El conflicto del embarazo

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Solo paz y tranquilidad se respiraba en el antiguo hogar de la vidente, el cual en aquellos momentos estaba siendo ocupado por dos amantes que dormían plácidamente luego la ardua tarea de concebir una vida. Ambos reposaban abrazados a medio cubrir en medio de un improvisado nido de telas y almohadones. Ignorantes de todo a su alrededor, no sabían del caos que había en el palacio por su ausencia, ni de lo preocupados que estaban su familiares, ni del gran cambio que tendrían sus vidas a partir de ese momento. 

Dormían repletos de felicidad, pero como todo, aquel hermoso momento debía llegar a su fin y la primera en salir de su burbuja de confort fue Orquídea, quien abrió los ojos con pereza. Se sentía pesada, pero sumamente satisfecha, como si algún anhelo o deseo muy antiguo finalmente se hubiera cumplido.

Un par de brazos le rodeaban la cintura y en medio de su somnolencia, se limitó a darse la vuelta y abrazar a aquel con quien estaba compartiendo su lecho. Él entre sueños frotó su rostro contra su cuello soltando un sonido muy tierno.

"Estoy en el cielo" pensó Orquídea. Era tan maravilloso poder recibir los arrumacos de su amante, le encantaba. Frotó su cola contra él obteniendo a cambio una suave caricia que le sacó un suspiro. Lo mejor sería calmarse, si seguían así terminarían repitiendo lo de la noche anterior...

Esto bastó para despabilarla de una vez, sus ojos se abrieron como platos y se apartó de Hollow de forma brusca, quien abrió los ojos perturbado por el brusco movimiento de la mantis.

—Mmm.... Buenos días Orquídea...

Hollow habló, aquello no era un sueño, el Señor de las Sombras lo convirtió en un insecto normal y le otorgó todas sus características, como voz y órganos reproductivos y ellos habían copulado... 

La mantis miró con terror su cola, que sin dudas estaba ligeramente hinchada y mostraba todas las señales de un encuentro pasional ¿Eso había ocurrido durante su celo? Ahora que lo notaba ya no estaba rodeada del típico aroma dulzón de ese estado y sentía su mente más clara, pero cuando ocurrió el acto aún estaba en su período fértil, fueron las mismas feromonas las que los hicieron unirse. Dadas las circunstancias, ahora debía estar embarazada.

Orquídea lanzó un grito tal que Hollow creyó que se quedaría sordo, incluso las sombras que pululaban por el cementerio volaron a esconderse del miedo.

—Ah... Que rayos te pasa Orquídea...

—Tú... Yo... —Lo apuntó con una garra temblorosa— Lo hicimos.

—¿Lo hicimos?... ¡Ah! Eso, sí —un suave sonrojo se asentó en su cara— fue bonito.

—¡Me importa una mierda si fue bonito! ¡Lo hicimos durante mi celo! ¡Hollow estoy embarazada!

La realización de aquella realidad lo dejó helado, justo lo que no quería, aquello que por ningún motivo deseaba ahora ocurría, iba a ser padre.

—Eh... ¿Estás segura? No existe la posibilidad de que...

—¡No! ¡Esto no tiene excepciones! ¡Si lo haces durante el celo inevitablemente quedas en cinta! ¿Por qué Hollow? ¿Por qué me hiciste esto? ¡Yo no quería tener hijos contigo!

Esta declaración le dolió. Él tampoco quería niños, pero le molestaba que su queja fuera solo respecto a tenerlos con él, como si fuera alguna especie de bicho asqueroso.

—No hace falta ponerse así, estoy seguro de que puedo engendrar hijos sanos y bonitos.

—¡Mestizos Hollow! ¡Tú y yo somos de especies distintas! Asquerosos mestizos... ¡Voy a ser madre de esas abominaciones! Esto no me puede estar pasando... ¡No no no no! Pero debe haber una solución... Sí... Claro, es muy fácil, cuando salgan los huevos los romperé.

JamásDonde viven las historias. Descúbrelo ahora