Prólogo.

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Louis es un Alfa de 14 años, heredero al trono de Avantia. Criado desde su nacimiento para regir el reino de su familia, diestro en absolutamente todos los deportes que le impusieron practicar desde pequeño, sumamente inteligente y un excelente combatiente. Un niño prodigio con un carácter tan fuerte como su físico. Siempre acompañando a su padre en cada reunión, desde reuniones especiales con la corte real, con otros reyes o incluso asuntos bélicos.

La reciente decisión de enviar por primera vez desde los inicios del establecimiento académico, a los primogénitos, todo esto para apaciguar todo el asunto de rebelión de los Betas lo cuál era un secreto a voces, no le tenía para nada feliz al rey y mucho menos al príncipe Louis, quién sabía perfectamente que su presencia en el reino era mucho más importante que un estúpido internado para socializar con príncipes mimados de otros reinos. Pero no era una opción, dado que era el hijo mayor y sus hermanas pequeñas tenían tan solo dos y un año de edad por lo cual no eran aptas aún.

-Es tan estúpido todo esto, un desperdicio de su tiempo, él aprendería más aquí que en ese... malditos sean esos rebeldes que siguen sin saber cuál es su lugar en este mundo. -Renegaba el rey Markus. Su esposa lo miraba con preocupación al lado de su hijo mayor quien se encontraba de pie frente a su padre con la mirada baja. Estaba furioso con la noticia que le acababa de dar su padre y ellos sabían qué ocurriría enseguida.

-No lo hagas hijo, tienes que tranquilizarte. -Susurró Jay, acariciándo su espalda.

-Hijo, sé que te sientes frustrado al igual que yo, pero esta vez no voy a permitirte que escapes al bosque como lo haces cuando algo no sale como quieres. -Suspiró, harto de la situación. Louis vio como algunas decenas de guardias entraban al salón.

-Pero qué demonios padre. -Exclamó Louis con molestia al verse rodeado por los guardias. -¿Realmente crees que voy a escapar?. Conozco perfectamente las circunstancias y a pesar de no estar de acuerdo con ello y que me parezca algo totalmente falto de fundamentos, sé que es mi deber como heredero y sea aquí o en un instituto, seguiré preparándome para algún día seguir apoyándote para continuar con la prosperidad de nuestro reino. -Se acercó más a su padre. -Además, me ofende un poco que creas que con estos hombres sería suficiente para detenerme en caso de querer escapar. -Le dijo a lo bajo, escuchando la risa orgullosa de su padre, quien hizo una seña para que todos los guardias salieran.

-Soy el padre más orgulloso que jamás ha existido y no tienes idea de la falta que me harás estos años. -Le abrazó fuertemente. -Siento lo de los guardias, de verdad esperaba que escaparas para pensar en algún plan para evitar que fueras a ese lugar, pero tienes razón, sería una estupidez de mi parte, arriesgar el reino de esa manera. -Le tomó por los hombros y lo alejó un poco. -Ahora ve y prepara tus cosas, que el viaje es largo y partes mañana por la mañana.

-¿Tan pronto?. -Preguntó la madre, preocupada, acercándose a su hijo y envolviéndole en un abrazo.

-Sí, la situación es más complicada de lo que creíamos, cariño. Ahora ve hijo, Arthur irá contigo y mis guardias de mayor confianza.

-Sí padre, ¿Sabes si irá el príncipe Malik a ese instituto?. -Preguntó con seriedad. Zayn Malik, el príncipe del reino de Oriente era quizá su mejor amigo, con quién compartía cartas y practicaba combates desde pequeño cuando ambos visitaban sus reinos con sus padres.

-Sí hijo, es el primogénito del rey Yaser, sus hijas son Omegas y ya están casadas. -Aseguró, Louis satisfecho, reanudó su camino a la salida del salón. -También irá tu prometido, hijo, el príncipe Harry, de Dalaria. -Louis detuvo el paso enseguida.

-¿Qué? Pero si él no es el primogénito de su reino. -Exclamó, confundido.

-No lo es, pero no necesita serlo para esto, el rey Des tiene dos hijos Alfas, pero él tenía la opción de enviar a su hijo Omega si así lo deseaba y debido al acuerdo matrimonial entre ustedes, decidimos que sería bueno que lo enviara contigo. -Concluyó.

-Bien, no entiendo cómo eso nos beneficia, pero bien. -Aceptó con desdén.

-¿Qué pasa hijo? ¿Harry no te agrada?. -Preguntó su madre con preocupación.

-No, no es eso, bueno no lo sé, solo lo he visto a las faldas de su madre a lo lejos y hemos hablado por medio de algunas cartas, así que no lo sé, es solo que esperaba no verle hasta el día de nuestra unión. -Se apresuró a decir.

-Por ese motivo es que decidimos esto, hijo, necesitan conocerse mejor para formar un lazo fuerte entre reinos. -Aseguró su padre. —Después de todo, Dalharia es el segundo reino con mayor fuerza militar, en tiempos difíciles, como los que auguro se avecinan, nos será de mucha utilidad tener este tipo de amistades, por llamarlas de alguna manera. —Masajeo su entrecejo.

-Si te refieres a lazo político, estoy de acuerdo, aunque no entiendo que sabrá de política un niño Omega mimado como él que seguramente solo piensa en el día de su boda, que su alfa lo muerda para crear ese fantasioso lazo y después tener un montón de cachorros a los cuales dedicará su vida. -Comentó con aburrimiento.

-Louis, no te permito que hables de esa manera de un Omega y menos frente a tu madre. -Dijo su padre, tornándose en un tono de voz más grave y oscuro. Louis de inmediato observo a su madre quien lo observaba con una casi inexistente sonrisa en la cual pudo notar un poco de decepción, quizá.

—Hijo, creo que el pequeño Harry te podría sorprender, su madre me ha contado mucho sobre el mediante sus cartas y es un niño muy perspicaz y con una manera maravillosa de ver el mundo. —Dijo su madre, dedicándole una cálida sonrisa.

-Lo siento padre, madre, me retiro.-Dijo sin más y se apresuró a su habitación.

Esa noche Louis no pudo dormir. En su mente rondaban recuerdos de las ocasiones en las que vió al príncipe Harry, cuando viajó al reino de Dalharia, el reino más poderoso. El no creía en esas historias de los lazos entre Alfa y Omega, él lo veía simplemente como un contrato para unir reinos y conseguir más poder o tan solo como instinto de supervivencia, pero no creía que tal cosa se hacía por algo más, no creía que fuese un tipo de lazo espiritual que unía parejas para toda la vida o en las almas gemelas. Había visto a parejas rompiendo ese lazo con tanta facilidad que cada vez dudaba más que existiera. Quizá solo era un invento para mantener a las razas puras.

Louis casi siempre lo que pensaba era lo correcto, pero esta vez no tenía ni idea.

Llamas gemelas |l.s.| Omegaverse Donde viven las historias. Descúbrelo ahora