KiBum se remueve en su lugar cómodo, en el hombro de su mejor amigo. Abre los ojos, mira a su alrededor dándose cuenta que están en el orfanato, en la cama de JongHyun donde hay muchos libros de estudio.
Se supone que ambos iban a estudiar para el examen especial de la universidad, pero al parecer les ha vencido el sueño sin notarlo.
Ahora, KiBum está despierto, aunque el calor corporal de JongHyun no le ayuda mucho a mantenerse completamente consciente.
De hecho, KiBum piensa que dormir con JongHyun siempre le ha calmado el corazón. Aunque a su appa no le guste mucho la idea, y lo haya regañado por acurrucarse junto a su mejor amigo. Porque para el señor Kim eso es raro, y no se ve bien que dos chicos duerman de ese modo. Tampoco es normal para él que KiBum vaya tras JongHyun como un cachorrito, pero prefiere no sacar conclusiones de algo que su hijo no ha mencionado.
El rubio, por su lado prefiere no darle un nombre a lo que siente por JongHyun. A pesar de que ahora entiende todo ese golpeteo en su corazón, sus nervios cuando lo abraza, o las mejillas calientes por su sonrisa... cree que es mejor no darle un calificativo.
KiBum no quiere vivir atormentado por ser diferente, ya tiene demasiado en la cabeza y haberse enamorado de su mejor amigo parece un nuevo problema, es por eso que no dirá nada. No desea que JongHyun lo odie.
— Bummie.
El rubio sube la mirada hacia JongHyun, éste lo observa con sus enormes ojos color café. Pero están tan cerca que es algo incómodo, además que el mayor tiene su brazo rodeando el cuerpo de KiBum, casi aprerandolo. Y no es que sea una novedad, porque vaya... es una costumbre suya cuando duermen juntos, sólo que ahora están despiertos, y tan cerca uno del otro que KiBum no sabe si podrá soportarlo más.
Entonces, sus ojos se cierran con fuerza cuando JongHyun se acerca más.
KiBum no sabe qué esperar.
Tiene miedo.
Pero, para su tranquilidad (o quizá decepción) JongHyun le deja un beso en la frente.
Sólo eso...
Tranquilo, corazón.
KiBum mira a su mejor amigo de nuevo, éste le sonríe sin imaginarse todo el lío que tiene en su cabeza.
— Buenas noche, Bummie.
Susurra JongHyun, y KiBum se esconde en sus brazos para que no vea sus mejillas rojas de nuevo.
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