Conversaciones de Mantis

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El viaje en ciervocamino a Hornet se le había hecho eterno, a pesar de que siempre había considerado ese medio de transporte muy cómodo y veloz, la preocupación por su descendencia la tenía histérica. Era bien sabido por todos que no era buena idea mover o manosear demasiado los huevos, y ahora tener que hacer un viaje tan largo con ellos podía ser perjudicial, lamentablemente los efectos de todo este proceso no los sabrían hasta que llegara el momento de la eclosión.

Cuando finalmente Hornet y Quirrel arrivaron en la Estación de la Reina, para su sorpresa encontraron una comitiva para recibirlos, la cual estaba encabezada nada menos que por la mismísima reina Clara. 

La araña suspiró agobiada, no quería tener tanta atención sobre ella, solo quería llegar a los archivos rápido y acomodar a sus niños, pero lamentablemente no podía hacerle un desprecio a la pequeña raíz, al menos debía ser educada y saludar. Si hubiera sido por ella hubiera mantenido el asunto del traslado de los huevos en completo secreto, pero ya que el lugar elegido para ocultarlos estaba en los territorios de Clara, se vio obligada a pedir autorización. Nadie puso ningún problema, incluso la raíz ofreció proteger el lugar dentro de sus limitadas posibilidades, así que Hornet tenía la certeza de que sus retoños sería bien recibidos, pero le preocupaba el exceso de entusiasmo de todos.

—¡Hornet! —Clara corrió a abrazar a la mestiza efusivamente y Hornet le devolvió el abrazo de forma algo tímida. 

Aunque al inicio Hornet era una persona apática y poco expresiva, con el tiempo había aprendido a manifestar sus emociones y ser más cariñosa, sin embargo, con ciertas personas tenía algunos problemas para mostrar cercanía, Clara era una de ellas. No podía evitar que la niña le recordara mucho a la difunta dama Blanca, eran prácticamente iguales salvo porque Clara tenía los ojos violetas en lugar de azules, y porque la ramas de su cabeza en lugar de estar marchitas estaban llenas de brotes y una que otra flor. La dama Blanca había sido como una madre para Hornet y tener a esta madre ahora convertida en una pequeña a la que había que cuidar se le hacía incómodo.

La otra razón que le dificultaba manifestar cariño hacia la damita era Dimityr, una de sus hermanas más complicadas.

Como siempre, esta contenedor se encontraba junto a su reina, como una sombra implacable. Era una muchacha muy alta, al punto que Hornet la envidiaba, parecía que de todos los hermanos ella era la única que había heredado la altura del rey Pálido, incluso Clara ya casi era tan alta como ella, aunque claro, como raíz cuando fuera adulta tendría un tamaño impresionante.

La araña clavó sus ojos en Dimityr que la vigilaba con cautela, como siempre, sus elegantes cuernos de ciervo se alzaban imponentes sumándole algo de altura extra, quien no la conociera podría pensar que era una princesa de aquel reino verde, pues la muchacha se había mimetizado tan bien con el ambiente y la gente del lugar, que incluso había adquirido su costumbre de vestir con musgo, claro que como a ella no le crecía de forma natural como a los musgosos, había optado por tejer una capa con seda, musgo y flores. Sí, ella sentía una gran afinidad por todo lo vegetal, Tierras Verdes y los musgosos eran su mundo y Clara su adoración, hasta el punto de rayar en lo obsesivo.

Y ese era el problema con Dimityr, su manía de estar junto a Clara y de alejar a todos de ella la hacía molesta e intratable, era un poco más permisiva con sus hermanos pero aún así parecía estresada cada vez que ellos se acercaban a una distancia "excesiva" a la pequeña raíz, en parte esta era una de las razones por las que las dos solían pelearse.

—¿Donde están? —La pequeña raíz la miró con sus ojos violetas rebosando de emoción— ¡Quiero verlos! ¡Ah! Los tiene Quirrel.

Olvidándose por completo de la reina araña, corrió hacia la cochinilla y dio un buen vistazo a la canasta con los huevos, inmediatamente Hornet se puso tensa. Entonces la pequeña dirigiéndole su mejor mirada tierna preguntó.

JamásDonde viven las historias. Descúbrelo ahora