Hay veces en las que KiBum se siente feliz. Y a lo largo de estos últimos meses parece que hoy será una de esas.
Hyeongseop le ha traído un perrito de peluche por Navidad, mientras que él ha decidido darle uno de los tulipanes que crecen en el jardín de su abuela.
KiBum recuerda que dos veces en todo lo que lleva de vida ha regalado flores. La primera, fue cuando el bastardo de Kim JongHyun cumplió 13 años, cuando eran mejor amigos. Y la segunda, ha sido hoy. El día importante en que planea darle una buena noticia al chico en frente suyo.
Ya lo ha venido pensado desde hace unas semanas, así que está decidido. Además, sumándole el hecho de que se ha quedado solo, y que Hyeongseop es el único que le ha dado ánimos en su día a día... quizá sea la mejor opción darle una oportunidad.
KiBum ya se está resignando a que JongHyun no va a volver, ni mucho menos... va a corresponder sus sentimientos.
— Oye, KiBummie - dice Hyeongseop, sentándose en la cama al lado del rubio - ¿Cuándo vas a dar tu examen a la universidad? Tal vez podamos ir juntos y...
— Sé mi novio.
KiBum ve a Hyeongseop abrir los ojos de sobremanera. Le causa intriga ver cómo va pasando de la sorpresa a reflejar una sonrisa cálida y feliz.
Entonces, siente un abrazo fuerte que lo envuelve por la cintura. Le causa una buena corazonada y le hace de algún modo feliz.
Sabe que no necesita de una respuesta, porque el pelinegro a su lado se separa y le da un beso profundo que lo deja tonto.
Tal vez pueda tener algo de esperanza en llegar a amarlo.
Tal vez pueda olvidar que su corazón es de JongHyun.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
