-¡Buen provecho a todos! -Dijo mi padre antes de empezar a comer.
Toda la familia estaba sentada en la mesa cenando, celebrando el cumpleaños de Flavia.
-Por cierto, ire al Casino con unas amigas después de cenar, pero gracias por todo -Dijo mi tía.
-Pero no te vayas sin probar el postre, hermana. -Le pidió mi padre lamiendo la cuchara.
-Claro que no, pediré que me sirvan. -Le sonrió Flavia.
-__________, ¿No tienes algo qué darle a tu tía? -Entendí la indirecta de mi padre.
-Pasemos a la sala para tomar una copa de vino. -Dijo mi padre poniéndose de pié. Todos se levantaron mientras yo caminaba por el pasillo para llegar a mi habitación
Cuando llegué entre en ella, y fui a mi armario a sacar el regalo que le había comprado. Saqué el estuche dorado que tenía un listón.
Salí de mi habitación, pero al cerrar la puerta algo me detuvo cuando iba a voltearme. Dos manos en mi cintura y un cuerpo pegado al mio que me impedía moverme.
-Hola. -La voz ronca de Christopher hizo que me estremeciera.
-Hola. -Respondí riendo bajo.
-Te ves preciosa. -Sus dedos jugaban con el borde de mi vestido. Sus manos acariciaron mis muslos. Me dí la vuelta para mirarlo. Sentí su respiración chocar con mis mejillas. El abrazó mi cintura con sus fornidos brazos y su rostro quedó a pocos centímetros del mío. Su respiración era constante y regular, la mía era irregular e inconstante. Su mano derecha bajó hasta mi cuello, tocando y acariciando mi mandíbula, acercándome más a su rostro. Sentí su piel tocar la mía, su aroma penetrando mis poros y fosas nasales. Era perfecto. Sus labios envolvieron los mios en un beso tenue y delicado.
Los movió constantemente hasta hacerme querer más de sus labios. Mis brazos roderon su cuello para profundizar el beso. Enrede una de mis manos en su cabello, mordió mi labio inferior haciéndome gemir, esto pareció tener un efecto en Christopher, pues atacó mis labios, sus manos apretaron mis muslos y los acaricio subiendo mi vestido, yo creo que perdí la noción del tiempo.
Mi espalda chocó con la pared cuando Christopher levantó mi pierna para ponerla a la altura de su muslo. Mantuve la respiración antes de separarme de sus labios.
-Tengo que llevarle el regalo a Flavia. -Dije entrecortado. Bajó mi pierna y se alejó apenas un poco.
-________, ¿Porqué no regre...saste. -Flavia apareció frente a nosotros. De inmediato reaccionamos y nos separamos.
-¿Está todo bien? -Preguntó ella acercándose a nosotros.
-Si, Christopher me estaba quitando algo del ojo. Mira, ¡Feliz Cumpleaños Tia! -Puse la caja frente a sus ojos y la abracé con rapidez por los nervios.
-Yo pasaba por aquí nada más, iba a recoger algo a mi habitación, permiso. -Dijo Christopher para retirarse, ella asintió. Mi tía tomó la pequeña caja en sus manos.
-Gracias. -Me dijo tratando de buscar algo en mi ojos, como si esperaba que le explicara algo.
-Bajemos que me quedaré sin postre. -Le dije con emoción, tratando de ocultar mis nervios. Y ella aún no dejaba de mirarme así. Caminamos hasta la sala.
Horas después mi tía se fue con sus amigas, como había dicho.
Cuando toda la familia ya estaba en sus habitaciones. Yo fui a la mía, me encerre en ella y me puse a pensar, ¿Qué hubiera pasado si Flavia hubiese llegado unos segundos antes? ¡Por Dios! El sólo pensarlo me da escalofríos.
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Mi Hermanastro© {Christopher Vélez}
Ficção AdolescenteDicen que el amor prohibido es el más tentador...Este amor prohibido entre hermanastros les traerá nuevas aventuras, problemas y un gran amor...