15. Celar

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Setiembre 2007

A JongHyun le gusta celebrar el cumpleaños de KiBum. Le gusta verlo sonreír de par en par, siendo dulce y amable como suele serlo.

Hoy, le han dejado salir del orfanato. Pero tiene que ir directo a la casa del rubio y regresar temprano. Esa es la única condición que le pusieron.

Desgraciadamente, no ha podido conseguir dinero para comprarle un regalo grande, y es bastante obvio que los demás amigos del rubio le llevarán muchos de ellos,  bastante caros y bonitos.

JongHyun prefiere no sentirse mal por eso, porque está seguro que KiBum amará su pequeño obsequio.

KiBum siempre los ama.

Este año ha decidido hacer una carta muy muy larga, como un pergamino al que puede desdoblar.
A Bummie le encantan las cartas, y cada vez que JongHyun le regala una tiene una sonrisita de oreja a oreja, que lo hace ver demasiado lindo.

Incluso después de tantos años sigue viéndose lindo.

Es gracioso, KiBum está por cumplir 17, y ante sus ojos luce como el niñito berrinchudo que conoció hace diez años, a su vecino, al gatito rubio que se supo ganar cada pedacito de su corazón, y que hasta ahora es el único que puede hacerlo feliz.

JongHyun está contento de haber podido plasmar todos esos sentimientos en su carta.

Sabe que a KiBum le encantará.

Es por eso que cuando el lindo rubio abre la puerta de su casa el corazón le tintinea como loco, más cuando éste lo abraza tan fuerte que logra sacarle una sonrisa.

—¡Jjongie, estás aquí! - exclama KiBum, colgado de su cuello como un koala - ¡Te extrañé, te extrañé muchísimo!

— Nos vimos la semana pasada - comenta JongHyun, abrazándolo de vuelta, rodeándolo.

— ¿Y eso qué? Yo quiero verte todos los días.

A JongHyun se le suelta una risita. KiBum siempre se comporta como un niño cuando está con él, y no es que le moleste, al contrario, le dan ganas de protegerlo de todo el mundo.

Su rubio es tan valioso, por eso tiene miedo de que lo dañen, que alguna persona se aproveche y lo rompa, lo quiebre.
JongHyun no desea que KiBum sufra igual de lo que sufrió él, mucho menos que quede tan destrozado y sin ganas de nada.

Lo mejor, es que sea feliz. Así de adorable como siempre lo es.

— ¡Feliz cumpleaños, mi KiBummie!

Una voz se escucha tras ellos. JongHyun gira y sin darse cuenta KiBum es arrancado de sus brazos.

Hay un chico, que lo tiene abrazado de la cintura, casi aplastándolo. De pronto, se aleja y le da un beso en la mejilla sonrojada.

A KiBum no parece molestarle el gesto, pero para JongHyun... es totalmente distinto.

Empezando porque ese tipo ha abrazado al rubio con demasiada confianza, y segundo ¿Qué es eso de mi KiBummie? ¿Por qué le llama así? KiBum no es suyo, ni de nadie en el mundo.

Pero vamos ¿Por qué el rubio no dice nada? ¿Por qué se deja besar tan fácilmente? ¿No que le daban asco los besos?

— Jjong... ¿Estás bien? - le pregunta KiBum, despertándolo de su enojo, pero no disminuyendolo - Te ves algo... molesto.

— Estoy bien - responde JongHyun, mirando al sujeto confianzudo de hace rato. No le da buena espina, para nada. - Estoy perfectamente bien.

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ᴄᴏʀᴀᴢᴏɴ ʀᴏsᴀ  | JongKey FanficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora