XIX

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Emmett llegó al bosque y se sentó frente de una gran roca opoyando su espalda en ella y tirando cabeza hacia atrás, se encontraba un poco frustrado por lo de la noche anterior, sentía un golpe a su hombría el no haber podido tener relaciones con su ex novia como lo hacía cuando necesitaba liberar tensión sexual y más cuando ella estaba tan dispuesta a hacerlo, ni siquiera pudo besar sus labios, y el problema no era que Rosali fuera fea o insípida, la vampira era realmente hermosa, sexy y coqueta muchos chicos se derretian por ella, pero el problema es que no era Seth, su lobito, ese niño se había metido en su cerebro, era obvio que el licantropo era muy joven ya que por sus rasgos no parecía tener mas de 16 años, y aunque sonaba como un pervertido cuando pensaba en la edad del niño lobo y su edad real, nosotros podía sacar de su mente a Seth, sus labios, sus ojos, su cuerpo, su tartamudeo cundo el vampiro se le insinuaba, lo lindo que se veía cuando se ponía rojo por la vergüenza, su aroma, su voz, sus gemidos.

E:-¿que mierda me esta pasando- se dijo así mismo enojado.

Solo un día de conocer a licantropo y ya había quedado prendado de él.
Si, era Obvio que se Seth era un chico lindo, por eso quería llevárselo a la cama en cuanto lo vio, pero solo eso, como cuando alguien le gustaba, no buscaba nada serio con nadie y por eso término con la vampira, descubrió que las ataduras no eran para él, teniendo una vida inmortal tenía muchas experiencias nuevas por descubrir y aprender o que quería poner en práctica y con tantos chicos y chicas dispuestas, por que quedarse con una sola persona, Rosali estuvo de acuerdo con el cuando hablo, ella sabía que Emmett por muy atractivo que fuera no era el hombre que ella esperaba por lo que quedaron como amigos y después se volvieron amigos con derecho,  ya que aunque ambos eran vampiro el apetito sexual seguía estando ahí.

No era un secreto para su familia y los que conocían a Emmett que era un don Juan, siempre había alguien dispuesto a estar en la cama del vampiro para saciar su apetito sexual, incluso Rosali.
El solo buscaba alguien para satisfacer sus deseos carnales nada mas, ni una pareja,  no novia, no novio, solo una noche, y cuando conoció al lobito sabía quién sería su próxima conquista.

Pero entonces si sólo lo quería como una conquista y nada mas y ya lo había logrado, por lo menos beso y casi tener sexo con él.
Por que no pudo hacer lo que hacía con los demás cuanto quedaba exitado, buscar alguien mas y satisfacer sus deseos carnales hasta que tenga otra oportunidad con la persona que lo había dejado en ese estado.

Cuando quiso besar a Rosali se sintió como una escoria, como si fuera la peor basura que podía existir, y una imagen llegó a su cabeza la imagen de Seth jadeante con los labios hinchados, la respiración entrecortada, con sus manos hechas un puño apretando fuertemente su remera y un hilo de saliba que venia de su boca.

Y simple no puedo besar a la vampira, se sentía como una mierda por estar jugando a dos puntas, como si estuviera engañando al lobo de quien no era nada, nunca se síntomas así.

E:-¿acaso estoy enamorado del lobito?- pero después se río de si mimo y  de lo que tonto de su pregunta- nadie puede enamorarse sólo en un día de una persona-.

Pero entonces ¿por que no podía dejar de pensar en Seth?, ese niño se había método en su cerebro y parecía no querer salí de ahí.

E:-tal vez debería hablar con Seth y explicarle lo que el querío-.

Era lo más sensato tal vez explicarle que solo quería intentar algo de una noche y ya, tal vez acepte y quiera lo mismo después de todo le quedo claro que no le era indiferente al lobito.
Pero también estaba la opción de que si le decía al lobo lo mande al diablo, le grite y lo golpe incluso por jugar con el, pero prefería eso a la tercera opción y era que el lobo lo mirara dolido, con los ojos llenos de lágrimas por que el dolor de solo ser un juego para el vampiro y eso hacia que el corazón se le oprima y le duela,cualquier cosa sería mejor que ver a Seth llorar, si sólo imaginarlo lo hacía sentirse mal, no quería saber como se sentiría verlo en la vida real llorar.

Yo Te Creo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora