Llamas gemelas |l.s.| Omegaverse

4. Promesa.

4 años después.

Había una ternura casi palpable en la manera que Harry observaba a Louis. Sentado en el banco más lejano del área de entrenamiento de alfas, se encontraba el rizado, atento a cada ágil movimiento de aquel castaño. Él mismo se sorprendía de su capacidad de seguir cada centímetro del sudoroso cuerpo de su prometido, incluso podía seguir alguna que otra gota de sudor, fascinado por aquel aroma que ahora podía percibir a gran distancia, tan malditamente embriagador. Por un segundo, notó la azulada mirada sobre él, seguido de esto, Tomlinson estaba en el suelo y Zayn con una sonrisa triunfante tendiendole  su mano para ayudarle a levantarse. Louis le devolvió una sonrisa divertida y volvió la mirada a Harry, quien estaba tan sorprendido como el resto de alfas en el entrenamiento y las y los omegas que observaban los enfrentamientos un poco más cerca que él. Louis nunca pierde. Se sacudió el polvo de su ropaje, limpió el sudor de su rostro con un retazo y se dirigió hacia donde el menor, ninguno de los dos podían apartar la mirada del otro mientras la distancia cada vez era más corta.

-Lo dejé ganar. -Aseguró, una vez que se encontró frente al rizado.

-Oh, yo, lo sé. -Dijo, con nerviosismo.

-Estoy mintiendo. -Sonrió con diversión. -Me distraje. -Dijo, sentándose al lado del chico. -¿Eso es mío?. -Señaló la cantimplora con agua que tenía en sus manos.

-¡Sí!. -Dijo al instante, ofreciéndosela.

-Gracias, pequeño. -Dijo, tomando entre sus manos y bebiendo rápidamente. -¿Sabes con qué me distraje?. -Preguntó, dándole una sonrisa cómplice a su acompañante.

-¿Una broma de Zayn?, él siempre bromea mientras entrena, pero nunca te habías distraído por ello, debió ser algo muy gracioso. -Dijo, expectante.

-Por supuesto que no, jamás me distraería por una sola palabra de Malik, es un idiota. -Soltó una risita burlona. -Es tu olor. -Aseguró. El menor de inmediato intentó olfatearse a sí mismo.

-¡Lo siento, Lou!. -Se disculpó de inmediato. El mayor le dio otra risita divertida. -No te burles, Lou, yo... yo también podía olerte desde el jardín y por eso vine, fue casi sin pensarlo. -Mencionó con timidez.

-Lo sé, ha sido casi insoportable esta semana, hueles a tristeza, ¿qué pasa?. -Preguntó casi en un susurro.

-En unos días cumplirás 18 años y te irás, voy a extrañarte. -Explicó con notoria preocupación.

-No me extrañarás por mucho tiempo, no te preocupes por eso. -Dijo, restándole importancia.

-Son tres años los que estaremos separados, tú... ¿tú.. no me extrañarás?. -Preguntó en voz baja.

-No tendré que extrañarte. -Aseguró con total confianza.

-Entiendo, supongo que estarás muy ocupado con tus nuevaa responsabilidades como para pensar en cosas así. -Intentó darle una sonrisa tranquila, sin éxito.

-Cuando menos lo esperes, estaré de regreso para llevarte conmigo. -Le dio un guiño y se puso de pie. -Ahora ve a darte un baño, come algo y te veo por la tarde para tomar el té, escuché que servirán esos pastelillos que tanto te gustan. -Le devolvió la cantimplora. -Ahora, debo meterle una paliza a Malik, no puedo dañar mi imagen a unos días de irme. -Revolvió los rulos del menor y se alejó, dejando a un chico confundido.

-Supongo que podré vivir tres años sin esto. -Dio un suspiro profundo y se dirigió a su dormitorio. El mayor le observó de reojo sin que este se percatara y sonrió, conmovido.

...

Pensé en las cosas con las que un ser humano podría seguir viviendo tranquilamente si le fuesen arrebatadas. En el reino, vi a un hombre sin un brazo, lo había perdido durante una batalla, en su juventud había luchado incontables veces en nombre del reino, hasta que en una ocasión, el enemigo lo retuvo, cortaron su brazo y lo regresaron para dar un mensaje, ataron parte de su ropaje para detener el sangrado, siguió entrenando con el brazo que le quedaba pero se casó y decidió tener una vida tranquila junto a su mujer e hijos, siendo un granjero, parecía ser feliz con su nueva vida, sin su brazo. Una de las cocineras del palacio tenía una hija, la vi un par de ocasiones y después nunca más la vi de nuevo, años más tarde mi hermana me contó que aquella jovencita fue robada por un hombre de otro reino, recuerdo que había rumores de que había sido el hermano de mi madre, ella me contaba que era una mala persona y jamás permitió que se acercara a mí, jamás la encontraron, en realidad nadie hizo nada para encontrarla. No pude evitar observar a aquella cocinera después de eso, un día la vi en el mercado del reino cuando fui a escondidas con Gemma, tenía otra hija y un hijo, a ellos jamás los llevó al palacio después de aquello, la vi sonreír con ellos, con el tiempo volvió a ser la misma de siempre, pudo seguir viviendo sin una parte de ella. Quizá todos creen que podrían morir si pierden lo que más aman en el mundo o si pierden una parte de sí mismos, ¿todos estarán conscientes de que pueden perder a un ser amado en cualquier momento, o que ya no tengas la capacidad de hacer lo que amas?, Tal vez no son cosas que puedan compararse, hablo de la capacidad de superar la pérdida, encontrar motivos para seguir y un día, sonreír de nuevo, no sé si con el tiempo el dolor desaparece, te vuelves un poco tolerante a él o simplemente lo aceptas y aprendes a vivir con él, para mantener el recuerdo de lo que perdiste.