. "Si te pienso me castigo. Si te sueño me senten...