La guerra entre las mantis y las arañas ya se había desatado y demostraba ser un evento tan horrible como cruel. Cadáveres de bichos de ambos bandos se sumaban a las antiguas carcasas de las batallas de antaño que aún permanecían en el campo, como un recordatorio de la ferocidad de la guerra, pero aquellos cuerpos añejos no eran suficientes para disuadir a los bichos de alzarse en armas una vez más, la supuesta ofensa de las mantis había sido demasiado grave.
Pero a diferencia de las luchas anteriores, donde un montón de insectos sin mente sucumbían ante el poder de las mantis, el enfrentamiento actual se inclinaba en favor de Nido Profundo. Las arañas eran rápidas y hábiles, poco a poco iban ganando terreno y obligando a sus adversarios a retroceder. Ni aún con las Lords luchando la tribu era capaz de hacer frente a la amenaza, o al caballero silencioso que ahora lucía como un monstruo sediento de sangre.
En realidad no era solo él el problema, la reina araña y su consorte eran adversarios magníficos, en verdad los subestimaron cuando los conocieron, todas las mantis pensaron que sería una victoria sencilla, matar a la reina marcaba automáticamente la derrota de Nido Profundo y por eso mismo muchas se lanzaron contra ella buscando la gloria y el honor, pero solo encontraron el dolor y la muerte.
Luego de las primeras vidas perdidas, las mantis optaron por una postura más defensiva, buscando contenerla y esperando el momento apropiado para lanzar un ataque mortal, pero este no parecía llegar, el hilo encantado de la reina era un muro impenetrable que bailaba a su voluntad y quemaba al contacto, pero había un valiente dispuesto a tomar el riesgo de matarla y tenía un plan.
Tash estaba decidido a tener la gloria de la victoria, era la única forma de que Lavanda lo perdonara luego de secuestrarla, ahora ya no podía estar en su presencia porque de inmediato buscaba acabar con él, si ahora había cesado en su afán de asesinarlo era solo porque estaban en guerra y necesitaban a todas las mantis disponibles para luchar, en particular los individuos fuertes como él.
Listo para todo, el macho cogió una de las carcasas del piso y usándola de escudo se lanzó contra Hornet. El hilo dorado mágico golpeó el caparazón muerto y logró causar quemaduras menores en el mantis, pero no era nada comparado con el daño que se llevaba el cadáver, esto tomó a Hornet por sorpresa, el flujo de alma en su arma cesó, cosa visible por la disminución de su brillo, esta fue la señal que Tash necesitaba para atacar. Agarró las hebras y las destrozó con el filo de sus garras, dejando a la mestiza vulnerable por unos instantes.
Hornet reaccionó bien anteponiendo su aguja en una maniobra perfecta, aquel macho no era suficiente para someterla, pero no tenía la capacidad de ocuparse de él y al mismo tiempo poner atención a las dos hembras que se le venían encima. Bajó su defensa un momento para repeler a las dos mantis y Tash apuntó sus garras hacia el corazón de la araña.
Aquel filo mortal se aproximaba al pecho de Hornet, alcanzó a vislumbrarlo, su vida pasó frente a sus ojos, pensó con tristeza en su familia y amigos, en su reino y en las crías que perdió, no quería morir, pero....
Justo en el último instante, aquella que acechaba en las sombras buscando su momento para mostrarse se dejó caer. Desde el techo de aquella cueva Ania se desprendió y se arrojó sobre el mantis causando un daño horrible en su pecho. Tash de inmediato la apartó y tomó distancia para replantear su ofensiva.
La araña se volteó para observar a su antigua maestra y se le rompió el corazón al ver la rabia en sus ojos. Hornet no sabía como sentirse al respecto, tenía al frente a la criatura que casi mata a una de sus hijas, la sirvienta que le fue leal por tantos años, que la traicionó de la peor manera y que ahora le salvaba la vida.
El ataque furtivo de una mantis le recordó donde estaba y la situación que estaba viviendo, no tenía tiempo para sus conflictos personales, su prioridad ahora era vencer.
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Jamás
FanficLas mantis son fuertes, frías, despiadadas y por sobre todo, jamás se enamoran. Así es como debe ser una mantis, en especial un mantis Lord. Solo la perdición le espera a aquellos que osan romper las reglas, esto Orquídea lo sabe muy bien, por eso o...