7. Elegir

803 95 7
                                    

Harry se encontraba hecho un ovillo en su cama enredado en las sábanas, la mañana se sentía más fría de lo normal. Una tristeza desconocida invadía todo su ser, una soledad helada que nunca antes había sentido. Muchas veces intentó imaginar ese sentimiento, pero nunca estuvo más alejado de la realidad. Era el día después de la partida de Louis, no había ninguna actividad programada obligatoria así que pensaba que quedarse en cama todo el día no sería mal visto por nadie, sería penoso que alguien viera su aspecto tan deplorable porque si se veía tan mal a como se sentía, esa imagen nadie querría verla. Suspiró pesadamente, rodando hasta quedar boca abajo, ahogando un grito en su almohada, interrumpido por un toque insistente tras la puerta de su habitación.

-Adelante. -Dijo, sin animo. Seguido, Liam entró por la puerta con una cautelosa sonrisa, como si se esperase encontrar a su amigo en tal situación. -Hola, Li. -Dijo, intentando sonreír.

-Sabía que estarías aquí. -Se acercó y se sentó a un lado del menor.

-¿En dónde más estaría? Es temprano aún. -Explicó.

-Mmm, en el jardín, desayunando conmigo o el resto, con una enorme sonrisa porque te gustan los días nublados. -Explicó.

-Pero hace frío, no desayuno afuera cuando hace frío. -Intentó convencerle.

-En realidad no hace tanto frío, Harry, debe ser porque se acerca tu primera transformación, me sentí exactamente así. -Explicó, acariciando los rizos del castaño. —Aunqua la tuya está llegando un poco tarde. —Frunció el ceño.

-Sí, tal vez sea eso, le diré a Sebastian que llame al doctor y que me de algo para los síntomas. -Destapó su rostro, volteando hacia su amigo y recostandose sobre su propio brazo.

-Sí, te ayudará mucho. -Le dio una cálida sonrisa. -Pero supongo que esto no se trata solo de eso, ¿cierto?. -Se recostó a su lado, dándole una mirada comprensiva.

-Supones bien. -Respondió, devolviendo la sonrisa. -Pasé tanto tiempo con él, que ahora todo me parece extraño en su ausencia.-Dijo, cerrando los ojos durante unos segundos. -Algo me falta aquí. -Explicó, tocando su pecho.

-Lo sé, amigo, sé cómo te sientes. -Dijo, tomando su mano.

-¿También te sientes así por Zayn?. -Preguntó, observando su reacción con suma atención. El mayor sonrió un poco.

-Oh, no, yo no me siento así por Zayn, lo sé porque te conozco y sé cuánto le quieres. -Explicó gentilmente.

-¿No lo extrañas? ¿Por qué, Li?. -Preguntó, curioso. El castaño apretó un poco los labios, desviando la mirada.

-He extrañado a mi mejor amigo por tanto tiempo, que el que se haya ido no hizo ningún cambio. -Suspiró profundamente ante la atenta mirada del rizado. -Incluso creo que su partida me hace sentir más tranquilo, tiene un poco más de sentido todo. -Le dirigió una mirada que no pudo mantener.

-Liam, ¿qué es lo que piensas sobre tu boda arreglada con Zayn?. -El de ojos castaños le miró, confundido. -Me refiero... bueno, es que es bastante obvio que ninguno de los dos se siente cómodo con ese hecho y siempre me dices que extrañas cuando solo se veían como mejores amigos y no como "prometidos". -Hizo una seña con los dedos en la última palabra. El castaño se quedo en silencio. -Por ejemplo, Louis y yo somos mejores amigos, estamos conscientes de nuestro compromiso y eso no cambia para nada nuestra relación, no nos incomoda, pero contigo y Zayn, tú mismo lo has dicho, ya ni siquiera pueden cruzar palabras con naturalidad. --Concluyó, expectante a la respuesta de su amigo. Liam continuó en silencio algunos segundo más, antes de responder.

-No me gusta la idea de casarme con Zayn. -Respondió con total sinceridad.

-Oh, ¿no lo quieres?. -Preguntó con inocencia.

Llamas gemelas |l.s.| Omegaverse Donde viven las historias. Descúbrelo ahora