KiBum sale de su última clase con varios libros en la mano. Son casi las 2 y tiene que llegar volando hasta la cafetería para poder conseguir su almuerzo. De lo contrario, va a terminar desmayandose de hambre en pleno patio, y eso no es algo muy bueno. JongHyun lo regañaría.
Hoy es sábado. Se suponía que las clases eran sólo hasta el viernes pero ésta semana hubo una excepción, así que KiBum tuvo que pedir permiso en su trabajo para llegar un poquito más tarde de lo normal. Y gracias a Dios que el señor Kang es bastante comprensivo, y que en la florería hay otro chico para ayudarlo, porque si no... Uff... KiBum perdería por completo la cabeza.
Estos meses ha venido ahorrado para comprarle a JongHyun un regalo. Uno que ha querido desde que son pequeños, pero que por cuestión de dinero no pudo comprar.
Y es una guitarra.
De esas acústicas y bonitas que dejan salir un sonido precioso.
KiBum escuchó cuando era niño al papá de JongHyun tocar una, pero desgraciadamente terminó quemándose en el incendio y no pudo escucharla más, ni siquiera por los dedos del que es su mejor amigo.
Es por eso que va a comprarla, para que JongHyun tenga un poquito de alegría en ésta Navidad.
Además, KiBum quiere aprovechar el momento para hablar con él, porque en las últimas semanas ha estado muy raro, como si lo quisiera evitar a toda costa.
Hay veces en lo ha atrapado mirándolo, pero cuando sus ojos se encuentran JongHyun es el primero en apartarse.
No sabe lo que sucede.
Es extraño.
— ¡Hyung! ¡Hyung!
KiBum mira por sobre su hombro, quien lo llama es Baekhyun, que viene corriendo desde Dios sabe donde.
— ¿Qué pasa? - pregunta KiBum. El muchacho se ve tan agitado y cansado.
— En la entrada está su novio, hyung- dice Baekhyun, respirando con dificultad cuando se detiene frente a él - No lo dejan pasar así que me pidió que viniera a buscarlo.
KiBum suspira con pesadez.
¿Hyeongseop realmente está aquí?
¿Cuántas veces debe decirle que no lo dejarán pasar, y que lo va a meter en problemas si sigue insistiendo de esa forma?
Ya le ha dicho miles de veces que lo mejor es terminar, pero Hyeongseop sigue insistiendo en querer llevarlo a su casa para “conversar”.
Y KiBum ya no sabe en qué idioma hablarle.
Lo peor de todo es que tiene que ser amable, tratar de no hacerlo enojar, porque luego tienen problemas y se pone algo rudo.
La última vez casi le rompe la muñeca de lo fuerte que lo apretó en una discusión.
Pero claro, luego le trajo chocolates, le pide disculpas y todo se solucionó.
KiBum ya no sabe si el problema es Hyeongseop o él mismo.
Quizá eso de terminar con él no fue una buena idea. Mucho menos decirle que seguía amando a JongHyun, y que en algún momento piensa decírselo.
No. Eso fue muy malo.
— ¿Puedes decirle que estoy ocupado? - le pide a Baekhyun, casi con súplica - Sé que ha de estar enojado pero...
— Hyung, él no lo sólo está enojado créame - susurra el menor, casi susurrando - Va a terminar golpeando a alguien si no va a verlo.
KiBum cierra los ojos, trata de mantenerse tranquilo.
Hablar con Hyeongseop significa ceder de nuevo, y no quiero. Diablos. De verdad no quiere.
Toda ésta situación va a terminar volviendolo loco antes de pensado.
Pero tampoco puede huir porque va a seguir insistendo. Y si JongHyun lo ve empeorará todo.
¿Qué debe hacer ahora?
Las posibilidades son muy malas.
¿Y si Hyeongseop lo golpea de nuevo?
¿Si intenta hacerle algo que no quiere?
Dios... ¿Qué otra opción tiene?
Realmente, ninguna.
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