Agarro mi cámara de fotos y salgo de mi piso como alma que lleva el diablo, nunca suelo llegar tarde a ningún sitio pero hoy es la excepción. Desde pequeñita me gustó la fotografía así que hice algunos cursillos y conseguí un curro estable de lo que me gusta.
Es miércoles y tengo varios encargos que hacer, como llego tarde al primero llegaré tarde a los de después. A veces odio ser tan sumamente torpe, por culpa de haberme vertido el café hirviendo encima he tenido que cambiar me de nuevo.
Llego algo exhausta al sitio acordado con el primer cliente, a lo lejos veo al señor que me citó el otro día.
-Buenos días, perdón por el restraso- digo extendiendo mi mano mientras él me la estrecha.
-No te preocupes, solo han sido 5 minutos- dice el hombre riéndose.
Algo más que añadir a la lista de "Cosas malas de Rocío", soy un pelín exagerada y una Drama Queen en potencia, cualquiera hubiera pensado que llego media hora o una hora tarde.
-Dígame que fotos necesita- le pregunto preparando la cámara.
Él me explica que necesita fotos en plano general de su empresa, las instalaciones y alrededores, me guía hasta un edificio bastante grande y me pongo manos a la obra. Una, dos y tres fotos a la fachada y que se vea bien el nombre de la empresa.
-Perfecto vamos dentro- dice andando hacia el edificio.
Entramos y por dentro es todo precioso, contrasta baldosas blancas con baldosas grises estilo mármol haciendo un juego de claridad y oscuridad increíble. Fotos por aquí, por allá y por fin termino.
-Muchisimas gracias, esta tarde te ingresaré el dinero en tu cuenta- me dice el hombre sonriendo.
-Perfecto cuando pase las fotos al ordenador se las envío por correo- digo despidiéndome de él.
Salgo del lugar y esta vez no tengo que correr ya que ha sido bastante rápido y tengo tiempo de sobra. Doy un paseo tranquilamente hasta la dirección del siguiente encargo, cuando llego me doy cuenta de que estoy en el Generalife y sonrió ampliamente por las vistas tan preciosas.
-Perdona, ¿Eres la fotografa?- pregunta una mujer a mi lado.
-Si señora, ¿usted es Ana?- pregunto sonriendo y ella asiente.
Me guía hasta las fuentes donde se encuentra una niña vestida de comunión y me sorprendo ya que nunca me habían pedido encargos para comuniones la verdad, siempre eran encargos tontos o los típicos de hazme fotos para las redes sociales.
Le explico a la chiquilla como debe ponerse y también le doy a elegir a ella el lugar. Hago un reportaje precioso de fotos y sonrió al recordar las que me hicieron a mi, que recuerdos.
-Todos listo, se las enviaré esta tarde- me despido rápido ya que mi móvil comienza a sonar.
Miro la pantalla y es mi mejor amigo cómo no, si no se lo cojo podría montar el holocausto y venir en mi busca a asesinarme.
-Dime- contesto cuando he terminado de guardar la cámara.
-Por dios hasta que al fin contestas- dice el bufando.
-No seas dramático solo he tardado dos segundos- digo rondado los ojos.
-Como sea, quiero ir a comer por ahí¿Te vienes?- me pregunta.
-Venga, acabo de terminar de trabajar, estaré en tu casa en 15 minutos como mucho- explico mirando mi reloj de pulsera.
-Perfecto, nos vemos mocosa- añade él cortando la llamada.No me lo pienso dos veces y comienzo el camino hacia su casa, como había dicho llegue justo quince minutos después. Llamo al telefonillo y no hay respuesta, vuelvo a llamar y si hace falta lo quemaré, despues de haber venido hasta aquí no me va a dejar plantada.
-YA VOY COÑO- grita Cristian de repente haciéndome pegar un salto.
-Imbecil- susurro para mí mientras espero a que baje.
Cuando por fin baja lo miro de mala manera y él se limita a sacarme la lengua.
-Vamos al burguer tía- me dice comenzando a andar.
-Tipico de ti, pensé que me llevarías a comer a un restaurante de lujo o algo- dije riendo ya que siempre que salimos a comer acabamos en el mismo sitio.
-No querida, en todo caso me invitas tú a comer, tienes un trabajo estable y yo solo estoy estudiando en la uni- dice haciéndose la víctima.
-Pues ponte a trabajar que todo en la vida cuesta algo- añado rodando los ojos.
El Burguer está muy lleno a estas horas así que tenemos que hacer cola y mientras discutimos que menú pedirnos, nunca nos decidimos del todo. Llega nuestro turno, ordenamos el pedido y en cuanto está listo pillamos la primera mesa que vemos libre.
Comemos entre risas y bromas, con Cristian nunca te puedes aburrir, tiene un sentido del humor un tanto raro y por eso me gusta, va siempre a su bola y es mi mejor amigo porque ambos somos igual de imbéciles.
-Te estoy hablando- me reprocha sacándome de mis pensamientos.
-Perdona, ¿Qué decías?- pregunté ahora prestando más atención.
-El viernes nos vamos a Madrid- sonríe ampliamente, tiene unas ganas inmensas, no deja de hablar de eso.
-Ya lo sé, lo has repetido como cincuenta veces estos últimos días- digo rodando los ojos.
-Mentira- añade él tirándome una patata.
Lo miro con los ojos como platos y le lanzó yo otra, así estamos hasta que nos quedamos sin patatas en las bandejas.
-Hey ¿Y mis patatas?- pregunta confundido.
-En el suelo querido- digo riéndome, ni él se había dado cuenta de que había tirado todas.
Terminamos de comer y fuimos a dar una vuelta mientras seguíamos hablando de todo un poco. Cómo era de costumbre me aburriría al llegar a casa así que los invité a él y a Jenny a que durmieran hoy allí.
Recogimos a Jenny en su casa y nos dirigimos a la mía que no quedaba lejos, quien más alejado vivía era Cristian. Nos pusimos una película en cuanto llegamos y los dos tortolitos se sentaron en mí sofá grande dejándome a mí el chico para mí sola. Hice palomitas y abrí unas cervezas para acompañar al aperitivo.
Pasamos toda la tarde entre pelis, juegos y cotilleos, gracias a Dios tuve un rato y pude pasar las fotos de esta mañana al ordenador para enviárselas a mis clientes. Cuando lo hice recibí varios mensajes que me decían que el dinero ya había sido ingresado, ahora tenía casi 200 euros a mí favor. Yo no pongo los precios, yo pongo un mínimo y los clientes eligen si darme más o ajustarse a ese mínimo, la verdad es que los dos de hoy han sido muy solidarios.
Cae la noche y preparo la habitación de invitados para que mi mejor amigo pueda dormir con su novia, bueno aunque yo más que nadie se qué harán de todo menos dormir, pero en fin. Les doy las buenas noches y me voy a mí habitación, agarro mis auriculares y me pongo la música a todo volumen como a mí me gusta. Al son de "Por partes" de ese chico que no deja de rondar mis pensamientos caigo rendida.
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𝕄𝕒𝕝𝕕𝕚𝕔𝕚𝕠𝕟|𝕎𝕒𝕝𝕝𝕤 (EDITANDO)
Teen FictionDesde que escuché el primer acorde de aquella melodía. Desde que entendí aquella frágil voz detrás de esa canción. Desde que te vi supe que serías: Mi salvación, mi perdición, Mi suerte y mi maldición. "Si te pienso me castigo. Si te sueño me senten...