8. Instintos

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Ambos príncipes caminaban por el reino del castaño con total seguridad, los sirvientes los veían e inclinaban respetuosamente ante ellos quienes los saludaban amablemente. Cierto nudo en el estómago del ojiazul le molestaba; no sabía si era por ver a su padre después de tantos años, porque en una semana tomaría el trono, por los planes que llevaría a cabo después de eso o por tener a Harry lejos de él. El moreno palmeó su espalda en señal de apoyo.

-Tranquilo, todo saldrá como lo hemos planeado estos años y no estás solo, me tienes a mí. -Le dio una sonrisa tranquila.

-Esperemos que sí, pero no es solo es lo que me preocupa. -Bajó la mirada.

-Ya lo sé, te preocupa que en medio de todo lo que está por venir, Harry esté lejos. -Conocía a su amigo mejor que nadie.

-La verdad es que sí, no es como que pueda simplemente ir por él y traerlo aquí, es menor de edad por lo que sus padres aún son responsables de su cuidado y protección. -Espetó, angustiado.

-A mí también me preocupa Liam, aunque es un poco mayor que Harry, sigue siendo menor, tenemos que encontrar una manera. -Propuso.

-Sí, creo que eso debería ser prioridad, mañana antes de irte hablemos sobre eso. -Indicó.

-Sí, me parece lo mejor. -Le dio una sonrisa, dando por concluido el tema.

Continuaron su camino hasta el salón del trono, en donde se encontraría su padre. Al llegar, la enorme y ostentosa puerta estaba siendo abierta, saliendo de ella el Duque de Kent y su hija. Estos, al notar la presencia de los príncipes, se inclinaron y mostraron una genuina sonrisa.

-Sus altezas, que agradable es encontrarlos, no creí que le veríamos hasta la coronación. -Dijo el Duque, dirigiéndose a Louis. -Y de ningún modo esperaba encontrarlo aquí, Príncipe Zayn. -Se dirigió al de ojos avellana.

-Sí, mi llegada se adelantó unos días y el príncipe vino a saludar a mi padre y mis hermanas. -Le dio una cálida sonrisa.

-Así es, después de mi coronación no sé cuando pueda volver a ver a la familia de mi amigo. -Apoyó Zayn.

-Sí, lo entiendo, vienen enormes responsabilidades y estoy seguro de que ambos están más que preparados para ello. -Halagó. -Oh, disculpen, les presento a mi hija Jelena. -Una hermosa jovencita de cabello rubio y ojos aceitunados sonreía al lado de su padre, haciendo una reverencia.

-Oh, claro, Jelena. -El de ojos azules le devolvió la sonrisa. -Hace años que no la veía. -Voltó a ver a su amigo. -Ella es la hija del Duque, creo que la conociste hace años en uno de mis cumpleaños. -Intentó recordar.

-Sí, la recuerdo, jamás olvidaría esa sonrisa. -Obervó a la joven con una sonrisa. -Pero recuerdo que nos dijo que la llamáramos con un mote, ¿cuál era?. -Se quedó unos segundos pensando ante la sorprendida mirada del Duque y su hija. -Gigi, claro, así era, ¿cierto?. -La rubia se ruborizó ante la divertida mirada de los jóvenes príncipes.

-Emm, sí, pero eso fue hace años cuando era una niña. -Explicó el padre.

-Tiene razón, me disculpo. -Dijo Zayn, con sinceridad. -Pero a mí me parece muy lindo. -Le dio a la joven una sonrisa coqueta.

Un sirviente se acercó al Duque, indicándole que el rey requería brevemente su presencia por unas firmas faltantes.

-Hija, espera aquí, solo tengo que firmar algo. -Le indicó a su hija. -Una disculpa príncipes, vuelvo en un momento. -Se inclinó rápidamente, dirigiéndose de nuevo dentro del salón.

-Puede seguir llamandome de esa manera si es lo que prefiere, su alteza. -Dijo la hermosa chica con voz tímida.

-Le agradezco, señorita Gigi. -Agradeció gentilmente.

Llamas gemelas |l.s.| Omegaverse Donde viven las historias. Descúbrelo ahora