12. Valor

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Los rizos del ojiverde jugaban con el viento, estorbandole de vez en cuando por los movimientos habilidosos en el combate, siendo preciso en sus ataques. Todos le miraban extasiados por su extraordinario estilo de pelea, algunos Alfas miraban incrédulos al joven Omega, los Betas y los de su misma raza le miraban con admiración, ver al príncipe de Dalharia tan capaz y motivado, les creaba una sensación de orgullo en su interior. Además, verle por fin enfrentarse a un Alfa era sencillamente un espectáculo. Liam y Danielle le animaban de cerca, emocionados por su amigo. La lucha estaba siendo muy pareja a pesar de la diferencia de tamaño muscular de ambas partes, esto era debido a que Harry compensaba su mayor debilidad con su agilidad y destreza. En un movimiento casi de suerte, el Alfa tumbó al suelo al Omega, sonriendo triunfante, el menor le devolvió la sonrisa, divertido.

-Nada mal. -Expresó el mayor, ofreciéndole su mano para ayudar al rizado a ponerse de pie.

-Lo mismo digo. -Dijo con sinceridad, tomando la mano y levantándose enseguida.

-Había escuchado que eras bueno, pero no imaginé que a este nivel. -Dijo con admiración.

-Se lo debo a Louis, él me ayudó para que me permitieran entrenar todo lo que quisiera, como el resto. -Explicó con orgullo.

-Ven, vamos, caminemos un poco. -Pasó su brazo por los hombros del castaño, invitándole a caminar lejos del campo de entrenamiento. -Hay algunas cosas que tenemos que hablar. -Dijo con seriedad.

Ambos jovenes caminaron hasta llegar casi a los límites del instituto, el mayor se detuvo y se sentó sobre una gran roca.

-Ven, siéntate a mi lado. -Invitó.

-¿De qué debemos hablar?. -Preguntó, acercándose y tomando asiento a su lado.

-De varias cosas, empezando por tu cunpleaños, estás a punto de cumplir 18. -Dijo con una cálida sonrisa.

-Sí, es muy raro, siento que apenas hace poco hubiese llegado a este lugar. -Contó con nostalgia.

-Yo igual, el tiempo ha pasado como un parpadeo. -Se quedó mirando a la nada, pensando en algo, en silencio. -Pero en fin, me alegra haber venido a verte, ver a mi hermanito tan fuerte y no solo en tu físico, de verdad me pone muy feliz verte así, pleno. -Le miró con una enorme sonrisa. -¿Te puedo pedir un favor, Harry?. -El menor asintió, atento a sus palabras. -Jamás permitas que nada ni nadie se interponga en tu vida, en tus decisiones y tu manera de seguir tu felicidad, ¿de acuerdo?. -El menor negó con la cabeza. Ciertamente sentía que si hablaba, comenzaría a llorar, algo en las palabras de su hermano le daba tristeza, quizá era que a él le estaban arrebatando la posibilidad de ser feliz. -Dios, quisiera ser tan fuerte, tan decidido a seguir mi propio camino como lo es Louis, ese hombre es admirable. -Dijo, riendo con nerviosismo. -Yo solo soy un pobre hombre sin decisión, un títere de mi padre, de qué me sirve ser un Alfa fuerte y capaz de destruir cosas con sus propias manos o ser un lobo más grande que el promedio con la capacidad de destruir a todo un ejército. -Respiró profundamente, intentando contener las lágrimas. -Si mentalmente soy el más débil de todos. -Harry podía ver el sufrimiento en los ojos de su hermano.

-Ben, tú no eres débil de ninguna manera. -Tomó la mejilla de su hermano. -Eres una de las personas más fuertes que conozco y no solo fisicamente, tú puedes lograr todo lo que te propongas, solo que lo has olvidado. -Dijo seriamente.

-No hermano, de verdad desearía creer en tus palabras, pero las cosas no son así. -Le dio una sonrisa que claramente no era de felicidad.

-Sí lo eres, solo que por algún motivo no lo recuerdas, pero tienes suerte de que yo esté aquí para decírtelo. -Dijo, animado. -¿Quién me defendía cuando otros Alfas me molestaban en las fiestas del reino?, tú, ¿quién siempre lograba convencer a nuestro padre para que nos comprara algo o nos permitiera hacer algo?, tú, ¿Quién siempre lideró las excursiones del reino y fue el diplomático que representaba a mi padre? Siempre tú Benjamín. -Espetó el menor. -Tú siempre diste la cara por el reino, esto incluso cuando lo que realmente deseabas era viajar con libertad por el mundo y no te quejaste ni una sola vez, dime tú si eso no es valor y ser mentalmente fuerte. -Concluyó.

Llamas gemelas |l.s.| Omegaverse Donde viven las historias. Descúbrelo ahora