Harry jugaba con su comida sin probar bocado alguno, miraba a la nada, inmerso en sus pensamientos. Su mejor amigo, Liam, le observaba preocupado mientras reposaba después de terminar sus alimentos. El comedor, como siempre, se encontraba bastante animado por las conversaciones de la realeza adolescente que lo llenaba. Para el rizado era como si nada más existiera a su alrededor, solo él pensando en cómo serían los próximos años lejos de Louis.
-Harry. -El castaño intentó llamar la atención del menor. -Príncipe Harry. -Insistió, sin éxito.
-Hey, creo que tu amigo te está llamando, Harry. -Dijo en voz baja, una joven omega de algunos 15 años que se encontraba a su lado.
-Oh, gracias. -Dijo Harry, avergonzado. -Lo siento, Li, estoy algo distraído. -Le miró, apenado.
-Lo he notado amigo, parece que un pariente ha muerto. -Dijo, serio.
-No digas eso Li. -Reprochó.
-Tu amigo tiene razón, deberías comer y más porque a esta edad tu cuerpo necesitará muchos nutrientes, se vienen grandes cambios. -La castaña se unió a la conversación.
-Ella tiene razón, ¿Danielle, cierto?. -Preguntó el de ojos avellana.
-Sí, un placer, príncipe Liam, príncipe Harry. -Hizo una leve reverencia desde su asiento.
-El placer es nuestro. -Respondió, seguido de una reverencia de ambos chicos.
-Lo sé, no es que no tenga hambre, solo me quedé pensando en algunas cosas. -Explicó, comenzando a comer.
-Escuché que el príncipe Louis se marcha, imagino como te sientes. -Dijo la omega, tocando el hombro del menor en señal de apoyo.
-Es estúpido, solo son 3 años, la próxima vez que lo vea será en nuestra boda. -Dijo con una sonrisa que no llegaba a sus ojos.
-No es estúpido, veo que lo que tienes con él es real, eso es hermoso Harry. -Dijo, rellenando el vaso de agua del rizado.
-Gracias. -Tomó el vaso y bebió de él. -Yo también siento eso mismo. -Dijo, con un deje de orgullo. -Solo es... intento hacerme a la idea, ¿sabes?. -Explicó.
-Cuando llegamos aquí, tuvimos que acostumbrarnos a ya no estar al lado de nuestra familia y pensar en dejar este lugar para volver a nuestros reinos es algo difícil de imaginar, ¿cierto?. -Intentó animar. -Será lo mismo con esto de Louis. -Concluyó.
-Sí, tienes razón. -Dijo, dándole una pequeña sonrisa.
Por supuesto que no sería lo mismo, esto se sentía como perder una parte de sí mismo.
(...)
El cielo se encontraba nublado, por primera vez después de meses de tener un clima totalmente despejado. El ambiente se sentía triste, como si la madre naturaleza supiese que ese día algo pasaría y no precisamente algo digno de celebrar. El interior de Harry estaba siendo plasmado en el paisaje que los rodeaba. Esperaba en el jardín, justo en el lugar en donde muchas noches se reunieron él y Louis para recostarse en el pasto y mirar las estrellas, tantos deseos solicitados a las estrellas fugaces que vieron, tantas risas y sonrisas intercambiadas, tanto cariño demostrado. Detrás de él escuchó unos pasos, era tan extraño que todo su cuerpo podía reconocer a Louis mediante todos sus sentidos. Podía escuchar su manera se caminar, percibía su aroma único a gran distancia, reconocía la sensación de aquellas manos un poco ásperas por el uso de la espada, en su piel con un solo toque y su alma reconocía a la suya al entrar en contacto.
-Tardé un poco, lo siento, debía arreglar algunos asuntos antes de irme. -Tocó su cintura al llegar detrás. El rizado volteó inmediatamente, abrazando fuertemente al ojiazul.
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Llamas gemelas |l.s.| Omegaverse
RomanceHarry es un Omega que está comprometido desde antes de nacer, con el príncipe Louis, un Alfa que cree que el lazo es solo un contrato para mantener alianzas entre reinos.