Onew está un poco inquieto. Lo que le ha pasado no es poca cosa y no sabe cómo enfrentarlo.
JongHyun le dijo a penas ayer que debía ser valiente, que tal vez esa oportunidad que tanto espera ha estado ahí siempre. Pero si es sincero, tiene miedo de ser rechazado.
Y pues... para una primera experiencia con un amor bastante gay lo mejor sería que salga bien.
Por supuesto, haberse enamorado de MinHo fue algo que no buscó para nada, y que fuera el novio de TaeMin había detenido un poco esos sentimientos.
Sin embargo, ahora que está solo, triste e indefenso... le es imposible no sentirse tentado a confesarse.
Sobre todo luego de extraña insistencia de Kim KiBum con el tema.
Prácticamente fue él quien lo ha persuadido para que esté ahí, frente a la habitación de MinHo.
¿Y por qué su actitud?
Onew no lo sabe.
— ¿Hyung?
La puerta se ha abierto, y MinHo está ahí mirándolo.
— Oh, hola - responde Onew, balbuceando como un bebé - Vine a ver si... estabas mejor. Ya sabes, de esos problemas que tenías.
— Estoy mejor, gracias - dice MinHo, apoyándose en el marco de la puerta - Pero hyung, tienes mi teléfono para llamarme, es raro verte por aquí.
— Bueno... - murmura Onew, sintiendo a sus manos sudar - Bueno yo...
— ¡Está enamorado de ti, bésalo de una vez!
Ambos se exaltan, escuchando la voz de Kim KiBum viniendo de la habitación en frente.
Su puerta está cerrada pero se le ha escuchado perfectamente, haciendo que Onew se sienta avergonzado.
— ¿P-podemos hablar en la habitación? - pregunta MinHo, bajando la cabeza - KiBum es un poco molesto y... no quiero que nos incomode.
— Claro... - responde Onew, tratando de mantenerse fuerte.
Ambos entran a la habitación del menor para conversar, pero están tan avergonzados uno frente al otro que ni siquiera han notado esa aura peligrosa a unos metros más allá.
Es una persona que ha presenciado cada detalle, y no está precisamente feliz.
Pero hay algo, que le obliga a no armar un escándalo.
Lee TaeMin, en otra ocasión, habría pateado esa puerta y machacado a puñetazos al tal Onew. Sin embargo, ahora, no podía...
¿Por qué?
Esas mejillas avergonzadas de MinHo no le gustaron, para nada. Y aún así no tiene fuerzas para reclamarle, porque muy en el fondo sabe que ya no tiene derecho de hacerlo.
Así que se va, antes de humillarse al pedirle perdón.
En otro momento, tendrá la valentía suficiente de hacerlo.
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