Un día más .1.

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Empezó a sonar "Don't" era la alarma de Mel, ella despertó, la apago y se dio la vuelta hacia a mi, seguía dormida, aunque me gustaba verla tan tranquila debía despertarla. La moví pero ella no se despertó, sople y la temperatura bajo, me sentí mal y la tape más, ella sonrió. Dios tenía que despertarla pero me era tan difícil, su madre entro y la despertó, ella se levanto y su madre salió. Ella entro al baño y yo saque sus cosas para que se vistiera, yo estaba recargado en un mueble cuando ella entro y se quedo viendo a la cama, donde se encontraban sus cosas.

- yo no saque mis cosas...- se dijo a si misma, volteo a todas partes buscando a alguien pero no había nadie o por lo menos nadie que ella pudiera ver, yo reí, ella siempre hacia lo mismo y al final se daba por vencida. Esta vez fue diferente...

- ¿Hola?- me separe del mueble y me acerque a ella. Quería que supiera que yo estaba con ella pero estaba prohibido que ella supiera, así que, me quede cerca de ella hasta que desistió del plan y se empezó a cambiar, se supone que me debería desaparecer o por lo menos cerrar los ojos pero yo la conocía desde pequeña. Conocía cada lunar que había en su cuerpo, cada cicatriz que se había hecho cuando era pequeña, cada milímetro de su cuerpo lo conocía a la perfección, me senté en la silla y observe como se ponía una blusa roja, después se quito los pantalones de la pijama y se colocó unos jeans, se puso unos zapatos y salió por la puerta.

**** Cuenta Mel *****

Cerré mi camioneta y camine hacia la puerta, se escucho el motor de una motocicleta, voltee, aunque no necesitaba hacerlo para saber quien era... Nathan. Cabello café obscuro, ojos claros , sonrisa deslumbrante, chico popular, incansable para mi. Me gustaba desde que había llegado al instituto hace dos años atrás, aunque nunca hablábamos, creía conocerlo bien. Arrogante, simpático, celoso, extrovertido, divertido, sobre protector, entre otras cosas.

Paso junto a mi y subió las escaleras de dos en dos, me quede un minuto tratando de controlar las mariposas y empece a subir. Llegue al piso mas alto y me asome por el barandal hacia el exterior, todavía estaba oscuro y la luna junto con algunas estrellas seguían alumbrando la ciudad, me quede un minuto contemplando esa bella imagen. Después sentí que alguien me veía, voltee y Nathan estaba desde el otro lado de pasillo observándome, el contacto visual duró unos minutos y luego se rompió gracias a que él aparto la mirada, suspire, siempre pasaba lo mismo. Tantas veces me había inventado historia ridículas en las que yo le gustaba a él pero esas historia solo pasaban en la novelas.

Camine hacia mi locker, el cual estaba cerca del locker de él, aveces me alegraba eso pero cuando me daban esos ratos de tratar de olvidarlo, odiaba que estuviera tan cerca de mi, digo como se supone que lo ignore si esta a mi lado.

Saque mis cosas, mire sobre mi hombro solo para ver si Nathan seguí ahí pero no, seguramente él se había ido después de alguno segundos de mi llegada. No lo entendía, yo lo único que había hecho era tratar de ser su amiga pero cada vez que lo intentaba más se alejaba, me di por vencida a mitad del primer año.

Gire sobre mis talones y empece a caminar hacia la clase, debía de esperar a Jesica mi mejor amiga pero la manera de ignorarme de Nathan no me había puesto de buen humor. Lo que sentía por Nathan era tan complicado, él me hacia sentir vacía muchas veces pero él me traía una calma y una paz que jamas había conseguido en mi vida.

Jesica no apareció en toda la clase, esperaba que ella llegara porque siempre me hacia olvidar todo pero no. Me pases de clase en clase sin prestar atención a ninguna, mis pensamientos estaban en Nathan.

Llego el receso y decidí salí a tomar un poco de aire, me senté en una banca y estuve observando a todos. Me llamo la atención Miranda, quien estaba muy feliz hablando con sus igual de egocéntricas, sin cerebro amigas

ArcángelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora