La visita a Sharpy había dejado a Orquídea bastante conmocionada, sus ideas le eran extrañas, pero no le sonaban del todo malas, sin embargo le costaba mucho aceptarlas, una parte de ella decía que todo eso estaba mal, pero otra estaba de acuerdo, y este conflicto le causaba dolor y angustia, por esto trataba de distraerse pensando en otra cosa... Otras molestias.
La mantis estaba adolorida luego de su batalla anterior, la editora no se había contenido al atacarla, aunque eso estaba bien, no esperaba menos, una batalla que valía la pena debía ser brutal y llevar el cuerpo al límite, además, el dolor le ayudaba a mitigar su libido y le dejaba un cierto sentimiento de satisfacción.
Sin embargo, Hollow no estaba muy de acuerdo con todas las heridas que Orquídea llevaba encima, no eran tan graves pero podía notar por la forma en la que se movía la insecto, que le dolían, por eso en cuanto salieron del edificio de departamentos, se dirigieron a una farmacia donde le compró algunas hierbas analgésicas y una pomada para las cicatrices.
—¿Qué es eso? —Preguntó la mantis curiosa viendo las bolitas de hierba que Hollow le estaba ofreciendo.
"Son analgésicos, te comes una de estas y durante 8 horas no tendrás dolor, te puede servir para ahora, luego podemos ir a una fuente termal para sanarte por completo"
—Ah, gracias, pero no las necesito. El dolor es parte de ser un guerrero, hay que sufrirlo en carne para volverse fuerte —La mirada que le dedicó Hollow era indescriptible, nuevamente escribió en su pizarra.
"¿Eres masoquista?"
—¡¿Que!? ¡Claro que no! No se busca el placer a través del dolor, eso está mal, no sufrimos por gusto, es para fortalecernos, volver nuestras mentes fuertes y que no sucumban ante los problemas o las dificultades, por eso no buscamos el dolor a propósito, solo lo recibimos como un regalo si este llega a nosotros.
"Ustedes son muy raros. Aún así más o menos los entiendo. Acepto que no quieras comer las hierbas analgésicas, pero al menos deberías usar la crema, ayuda a que no te queden marcas, las cicatrices no ayudan ni al cuerpo ni a la mente. Cuando volvamos al castillo te aplicaré la crema."
Orquídea enrojeció al pensar en lo que mencionaba Hollow. Su activa mente imaginó al caballero untando su cuerpo con la sustancia sanadora, masajeando firmemente su caparazón, recorriendo con sus manos cada recoveco de su ser arrancándole mil suspiros, deslizando sus manos hasta tocar...
Se llevó las manos al rostro tratando de ahogar ese pensamiento, otra vez sentía su cuerpo arder de deseo, esperaba que aquello hubiera sido solo una broma de parte de Hollow, no podría aguantar algo como eso, ¿Acaso a este bicho le gustaba torturarla? Jugar con sus deseos y hacerla sufrir... ¡Y maldición eso solo lo hacía más atractivo! Miró de reojo a su compañero quien parecía distraído observando las calles húmedas del lugar. Quizás qué ideas cruzarían por su mente, qué juegos y formas de torturarla estaría maquinando.
La realidad era que Hollow había notado que alguien los seguía y estaba atento a sus alrededores, esperando un ataque o algo peligroso, tenía a una mantis herida a su cargo, debía protegerla a toda costa, pero sin que ella se diera cuenta, conociéndola, si sabía que estaba en peligro, aunque se le quebraran las patas iría a pelear igual.
Suspiró algo preocupado, sin embargo no era una situación que no pudiera manejar, lo mejor era moverse hacia sitios concurridos. Su plan original era llevar a Orquídea a la casa del placer para que sanara sus heridas y luego regresar al palacio, pero viendo la situación, la llevaría a dar algunas vueltas por la ciudad, quizás sus acechadores revelaran su presencia en el transcurso del día, no quería que ninguna amenaza se acercara al castillo.
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Jamás
ФанфикLas mantis son fuertes, frías, despiadadas y por sobre todo, jamás se enamoran. Así es como debe ser una mantis, en especial un mantis Lord. Solo la perdición le espera a aquellos que osan romper las reglas, esto Orquídea lo sabe muy bien, por eso o...