Esperando

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La noticia de los futuros huevos de Orquídea y de un posible heredero para Hallownest no tomó tan desprevenidos a los empleados del castillo como podría haberse esperado, esto debido a la enorme cantidad de rumores que corrían sobre el tema. Muchos se tomaron la posibilidad de que nacieran estos niños como algo tan cierto, que se dieron el lujo de hacer preparativos, como acondicionar una habitación y comprar una cuna, irónicamente aquella mentira resultó ser cierta y todo lo que hicieron muy útil, hasta Big los felicitó por su eficiencia.

Ahora el castillo resplandecía de alegría y los bebés eran el principal tema de conversación de todos ¿Cuántos serían? ¿Cómo serían? ¿Qué criterio usarían para elegir al heredero? Solo el tiempo entregaría la respuesta. Pero en medio de todo este regocijo, había alguien que no parecía feliz con todo esto y era la misma madre de los huevos.

Aún cuando le habían dicho que todo estaba bien, que la aceptaban, que la cuidarían y que lo que había hecho no tenía nada de malo, le resultaba muy complicado aceptar su situación y lo que llevaba dentro, casi ni prestaba atención a su alrededor, solo contempló como un zombie el bonito cuarto que le prepararon y se tumbó en la enorme cama sin decir una palabra. No sabía qué hacer, le parecía increíble que todos estuvieran felices cuando ella se sentía miserable, todo estaba mal para ella, desde los juguetes que decoraban el cuarto hasta la hermosa cuna que ocupaba el lugar  principal de toda esa composición.

Orquídea cerraba los ojos y en su imaginación podía ver esa cuna llena de monstruos horrorosos pidiendo comida y llamándola mamá, cuando los volvía a abrir solo quería llorar y arrancarse las entrañas, pero obviamente eso estaba más allá de toda posibilidad.

Hornet aunque no estaba nada contenta con la noticia de que iba a ser tía, les dio todo su apoyo, no es que tuviera otra opción tampoco, les ofreció los servicios de la matrona pero Big optó por contratar un médico de la ciudad, una grillo que tenía bastante buena fama.

La insecto aceptó el trabajo con entusiasmo y mucho orgullo, prestar servicios a la familia real y atender a la madre del heredero del trono era un sueño, se volvería muy famosa y seguro que le llovería el trabajo. Pero todo su optimismo murió en cuanto vio a la futura madre. Hasta donde recordaba jamás vio a una embarazada tan desolada, incluso las hembras que no querían tener niños se veían más conformes y resignadas que esta mantis, su situación casi la hizo temer por las circunstancias de este embarazo ¿Acaso la habían obligado a concebir? Se horrorizó al pensar en esto, pero era la familia real, aún si ese hubiera sido el caso, ella no podía hacer nada. Así que se limitó a suspirar y a hacer su trabajo.

Fuera de la habitación de la mantis, Hollow y el rey esperaban ansiosos por la médico, uno de ellos con aire preocupado y el otro radiante de alegría, eran como las dos caras de la moneda, pero no tardaron en uniformar sus expresiones cuando vieron a la grillo salir, su rostro anunciaba sin palabras que las cosas no estaban muy bien.

—¿Pasa algo con Orquídea? —Big fue el primero en hablar.

—Pues... No está muy bien... En muchos sentidos.

Respiró hondo para hablar, estaba algo asustada de tener que dar malas noticias, a pesar de que todos decían que Big era un rey muy amable, aún así le asustaba desatar su cólera.

—Ella.... No estaba preparada para enfrentar un embarazo ¿Sufrió algún accidente donde perdió sangre recientemente?

—¿Accidente? No...

—Bueno, no fue exactamente un accidente, pero sí vivió una situación como esa —Big miró confuso a su hermano—. Recuerda cuando se enfrentó al cazador, estuvo muy mal, casi muere y perdió un montón de sangre, justo cuando se había recuperado de esa otra vez cuando trató de matarse.

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