Tierras de Reposo había cambiado mucho a lo largo de los años, ya casi no tenía parecido con el desolado santuario de muerte que era hace algún tiempo. Seguía siendo un lugar silencioso, concebido para albergar los cuerpos de aquellos que ya habían partido de este mundo, pero ahora presentaba un aspecto más amigable. Los visitantes que diariamente llegaban al lugar, habían comenzado a plantar diversos tipos de flores para engalanar las tumbas y honrar a los caídos. Además, habían erigido numerosas estatuas en honor al Señor de las Sombras, era notoria la influencia que tenía el culto en el reino.
Orquídea observó las estatuas con interés, las representaciones de la deidad eran algo distintas de las que había visto en otros sitios, donde se mostraba como un ser aterrador y amenazante, con sus cuatro brazos extendidos listo para despedazar a quien se acercara. Aquí en Tierras de Reposo lucía más benevolente, con las palmas juntas como si rezara, buscando dar consuelo a las personas que sufrían por las pérdidas.
Las mantis no tenían la costumbre de apegarse tanto a sus muertos y superaban las pérdidas rápido, por eso a Orquídea le extrañaba un poco tanta dedicación a los cuerpos inertes, pero ya no lo cuestionaba, simplemente era algo distinto, además, tampoco era algo que le disgustara, el silencio que reinaba tenía una mística especial, las estatuas de la deidad eran muy bellas y estaba encantada con la cantidad de flores que había por doquier.
De pronto sintió el ruido característico del lápiz de Hollow golpeando contra la pizarra, la estaba llamando. Sin darse cuenta se había quedado atrás, le era muy fácil distraerse observando el paisaje y había demasiado que mirar. No eran solo las flores y las tumbas, la gente también tenía un aire especial y místico. Habían hijos de la sombras, pero estos eran distintos de los que había visto en cualquier otra parte, no tenían ese aire juguetón y despreocupado que solía caracterizarlos, eran silenciosos, tranquilos y sobre todo inexpresivos, le recordaban mucho al caballero la primera vez que lo vio.
Ahora que Orquídea pensaba en eso ¿Qué le había pasado a Hollow en todos estos años? ¿Cómo de ser un ser vacío sin emociones se convirtió en el adorable individuo que siempre estaba a su lado y la consentía? Y ahora que miraba a estos bichos de aquí ¿Ellos por qué actuaban así? ¿Esta era su verdadera naturaleza? ¿cuál era la verdadera naturaleza de Hollow?
La realidad era que la contaminación con vacío que tenían los contenedores los había afectado en distinta medida, en un inicio todos actuaban como entes sin mente ni conciencia, pero ese estado era en cierta medida reversible, la convivencia y el cariño de otros llenaba sus corazones y mentes llevándolos a ser bichos casi normales. Pero otros no habían sido tan afortunados, podían desarrollar voluntad y deseos propios, pero no llegaban a comprender del todo lo que era el afecto y tenían problemas expresándose, algunos de estos contenedores eran los que habían optado por quedarse en el abismo, pero otros a pesar de todo quisieron vivir en la superficie y eligieron para esto el sitio más tranquilo y silencioso de todo el reino, Tierras de Reposo.
Ambos siguieron internándose a través de los corredores plagados de tumbas y flores, hasta llegar al lugar más apartado del enorme cementerio. Allí, debajo de un dosel de flores y rodeado de libros encontraron al guardián de tierras de reposo.
Cuando Orquídea vio al bicho no pudo evitar sorprenderse y sentirse algo confundida, aquella cosa era lo más raro que hubiera visto en mucho tiempo.
Tenía un rostro redondo y blanco en cuyo centro había un solo ojo y dos diminutos cuernos sobresalían de su cabeza, iba vestido con una túnica larga color blanco y un cuello negro, su traje cubría por completo su cuerpo salvo por unos... ¿Tentáculos? Que sobresalían de entre sus ropas con los cuales tenía agarrados algunos libros y otras cosas ¿Que cosa era eso? Ni siquiera podía precisar si era macho o hembra, incluso su nombre era neutro.

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Jamás
FanficLas mantis son fuertes, frías, despiadadas y por sobre todo, jamás se enamoran. Así es como debe ser una mantis, en especial un mantis Lord. Solo la perdición le espera a aquellos que osan romper las reglas, esto Orquídea lo sabe muy bien, por eso o...